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Christian

-¿Que qué?

Felipe rompe a reír, su voz suena muy diferente cuando ríe, es como si nunca lo hiciera.

-No es gracioso ese tipo de bromas.

Después de que para de reírse, se toma unos segundos para recuperar el aliento y se aleja. En el momento en que bajo la guardia Felipe toma mis brazos y me deja inmóvil.

-No es una broma.-dice Felipe y acerca su cara a la mía, aunque venía de frente se desvía en el último momento dejando sus labios en mi oreja- ¿Acaso no quieres?

Acaso no quieres... no es que no quiera... pero jamás he sabido qué es lo que realmente quiero. Lo único que quiero ahora es que Felipe termine con esta bromita.

-¿Y? ¿Qué pasó con nuestro beso?- Felipe me toca la mejilla con un dedo- si me lo das te dejo en paz.

Si eso es lo que necesito para que me deje de incomodar entonces...

-Ok, apúrate y terminemos esto.

-¿Entonces solo yo daré el beso?- Felipe me hace un puchero- eso es aburrido Christian- la mano que estaba en mi cara baja hasta mi cuello.- estás rojo como un tomate Christian... tal vez también quieres esto.

-No sé lo que quiero-susurro- quizás... me puedas ayudar a descubrirlo.

Felipe sonrie. Los holluelos de sus mejillas son adorables.

-Ahora el que coquetea eres tu- me dice.

Felipe posa sus dos manos en mi rostro y lo acerca al suyo... pon tus manos en mis caderas me dice entre susurros y lo hago, nuestras narices se tocan y los dos nos miramos fijamente, la tensión sexual está cargada en el aire.

-Te estás demorando mucho- le digo.

-Las cosas son mejores cuando las esperas mucho.

-Entonces esto va a ser lo mejor de mi vida- digo entre suspiros.

Felipe acerca sus labios a mi cuello y me besa, luego se va al lóbulo de mi oreja izquierda y me muerde. Maldición, estoy duro. Felipe quita sus manos de mi rostro para situarlas en mi cintura.

-Felipe deja de torturarme.

Cuando Felipe me iba a dar (por fin) el beso se detiene a mitad del camino. Maldito.

-¿Esto significa que te gustan los hombres?

-No lo sé- digo con franqueza- este sería mi primer beso con un hombre.

Felipe sonrie, y yo me muerdo el labio inferior, el observa detenidamente mi juego, lo miro directamente a sus ojos y me pierdo en ellos. Subo mis manos de su caderas a su cintura. Besame pienso con ansias.

Felipe se acerca lentamente... otra vez, pero ahora sé que es definitivo, quiero mirarlo pero mis ojos se cierran solos. Nuestros labios se rozan...

¡Bam bam bam! Suena la puerta de nuestra habitación, las manos de Felipe se alejan de mi cuerpo y automáticamente abro los ojos, Felipe mira hacia la puerta.

-¿¡Quién es!?- grita con voz autoritaria.

-Felipe. Soy Colton, necesito hablar de nuestro proyecto.

-¿Ahora?- Felipe suena disgustado, frunce el ceño y comienza a alejarse de mi. Instintivamente mis manos se cierran en su espalda impidiendo que se vaya, cuando me doy cuenta de lo que hice quito de inmediato mis manos de su espalda y lo dejo ir. Felipe me mira con un gesto de extrañeza, luego me sonrie- vuelvo en un segundo- me dice y cierra la puerta detrás de él.

Atrapado con el demonioOù les histoires vivent. Découvrez maintenant