•Capítulo 15•

98 10 9
                                    

Ethan POV

Suspiré mientras veía el techo de la habitación en silencio.

Estos fueron los peores días...

Giré mi cabeza hacia mi izquierda, donde Diana solía dormir. Ese lugar ya estaba frío y sentía que poco que poco perdía ese olor dulce tan característico de ella. Por más que siguiera enfadado, debía admitir algo...

-Te extraño mucho, mi amor.

Habían pasado dos semanas desde que Diana había decidido dormir en otra recámara. No dijo palabra alguna al respecto, solo supuse que fue por la pelea. Creí que le duraría poco y que lo mejor sería darnos espacio pero no quería seguir así.

-Necesito disculparme con ella.

Con toda la actitud del mundo, salí de la cama como un resorte y fui a darme una buena ducha. No me había levantado de allí en todo el día, esto era un milagro. Me vestí y fui en su búsqueda. Una vez frente a su puerta, le di tres suaves toques.

-Un momento, por favor.-hasta extrañé su preciosa voz. Mierda, incluso enfadado la amo demasiado.

Mientras me encerraba en mi burbuja de enamorado, la puerta se abrió, tomándome por sorpresa. Carraspeé pero ni siquiera tuve tiempo de dirigir palabra cuando ella habló.

-¿Sabes? Si vine aquí es para tener mi espacio, no para que vengas de nuevo a invadir.

-L-Lo sé pero- comenzó a cerrar la puerta, por lo cual puse el pie en medio para detenerla.

-Ethan.

-Basta, no quiero seguir de este modo. Hablemos.

-¿Hablar?-rió sin gracia.-Y dime, ¿de qué quieres hablar si se puede saber?

-Pues de la pelea que tuvimos. Es absurda. Lamento haberme comportado de esa manera yo-

-Si crees que estoy enfadada por la pelea, realmente no entendiste nada.-fruncí el ceño.

-¿De qué rayos hablas?

-Lo vi todo.

-Oh, sí. Olvidaba que nuestra vida es una puta telenovela.-bufé.-¿Podrías ser más clara?

-Te vi a ti y a la otra dándose besitos.-mi ceño fruncido se evaporó. Sentí mi corazón detenerse por una fracción de segundo.

-Diana...

-Saca tu asqueroso pie de aquí.-aunque oía la dureza de sus palabras, en sus ojos podía notar que el llanto era próximo. Y todo era mi culpa.

-Diana. No es lo que parece. En serio yo-

-No quiero escucharte. Largo.

-Bien.-terminé por entrar a la habitación a la fuerza. Eso le sorprendió tanto que pude cerrar nuevamente la puerta y cargarla hasta su cama mientras se retorcía entre mis brazos.

-¡No quiero oírte! ¡Suéltame!

-No voy a detenerme hasta que me escuches.- la senté en su cama. Quiso volver a pararse pero la detuve.

-Suéltame.

-Te soltaré cuando me escuches.-dejó de forcejear.

-Bien.-la miré por unos segundos para confirmar y luego la solté. Para mi suerte, cumplió con su palabra.-Habla antes de que te golpee.

-Mira, no sé lo que viste pero las cosas no sucedieron como tú crees.

-¿Ah no? Ja.-dijo sarcástica.

Soy lo que soy [Secuela de ¡Soy como tú]Where stories live. Discover now