Capítulo 42 Inesperado (Seiya)

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Holaaaaa, si este es el otro 42, y bueno espero les guste y que dejen comentarios.
Los personajes pertenecen a Naoko Takeuchi, Yo sólo escribo para divertirme y a ustedes también.
***

Seiya llegó al hospital, después de dejar a Setsuna, esperaba encontrar a Diamante, pero solo estaba Amy y Mina.
- Si deseas puedes quedarte, nosotras vamos por un café. - Le dijo Mina. Amy la miró con desaprobación pero Mina fingió demencia.
Él aceptó y ambas chicas salieron, en cuanto estuvo solo se acercó a Serena y tomo una de sus delicadas manos, le partía el corazón verla tan pálida, parecía tan frágil e indefensa.
- Bombón... No sabes cuánto me duele que estés aquí, y aún más el hecho de ser la persona que más dolor te ha causado... A pesar de lo mucho que te amo... Si pudiera volver el tiempo atrás te aseguro que nada de esto estaría sucediendo... Seríamos tan felices con nuestra hija... Y él bebé que ahora está en tu vientre sería mío. - Dijo dejando que lágrimas silenciosas rodarán por sus ojos.
Esmeralda que había ido a visitar a Serena, se encontraba parada en la puerta y Seiya parecía no darse cuenta de su presencia.
- Te aseguró que aunque me duela Chibi chibi estará contigo, porque mereces estar con ella y darle todo el amor que no pudiste darle por culpa de Reih. Ella... Está muy mal, en cuanto salga de aquí tiene cuentas con la justicia. - Siguió diciendo.
-Seiya... Te amó. - Dijo Serena en un susurro. Pero lo suficientemente alto como para que él y Esmeralda la oyeran.
Seiya sintió que era una alucinación, pues los ojos de su amada permanecían cerrados y ella inmóvil, como si no hubiera dicho nada.
Esmeralda se llevó las manos a los labios, tratando de ahogar un grito que delatará su presencia ahí y se retiró nerviosamente, eso no podía ser... Seguramente lo alucinó, ella no podía amar a Seiya, estaba casada con Diamante, y él la adoraba.
Adentro Seiya seguía preguntándose si no lo habría soñado, pues aunque sabía que lo de ellos siempre estaría vivo a través de Chibi chibi, ella le había demostrado que amaba a Diamante. Y que no lo dejaría por nada del mundo, menos ahora que esperaba un bebé con él.
Decidió que lo mejor era irse, no podía estar ahí, Diamante regresaría en cualquier momento y no tomaría nada bien su presencia junto a ella, así que le dió un beso en la mejilla y se fue.
***
- Esmeralda... ¿Estás bien? -
Ella se volvió hacía la amada voz, evitando mirarlo a los ojos.
- Si... Es que... Deseo tomar un café... ¿Puedes ir conmigo? - Respondió con nerviosismo.
- Yo... Es que... Debo regresar con mi esposa... - Dijo Diamante.
- Por favor... Es solo unos minutos, no me gusta estar sola. - Dijo para evitar que descubriera a Seiya.
Diamante accedió con renuencia, deseaba platicar con ella, pero también deseaba estar con su Princesa.
- ¿De que deseas hablar? - Le preguntó.
- Nada en particular, solo deseaba un poco de compañía. - Dijo, mintiendo un poco.
- Siempre serás una caprichosa. - Dijo Diamante palmeando su mano.
Ella se encogió de hombros, ignorando los latidos apresurados de su corazón, que el simple roce de Diamante había provocado.
Por fin media hora más tarde, Diamante pudo regresar con su amada, y su corazón se llenó de amor al tocar su vientre, ahí crecía una vida, vida creada por él y Serena, y que sería el futuro heredero del Reino, y eso lo hacía sentir feliz y orgulloso.
***
Reih estaba por salir del hospital, ya había maquinado en su mente la forma de huir de la cárcel y estaba empezando a darle forma a su plan.
- ¿Cómo se encuentra? - Preguntó Seiya al doctor.
- Perdió la razón. No sabe en qué día vive. Puede verla usted mismo. - Le dijo el doctor.
Seiya entró y lo que vió lo dejo sin habla, Reih estaba en la cama con la mirada perdida, su rostro desfigurado era desagradable de ver, su hermosa cabellera negra ahora eran escasos mechones en su cráneo.
- ¡Seiya! ¡Mi amor! ¡Qué bueno que estás aquí! - Dijo extendiendo las manos para abrazarlo. - Estás horribles personas no me dejan ir. Y yo solo quiero volver a casa, con nuestra hija. - Añadió con voz mimosa, su actitud era grotesca y lo hizo sentir incómodo.
Seiya no respondió, la miraba a los ojos tratando de encontrar rastros de que estaba fingiendo, pero solo encontró locura.
- Yo... Este... Tengo que irme. - Dijo soltándose de su agarré y saliendo apresuradamente de la habitación.
El doctor le puso un sedante haciéndola dormir, pues también creía en la locura de Reih.

