17

1.3K 103 10
                                    

Christian

-No te dolerá si no te resistes.

-Puedes disfrutar mucho con nosotros.

-Abre la boca.

No... No... No es real.

-¡CHRISTIAN!

De golpe abro los ojos y me levanto con rapidez para golpearme la frente con la de Felipe. Grito de dolor.

-¡Idiota, no te levantes tan rápido!

Felipe soba su frente mientras me mira con sus ojos castaños. Sigo un poco confundido.

-¿Por qué me gritaste?

-Me levanté rápido cuando te escuché hablar tan asustado entre sueños. Me asustaste.

Felipe está sentado en mi cama, vestido sólo con un bóxer holgado. Sus manos guían mis ojos por su cuerpo... Siento como despierta mi amigo debajo de las sábanas. Es impresionante lo lascivo que me he vuelto, y solo por verlo sin ropa, no me ha hecho nada. Bueno, necesita solo mirarme para hacerme de todo.

-¿Qué estabas soñando?

Esa pregunta me devuelve las imágenes que tenía en mente. Me devuelve a lo que me ha pasado, a mi pasado.

Felipe hace un ademán para que me corra a un lado en la cama y dejarle un espacio, se sienta a mi lado y entrelaza sus dedos en los míos. Un beso en mi mejilla, esconderme en su cuello... La ternura ronda el aire que respiramos.

También el amor.

-¿Me contarás o tendré que sacarte la verdad a embestidas?

La propuesta me enciende por completo, muevo mis piernas nervioso, o más bien, ansioso. Beso su cuello mientras mis manos bajan por su delicioso torso.

Después de nuestra primera vez, siempre pienso en volver a hacerlo, hasta se lo propuse ayer... Y me rechazó. Ahora él me rechazó. Ya sé lo que se siente.

-Quiero las embestidas -le confieso.

Mi mano llega al origen de tanto placer provocado, a ese que revolvió mis intestinos y me hizo gemir como nunca antes hice. Felipe tuerce su sonrisa y me quita la camiseta, sus besos hambrientos me excitan más de lo que estaba antes. Su miembro está preparado para la acción, palpitando y apuntando hacia arriba, y quiero... Saber como se sentiría en mi boca.

-Felipe.

-Qué pasa -me dice mientras quita mi ropa interior bajo mis sábanas.

-Quiero chuparlo.

Silencio sepulcral...

Vergüenza total...

-¿De verdad? -Me pregunta sin mirarme, creo que está emocionado.

-Sí, o sea... Sí.

Felipe me pregunta en donde quiero hacerlo.

-En tu polla, es obvio.

-No preguntaba eso -dice sonriendo- hablo de el espacio, si quieres que me pare y tú estés de rodilla o...

-Ah... Ya entendí.

Después de un rato hablando de posiciones y de como tengo prohibido que mis dientes lo rocen, decido que se quede sentado en el borde de la cama y yo me arrodille al frente de él.

Nunca pensé que chuparía una polla en mi vida, bueno, ni tener sexo con un hombre...

Ni quererlo como lo estoy haciendo.

Atrapado con el demonioWo Geschichten leben. Entdecke jetzt