Harry Potter One shots

Tom Riddle

La verdad es que Tom no me da mucha confianza, ya sé que a mi tía le encanta, pero yo creo que solo tiene una extraña habilidad para caerle bien a las personas, aunque no pongo en duda que es guapo, el timbre suena y veo a Hokey correr hacia la puerta, vuelve unos segundos después y anuncia
- Es el señor Riddle, señorita
Suelto un suspiro y camino hacia la puerta
- Señorita Smith - dice él con voz aterciopelada
- Mi tía no se encuentra, lo lamento
- Oh ... bueno, espero que no tenga problema en dejarme pasar y esperarla - dice con una sonrisa
- No creo que sea una buena idea
- Vamos, soy un viejo amigo de su tía, no molestaré
Sonríe de nuevo y lo dejo entrar, Hokey se marcha mientras ve a Tom con ojos entrecerrados, mis dedos se aferran al pomo de la puerta, puedo sentir su presencia a mi espalda, un escalofrío recorre mi columna y giro rápidamente para verlo a la cara, pero pierdo el equilibrio y me tengo que apoyar en él, volteo a verlo, un tanto asustada
- No muerdo - dice él con una risa al comprobar que Hokey se perdió en la cocina, puedo sentir mis mejillas ardiendo
-No lo parece
Digo por lo bajo y él me toma de la cintura y me pega a la pared, me besa como si me hubiera extrañado, trato de no pensar en eso, porque se que no, que seguramente no me extrañó, pero quiere que así lo crea, mi determinación se ve minada por sus labios, son cálidos y venenosos, sus manos me aprietan por la espalda, me enredan y me atraen hacia él, no puedo evitar verme arrastrada hacia su trampa, una trampa en la que he estado cayendo desde hace ya varias semanas, cuando nos separamos nuestras miradas coinciden y puedo jurar que en esos oscuros ojos hay un destello rojo que rápidamente se desvanece
- Te extrañé - dice con su aterciopelada voz
- Hokey podría oírte - le digo en voz baja
- Y ya le dijiste a tu tía que me enseñe esos preciados tesoros de los que habló?
- Si, pero aún no logro convencerla y eso que parece que te adora
- Suelo agradarle a la gente
- Lo sé
- Le volverás a insistir?
Dudo unos segundos
- Bien... trataré - digo sonriendo
Vuelve a besarme y sus tibias manos se posan detrás de mi cabeza, cierro los ojos mientras siento que estoy cometiendo un gran error, uno monumental, suele tener ese efecto en mi, sus besos me impiden pensar y solo quiero que siga haciéndolo, después tendré tiempo de lamentar mis malas decisiones.