-Esperen un momento. Creí que se quedarían! Ya le tendieron la trampa a Augur y los renegados ya lo van a encontrar-

Nico negó -Aunque nosotros les hayamos ayudado, nos culparan por secuestrarte y usarte como carnada-

-Así que fui su carnada?- Will preguntó con dolor. Al ver que ninguno respondió, miró hacia la ventana -A dónde irán?-

Kronos encogió los hombros -Solo Silena lo sabe. Si atrapan a alguno de nosotros no podrán torturarnos. Y...bueno, no todo el mundo conoce las caras de los Anarquistas-

Will se quedó callado y su mano se dirigió al tatuaje falso que Robber le había hecho para el plan.
El rubio lo pensó por un rato mientras que sus compañeros platicaban en el otro lado del área.

Si se iba con ellos, efectivamente sería libre y no tendría que preocuparse por resolver crímenes o correr el riesgo de morir; podría convertirse en un doctor normal y ocultar sus verdaderos poderes. Pero si lo hacía, se convertiría en un fugitivo, en un criminal, en un...Anarquista.

-No puedo hacerlo-

Todos lo voltearon a ver, la gran mayoría estaba sorprendido. En las dos semanas que pasó con ellos, Will había demostrado ser muy cercano a los ideales de los Anarquistas. Querían libertad para los prodigios, querían que los civiles aprendieran a cuidarse a si mismos también. No querían que confiaran en los renegados porque terminarían decepcionados, los renegados no siempre podían cuidar a todos.
Will, sin saberlo, no había nacido para ser un renegado, sino para ser un anarquista. Y por mas que lo negara, ese era su destino.

-Dennos un segundo, si?- Nico miró a todos.

Los anarquistas se fueron y Nico se acercó al rubio. -No puedo hacerlo. Soy un renegado, Nico-

-Y eso qué? Nos ayudaste con este plan, no nos delataste, sabes perfectamente que la gente estaría mejor sin los renegados! No tienes que quedarte a ver a los civiles morir, podemos ser libres, Will. Solo tienes que seguirnos- Nico tomó sus manos -Vamos, Will. Se que eres como nosotros-

Will lo pensó de nuevo. No podía. Toda su vida estaba aquí, con los renegados, en Nueva Roma.

-Lo lamento, Nico-

El ahora anarquista suspiró con decepción pero asintió. Tomó una de los portapapeles de los sanadores y escribió algo. Se lo entregó a Will justo antes de desaparecer en las sombras junto con el resto.

Will leyó lo que decía. Era una carta pidiendo perdón al Consejo por decepcionarlos. Le decía a Thunderbolt que agradecía que lo hubiese acogido cuando su familia murió y que se haya convertido en su mentor. Decía que odiaba a Tsunami por jugar con sus sentimientos por tanto tiempo. Warrior y Night Owl también eran mencionadas como sus hermanas y amigas.

Y luego estaba Will.
Will decidió quedarse con esa carta y nunca entregarla a los renegados. Se la quedaría como el único recuerdo que tendría del Nico di Angelo, alias Shadow Lord.




~~~







Nico no se sentía nada bien. Hoy se cumplían cinco años desde que habían escapado de Nueva Roma.

Claro, tenían todo con lo que soñaron durante toda su vida. Los Anarquistas habitaban una gigantesca cabaña a mitad de un precioso bosque, cazaban su comida, no había crimen ni tampoco la constante sensación de ser perseguidos.

Sin embargo, el sentimiento de nostalgia invadía a Nico cada vez que pensaba en cierta sonrisa que logró alumbrar su vida con tan poco tiempo de haberla conocido.

-NICO EXTRAÑA A SU BEBE! NICO EXTRAÑA A SU BEBE- Silena cantaba desde el balcón de su habitación.

Nico rodó los ojos desde la suya, hecho una bolita en las sábanas de su cama. Una vez que tanto Silena como Luke, Thalia y su propia hermana hubieran agotado su reserva de paciencia, decidió salir a matar a alguna presa con tal de no matar a sus compañeros.

Decidió perderse como siempre lo hacía. Gracias a sus poderes, podía vagar por siempre y con tan solo visualizar su hogar y desaparecer en las sombras, aparecería justo ahí.

Llegó a un arroyo que jamás había visto y se sentó sobre una roca. Se sacó las botas y metió sus pies al agua, escuchando el cantar de los pájaros y el sonido del agua chocando contra la piedra.
Era realmente hermoso, casi como esa sonrisa.

-Creo que nadie se ha fijado que estás aquí- Una voz interrumpió los pensamientos de Nico.

Nico miró detrás de él y su rostro se contorsionó del entusiasmo, la alegría y sorpresa.

-William-

El rubio sonrió. Iba vestido como cualquier viajero con sandalias, shorts pesqueros y una sombrero de pescador. Pero...se veían bien. Tierno y carismático.

-Como me encontraste? Que haces aquí?-Nico no podía con la sorpresa.

Will se sentó junto a él. -Vine para informarles que el consejo hizo un festival para celebrar que derrotaron a Augur hace cinco años. Y...hicieron un anuncio especial. Dijeron que había que agradecer a los Anarquistas por su colaboración también-

El pelinegro sonrió con satisfacción -Y entonces?-

-Decidí venir en busca de...mi familia. Somos una familia, Nico. Somos los últimos Anarquistas, tenemos que unirnos-

Nico casi estaba en lágrimas y sin poder contenerse abrazó a Will. Este le devolvió al abrazo.

-Sobre como te encontré...- Will tomó la mano de Nico y posó sus dedos sobre los suyos, dejando que su poder fluyera y pequeños haces de luz aparecieran al rededor de sus manos. Nico hizo lo mismo y haces de sombras los circularon -Has escuchado la frase de... 'Los polos opuestos se atraen'? Pues, creo que funciona para nosotros-

Nico miró al rubio y antes de que pudiera si quiera reaccionar, Will ya lo estaba besando. Lo hicieron por un largo rato antes de abrazarse de nuevo.

-Te extrañé, William-

El rubio acarició su cabello -Y yo a ti, Nico-

Nico entrelazó sus manos al tiempo que tomaba sus botas y ambos caminaban por el bosque de vuelta a su hogar. -Vamos de vuelta a casa si?-

-Con nuestra familia-

-A tener un final feliz- Nico concordó, apoyando su cabeza sobre el hombro de Will.

Renegados || SolangeloWhere stories live. Discover now