•Capítulo 16•

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Ethan POV

Estaba tan feliz que juro que por poco daba saltitos mientras caminaba por el pasillo. Entré a la habitación y suspiré.

¿Dónde quedó el moño bonito que Diana usó una vez?

Comencé a buscar sin éxito. Me acerqué al armario y seguí buscando, tirando sin querer una caja al suelo. Un montón de cartas se salieron por lo que me agaché rápidamente a recogerlas.

-Rayos, Diana va a matarme si ve el desorden que causé.

Iba recogiendo las cartas hasta que mi mirada se centró sin querer en una que estaba abierta.

-¿Anónimo? ¿Será de algún fan? Pffft- tiene fans.

Sonreí divertido hasta que comencé a leer. Mi ceño se iba frunciendo con cada palabra que leía.

-¿Qué?

Tomé otra de las cartas y la leí. Así una a una hasta que la puerta se abrió, interrumpiéndome.

-Ethan, ¿encontraste mi moñ-?-Diana se quedó petrificada al verme rodeado de todas esas cartas.

-¿Qué es todo esto?-la miré con seriedad y confusión.

-¿Qué haces revisando mis cosas?-se apresuró hacia mí, quitándome las cartas y comenzando a guardarlas con desesperación.

-Diana... ¿Qué rayos es esto?-No me hizo caso y siguió guardándolas.-¡Diana!-me cubrió la boca, sorprendiéndome.

-Puede oírnos.-fue lo único que me susurró al oído. Eso me desconcertó aún más.-Son cartas anónimas del pueblo, no te preocupes.-dejó la caja en su lugar. Su mirada era una advertencia de que le siguiera la corriente.

-Oh, ya veo.-se veía más relajada al ver que no insistí.

-Olvídate del moño y esas cartas tan bonitas y privadas. Mejor salgamos a pasear y recuperar el tiempo perdido. Te extrañé.-la naturalidad con la que fingía me asustaba un poco pero no tanto, ya que después de todo me engañó durante mucho tiempo antes de enamorarnos.

-Bien.-tomó mi mano y su apretón fue suficiente para transmitirme lo asustada que se sentía.

¿A qué le temes?

Me guió hacia afuera, donde un vehículo nos esperaba.

-¡Diana!-nos detuvimos al ver a Astrid.

Oh no.

-¿Qué necesita?-Diana hablaba con diplomacia pero su mirada lanzaba fuego.

-Es peligroso que salga sola. Déjeme mandarla con algún escolta, incluso yo me ofrezco a acompañarlos.-mala idea.

-Agradezco su preocupación pero iré con... mi pareja.-bien... pronto me meará alrededor para marcar territorio. Astrid la observó en silencio unos segundos y luego asintió sin insistir más.

-Le... les debo una discul-Diana levantó una mano, haciéndola callar.

-Absténgase y vaya a realizar su labor.-me jaló con ella hacia el auto. No le dirigí mirada a Astrid y simplemente me subí al coche. Ella condujo en silencio durante un rato. No sabía cuándo debía hablar o si debía ser yo quien dijera la primera palabra. Todas esas cartas no paraban de rondar en mi cabeza. Al fin nos detuvimos en... medio de la nada.

-¿Qué hacemos aqu-?-me calló de igual forma que a Astrid.

-Espera, cariño. Quiero ver si desde aquí se pueden observar bien las vistas.-fruncí el ceño al ver que revisaba los alrededores. Luego envió unos mensajes en su teléfono y por fin borró su sonrisa falsa para mirarme con seriedad.-El auto está limpio de cualquier dispositivo de vigilancia. Estamos a salvo.

Soy lo que soy [Secuela de ¡Soy como tú]Where stories live. Discover now