•Capítulo 17•

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-Así que... Astrid.-Me crucé de brazos con la cabeza ligeramente inclinada.-O debería llamarte... ¿anónimo?-sonreí.

Días antes

-No le entiendo.

-¿Usted jugó a las cartas alguna vez?-asentí a su pregunta mientras lo veía acomodarse para hacer su tiro.-Bien. ¿Qué hace cuando se encuentra acorralada?-le dió un buen golpe a la bola con su palo de golf.

-Intento mejorar mi estrategia...

-Se encuentra en la incertidumbre. ¿Cómo logrará enfrentarse a algo que aún no se presenta? Muestra sus cartas.-ante la confusión por su respuesta, se me cayó el palo.

-¿Mis... mis cartas?-lo volví a tomar.-Pero eso me pondría en desventaja.

-Al contrario. Eso le da una ventaja que su oponente no se esperaría... Gracias a ello puede ver la reacción del contrario. Usted se expone y el otro solo debe responder ante ello. Ahora ya sabe cómo defenderse, está en su campo de juego.

Pensé las palabras del detective. Me costaba seguirle.

-Revelar mis cartas...

-Piénselo de este modo: ante la revelación de sus planes está acorralándolo, ya que solo le da la opción de responder a ello. Usted impone las reglas.

-Evitando así que ataque y solo tenga que defenderse. Pero es muy astuto. ¿Y si nos descubre?

-¿Qué podrá hacer? Intenta averiguar tus planes, lo que hacemos es servírselo en bandeja de plata. Eso hará que se confíe y no piense en alternativas.

-Bien, confiaré en sus habilidades.

-Excelente. Es su turno de golpear la bola.-asentí.

Presente

-Im... Imposible.

Su máscara se cayó. Aquella mujer fuerte y sería ahora me miraba con terror y desprecio.

-¿Cómo..?

-Fuiste descuidada, Astrid.-la miré con frialdad. Me hervía la sangre pero debía mantenerme firme.

El detective tenía razón, revelar mis cartas fue la mejor jugada. Tenía que provocarla. Astrid no fue sino el Az que necesitaba para ganar la partida. Luego de ciertas actitudes, fue parte de la lista sospechosa. Realmente no creí que funcionaría pero tenía que acorralarla lo suficiente como para que arrojara su máscara a la basura. Solo era para sacarnos de dudas pero resultó mejor de lo que creí. En cuando encontré su punto débil, jalé de aquel hilo con sumo cuidado. Gracias, Ethan.

Horas antes
ASTRID POV

-A ver si esto es de tu talla.-Estaba por poner el muffin con el veneno cuando Diana apareció.-Regresó pronto.-Aproveché para apoyarlo junto al otro muffin.

-El paseo con Ethan fue mejor de lo que esperaba.-Maldita. Te borraré esa sonrisa del rostro. Tomé ambos muffins y le entregué el suyo con una gran sonrisa.

-Me alegro mucho por ello, su majestad. De hecho... quiero hacer las pases con usted. Es por ello que me ofrecí a traerle el té yo misma.-de hecho... no iba a ocurrir así. Iba a intercambiar los muffins e irme de inmediato. Me sorprendió. Maldita sea.

-Que amable de tu parte.- lo tomó con gusto. Aunque aún así... no me quejo por poder presenciar tu agonía con mis propios ojos.-Puedes comerte el otro. Para... hacer las pases.-Lo acepté. Después de todo, ese estaba limpio. Ambas dimos un mordisco, atentas a la otra. Pero algo raro comenzó a ocurrirme y todo comenzó a darme vueltas.

Soy lo que soy [Secuela de ¡Soy como tú]Where stories live. Discover now