𝗦𝗲𝗻𝗽𝗮𝗶┃Tanaka Ryonosuke

O6.

Capítulo n. 6, 

S E N P A I

Había sido una semana larga y lenta, no pasaste mucho tiempo en el club, lo que significó que pasaste aún menos con los chicos. Estabas completamente desanimada, solo por el simple hecho de que tus padres había vuelto a discutir por cualquier cosa, incluso replanteándose si la custodia debía ser compartida o no.

No mentirías, no querías ir con tu madre a la ciudad porque la vida con tu padre ya era buena, no querías cambiar tus hábitos cuando ya estabas acomodada. Esto causo que tu semana se hiciera mucho más extensa que de normal, todo se te hizo cuesta arriba y algunas personas notaron tu cambio de ánimo tan repentino. Sobre todo Tanaka, que era sin duda con el que pasabas más tiempo.

A parte de eso el tiempo estaba corriendo demasiado rápido para tu gusto, entre unas cosas y otras el año en Karasuno no iba a durar mucho más, y eso, también te hacía comerte la cabeza, no querías olvidar a tus amigos, pero debías mudarte.

─¿Estás escuchando?

─¿Ah? no, lo siento.

Frunciste el ceño, disculpándote con Tanaka, que caminaba a tu lado, intentando leer tu mente, queriendo saber por qué estabas tan rara estas últimas semanas. Cuando llegaste a clase ni siquiera te despediste de él, centrada demasiado en tus pesimistas pensamientos sobre tu futuro, tampoco prestaste atención en clase, te escondiste de todos ese día par poder pensar en tranquilidad.

Con un suspiro pesado deslizaste tus dedos sobre tu oreja, apartando algunos mechones rebeldes, tan solo estabas a mitad de curso, y ya te estaba empezando a doler saber que tendrías que dejar a todos los que querías atrás. Tu padre estaba preparando la mudanza para cuando terminases tu primer año, no es que fueras muy lejos de allí, pero no sería lo mismo vivir tan lejos de tus amigos, no sería lo mismo volver a casa sin la compañía de Tanaka.

Tu corazón empezó a acelerarse con tan solo pensar en aquel chico, ¿desde cuándo te pasaba esto? No podías parar el pálpito, era fuerte y desenfrenado, como él. ¿Por qué siempre se te venía a la cabeza? No podías sacarlo de tus pensamientos ni queriendo.

Te asustaste cuando alguien posó su mano sobre tu hombro, ibas a pegarle una patada sin querer pero la esquivó, entonces te diste cuenta de quién era solo por esa simple acción.

─¡A-ah! Lo siento mucho.

Negó, mirándote a los ojos directamente, expresando su preocupación al agarrar tus brazos para que no pudieras escapar, necesitaba hablar contigo de una vez por todas.

─¿Ha pasado algo malo? ¿Alguien te ha hecho algo? Si lo encuentro juro que lo voy a-

─Está bien. —lo cortaste acariciando sus manos, entrelazándolas— Estoy bien, solo, tengo demasiadas cosas en las pensar.

Sonreíste cerrando los ojos, causando una vista que casi le da un paro cardiaco al chico, sus mejillas comenzaron a tomar color y apretó el agarre que tenía sobre ti, atrayéndote más a su cuerpo.

─¿Y podría saber qué te molesta tanto?

Desviaste la mirada, sin querer afrontar el destino, no te habías parado a pensar cómo se lo tomarían los demás, y ahora estabas nerviosa también por eso.

El ceño de Tanaka se frunció, viendo tu expresión de preocupación, sin pensar mucho terminó de atraer tu cuerpo al suyo, os fundisteis en un cálido abrazo donde ambos estaban más que nerviosos ante aquel tacto. Sentiste que todo tu cuerpo se relajó al sentir como acariciaba tu cabeza con sumo cuidado, temiendo tirar de tus cabellos sin querer. Solo después de unos minutos te animaste a hablar.

─Yo, bueno, solo estaba preocupada porque cuando termine este curso me mudaré.

Se quedó paralizado aún manteniendo el abrazo, inconscientemente te apretó más contra su cuerpo. Al ver su estado decidiste intentar suavizar la situación, sabiendo que a él tal vez también le afectase tu mudanza.

─¡P-pero no me mudaré muy lejos! Tendré que tomar algunas paradas de tren, pero la zona está cerca.

La risa de Tanaka te sacó de tus pensamientos, lo observaste mientras daba leves golpes a tu hombro, ahora estabas confusa por su comportamiento despreocupado.

─Entonces no hay problema, vendrás a visitarnos ¿verdad?

Su cálida sonrisa hizo que todos tus malos pensamientos se desvanecieran, solucionó el problema tan fácilmente y lo tomó tan bien, tal vez simplemente estabas sobre pensando las cosas hasta el punto de preocuparte por una cosa tonta, no es como si te fueras a mudar a otro país.

─¡Sí!

Asentiste con una enorme sonrisa en la cara, olvidando los problemas que te había dado la mudanza, sabiendo que no perderías el contacto con todas las personas que has conocido en Karasuno. Tanaka se sintió satisfecho al verte sonreír de manera tan brillante, no le importaba nada más que hacerte sentir bien, por eso él era tu senpai.