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Christian

Felipe me toma desprevenido, sujeta mis antebrazos con sus manos fuertemente, hago un gesto de dolor y él me suelta, me mira fijamente con esos ojos oscuros... nunca le he temido a la oscuridad, quiero perderme en sus ojos. Felipe se acerca a mi y yo espabilo, le lanzo un libro que estaba en el velador y cae al lado mio al igual que un edificio que se derrumba, estoy libre. Cuando comienzo a levantarme, Felipe me atrae hacia él.

-Terminemos lo de ayer Chris.

-Desde cuándo me llamas Chris.

-Desde que comenzé a quererte para mi.

¡Bam! Directo en el corazón. Su sinceridad me aterra, pero más me aterra el hecho de que no quiero escapar de sus garras.

-Chris- Felipe me trona los dedos frente a mis ojos y logro espabilar.

Felipe se acomoda en la cama y quedo con mi cabeza en su pecho, oigo su corazón latir muy fuerte y rápido... es una sensación agradable. Cierro los ojos y un sueño envolvente llega a mi.

-Chris-

-No. Quédate así ¿Ya?

El torso de Felipe comienza a temblar y mi oído izquierdo me indica que se está riendo. Idiota, no debería haber dicho eso.

De pronto siento unos labios que se posan en mi cabeza y luego una mano que acaricia mis cabellos.

-Si eso es lo que quieres- susurra Felipe, esto es vergonzoso. Escondo mi cabeza en su torso y el sueño gana.

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Despierto en la misma posición con la que me quedé dormido, sobre Felipe, con una única diferencia: mis manos están en su espalda. Felipe duerme calladamente, no escucho su respiración aunque esté muy cerca de su cara, el latido de su corazón es lo único que me indica que está vivo. Una de sus manos está en mi cabello y la otra en mi espalda, es una sensación agradable y quisiera dormir así muchas- ¿Qué estoy diciendo? Creo que me está afectando mucho Felipe.

Miro la hora del reloj del velador: 8:30 a.m. comienzo a moverme para levantarme pero tratando de no despertar a Felipe, al moverme siento que algo se clava en mi estómago... Felipe tiene una erección matutina. Dios que incómoda situación. Bajo mis manos hasta llegar a su cintura y lentamente... las quito de su espalda, intento moverme hacia un lado cuando la erección se clava entre mis costillas, esa parte de mi es muy cosquillosa así que suelto una risita. Aunque no es gracioso que una erección me haga cosquillas...la verdad... estoy duro yo ahora.

Intento quitar las manos de Felipe de mi cabeza y espalda y es en ese momento en el que despierta.

-Buenos días Chris- pone sus manos en mis axilas y me levanta hasta que quedamos a la misma altura.

-Despertaste muy animado parece.

Me mira con cara de sorpresa y apunto con la mirada hacia su erección. Felipe me sonríe, baja una de sus manos y agarra mi miembro.

-Yo no soy el único. ¿No quieres...?

-Felipe, no me aprietes ahí por favor.

-¿Desde cuándo no te masturbas Chris?

La pregunta me deja incómodo. No me gustan esas preguntas. Felipe comienza a sobarme y yo suelto un gemido. Pongo mis manos en su pecho e intento zafarme de él con desgano... la verdad, no quiero alejarme.

-Si no quieres no insistas- me dice Felipe. Me quita de encima de él, y se para... no quiero que se vaya.

-¿A dónde vas?

-Querías que saliera ¿O me equivoco?- Felipe se acerca a su ropero y se comienza a quitar el cinturón- si quieres algo, pídelo.

Me muerdo el labio, quiero... pero no lo haré, no me ganará. Mientras estoy pensando en mi decisión, Felipe comienza a desvestirse. Se saca la polera y en su espalda logro identificar rosas rojas en su costado... es el tatuaje que vi antes.

-Felipe ¿Puedo ver tu tatuaje?

-No lo sé...- gira su cabeza en mi dirección- ¿Puedo verte desnudo?