***- En vista de que la señorita Hino, no está en condiciones de ir a la cárcel, estará internada en un hospital psiquiátrico hasta que su diagnóstico sea aceptable

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- En vista de que la señorita Hino, no está en condiciones de ir a la cárcel, estará internada en un hospital psiquiátrico hasta que su diagnóstico sea aceptable. -
- ¡No puede hacer eso! ¡Ella tiene que pagar? - Gritó Molly.
- ¡Guardé silencio o la mando a sacar por desacato! - Le recriminó el juez.
- Por favor Molly... Ella está mal, Ni siquiera sabe lo que dice, ella creé que estamos casados y tenemos una hija. - Le dijo Seiya.
- ¡Qué fácil! Hago lo que me dé la gana, y luego digo que estoy loca y así no voy a la cárcel. - Dijo con enfado.
- Molly... Tú no eres así. - Le dijo Kelvin.
- Lo siento... Pero me da rabia que ella haya hecho tanto daño, y no reciba su castigo. -
- Por lo menos en el psiquiátrico no hará dañó. - Dijo Mina.
Él juez dió los últimos detalles a su sentencia y dió por terminado la sesión.
Todos salieron y se dirigieron a sus casas, Diamante iría por su esposa, ya que ese día saldría del hospital.
***
Llegó el día del traslado de Reih, se sentía feliz de poder engañar una vez más a Seiya. Pasaría sin consecuencias otra vez, todo le saldría bien. Pues no pasaría ni un momento en la cárcel.
Las salas del hospital psiquiátrico estaban divididas de acuerdo al grado de locura de las personas ahí internadas, los más peligrosos los mantenían aislados para evitar que causarán daño a los internos.
Reih fue puesta en una habitación, se mantenía con la mirada pérdida, para dar más credibilidad a su actuación había pedido a una enfermera que le llevará un bebé de juguete y le canturreaba como si fuera un niño.
Todos estaban convencidos de su locura y ella sonreía para sus adentros de lo ingenuos que eran.
Al llegar la noche un enfermero se metió en su habitación y cerró la puerta por dentro, había apagado las cámaras y nadie podría ver lo que ahí pasaría.
Se acercó lentamente y le puso las manos en los labios para evitar que gritará.
Ella se despertó sobresaltada, al sentir al intruso encima de ella. Intento moverse pero el hombre la tenía firmemente sujeta, impidiendo que ella escapará.
- Dicen que eras muy bella... Aunque ahora eso ya no importe... Hueles bien... Aún no tienes el asqueroso olor de las de aquí. - Decía el hombre, jadeando en su oído como animal en brama.
- ¡No! ¡No me toques por piedad! Se lo diré al director de aquí. Irás a la cárcel. -
- Aunque lo digas... Nadie te creerá, para ellos estás loca, y la palabra de los locos no tienen valor, así que cállate, y coopera, si no quieres que te vaya mal aquí. - Le amenazó.
Reih creyó morirse una y mil veces, por las degeneradas acciones que hizo con ella, se daba cuenta que ese lugar era peor que la cárcel, pero ella misma había buscado ese final.
***
Con el paso de los días, los sedantes y las atrocidades que hacía con ella ese hombre, Reih fue perdiendo la razón realmente, era la única forma de soportar lo que ese hombre le hacía, desconectaba su mente, hasta que hubo un momento en que ya no pudo regresar a la realidad.
- *Duerme mi niño, duerme ya, que mami te cuidará* - Canturreaba al muñeco que había pedido. - Seiya... Mira lo hermoso que es nuestro hijo, se parece tanto a tí. - Le decía cuando la visitaba.
Y Seiya sentía lástima de ver en lo que había terminado la orgullosa ex empresaria de la mejor tienda departamental de la ciudad.
Se fue con un mal sabor de boca, deseando no volver nunca a ese carísimo hospital, que pagaría hasta que Reih muriera, se lo debía.
***
Holaaaaa!!!! Muchos perdones por tardarme tanto, pero tuve problemas en mi casa, desde que me descansaron en el trabajo me enfermé y todos en mi familia también se enfermaron, la verdad que está enfermedad es terrible y ya a cobrado muchas víctimas.
Espero que les haya gustado, este capítulo es algo que tenía que hacer, se habrán dado cuenta que es final con Seiya, así que decidí uno distinto para el de Diamante, esperó que les haya gustado ambos.
Bueno les pido perdón y recuerden que los quiero.
Dam Frost.
P.D fueron las fotos más golpeadas que encontré de Reih.

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