Refunfuño. Este chico es un pesado. No me las ganará.

-...Hoy nos juntaremos con Frank en el área común ¿A qué hora lo haremos?

-Lo hacemos a la hora que quieras- dice Felipe con una sonrisa pícara, se pone la misma polera que tenía puesta (claro, era solo para provocarme eso de quitársela) y se sube a la cama, gatea hasta que toca mis piernas y comienza a subir con sus manos por ellas- No te entiendo Chris.

-Q-que n-no en....tiendes- balbuceo, mi cuerpo es muy sensible y tal parece que lo es más cuando Felipe me toca.

-Tu quieres esto y te rehúsas a quererlo.

Toca la hebilla de mi cinturón y comienza a sacarlo, desabrocha mi pantalón y baja el cierre.

-Feli-Felipe por favor- gimo.

-¿Por favor qué?- sube sus manos por debajo de mi polera- ¿Por favor si? O ¿Por favor no?

Me mira con esos ojos oscuros llenos de deseo y apoya su barbilla en mi ombligo. Masajea la parte superior de mi pelvis y la besa. Dios me está provocando y lo peor de todo es que ya lo logró, quiero que siga tocándome y besándome, lo quiero lo quiero, pero no sé si deba. Para él esto solo es un juego, se nota que no es su primera vez... es bastante profesional en esto. Abre mis piernas y apoya su estómago en el espacio que se genera entre ellas, araña mis costillas e instintivamente mis piernas lo aprisionan, un gemido gigante escapa de mi boca. Pongo mis manos en su espalda y le clavo mis uñas. Felipe gime con fuerza. Sonrío y él fija su mirada en mí.

-Nadie nunca había disfrutado tanto con un juego previo como tú.

-Quiero ser tu primera vez entonces.

Felipe abre sus ojos un montón y yo cierro los mios, lo que he dicho debería darme vergüenza pero en esta situación nada importa. Él comienza a subir otra vez por mi cuerpo hasta dejar su boca en mi cuello, sus manos siguen el mismo recorrido pero por debajo de mi polera. Comienza a morderme y besar el cuello.

Bruno Mars suena en mi celular y todo el erotismo que nos rodeaba se quiebra. Tomo mi celular y la pantalla me indica que Frank me está llamando... no quiero contestar.

-¿Hola?- digo cuando llevo mi celular a mi oreja.

-Christian, ¿Te desperté?

-No Frank- apenas escucha ese nombre, Felipe levanta la mirada y frunce el ceño- llevo despierto un rato.

-Ah... ¿A qué hora nos juntaremos con Felipe? ¿Está él ahí?

-Si, está aquí- mi mano se posa entre los cabellos de Felipe acariciándolos, éste responde con una cara de perrito abandonado y se queda quieto para que pueda seguir mimándolo- pero está durmiendo, no quiero despertarlo.

-Hum... ya sé , en 30 minutos nos juntamos con o sin Felipe, así tendremos la información cuando él se digne a despertar.

Quito el teléfono de mi oreja y maldigo por lo bajo, me estaba divirtiendo.

-Ok, ahí estaré.

Corto el teléfono y lo lanzo a un lado. Felipe me mira con curiosidad.

-¿Por qué dijiste que estaba durmiendo?

-Quería más tiempo contigo- confieso- debería besarte...- Felipe me sonríe y se levanta, ambos nos sentamos en la cama. Felipe me espera con una sonrisa en su cara , ya me lo estoy imaginando a él con una cola que se mueve de un lado hacia otro. Tomo su cara con ambas manos y me acerco, lo suficiente como para que nuestras narices se rocen-... pero no lo haré.

Me levanto de la cama y lo dejo ahí sentado, esperando el beso que por ahora no llegará. Debería cambiar mi ropa pero la flojera no me lo permite. Tomo mis gafas y cierro la puerta detrás de mi.

Atrapado con el demonioWhere stories live. Discover now