Capítulo 21 Infamia

2.3K 200 234
                                    

Hola... ¿Como están? No me odien y no me maten... Por favor, esperó que la guste este capítulo.
Los quiero.
Besos.
Dam Frost.
Los personajes pertenecen a Naoko Takeuchi. Sólo escribo por diversión.

***

Él Príncipe llegó a la cafetería y se dirigió a un joven que estaba ahí.
— Jovencito... Quiero hablar con él dueño de este lugar. —
Sammy lo miró de arriba a abajo y sonrió.
— Le Avisaré a la Señorita Hotaru si puede recibirlo. —
— Esperaré. —
Diamante lo vio entrar en la oficina, y señalarlo por la ventana, ambos lo miraron y tras hablar unos minutos ella salió con cara confundida.
— Buenas Tardes joven, soy Hotaru Tomoe ¿En que le pudo ayudar? — Dijo Con tono cortés.
— Buenas tardes, quiero ver a una empleada suya. —
— Tengo varias empleadas, sea más específico. — Le dijo, estudiando sus reacciones.
Diamante sonrió ante sus palabras y respondió.
— Tiene varias, pero ninguna es tan especial, como la chica que buscó. — Ella levantó una ceja, y sonrió, desde él momento que entró supo a quién buscaba, pero quería saber si era alguien de confianza. — Está bien, la Señorita Tsukino. — Añadió.
Hotaru sonrió ampliamente ante sus palabras.
— Ella no trabaja aquí, se fue hace unas horas, lamento no poder ayudarte. — Respondió con sinceridad.
Diamante la miró a los ojos y supo que hablaba con la verdad, esa chica de ojos violetas le cayó bien, se veía buena persona.
— Lamentó haberte quitado tu tiempo. — Le Dijo y se levantó.
— No Te preocupes... Y si sabes algo de ella informame por favor. Me gustaría saber que esta bien. —
Salió cabizbajo, cuando la había encontrado la perdía nuevamente, pero en su interior sentía que pronto la encontraría.
***
Serena sintió pánico sólo de pensar en que Seiya descubriera que estaba embarazada, así que se fue dejándolo ahí a mitad de la calle, cruzó sin ver a ningún lado, solo quería huir de Seiya y de todo el dolor que él implicaba. De pronto sintió un golpe que le provocó un intenso dolor y perdió la conciencia, sumergiéndose en una oscuridad aterradora.
— Mi bebé... — Le dijo a los paramédicos en un murmullo y volvió a perder el sentido.
***
Reih se detuvo en un estacionamiento público, unas calles adelante y sonrió complacida, ya se había deshecho de un problema.
Decidió seguir a distancia prudente, sabía que si actuaba rápido, podía evitar que viera a Seiya que iba tras la ambulancia.
— Príncipe Diamante... Pronto tendrás que ayudarme, estés o no de acuerdo. — Pensó con perversas intenciones.
***
Los paramédicos bajaron la camilla tan rápido como pudieron, ya los esperaba él doctor de turno con todo listo para meterla a terapia intensiva.
Seiya llegó pocos minutos después y se dirigió a la recepción.
— ¿Dónde esta la chica que acaban de traer? — Preguntó impaciente.
— La están examinando señor, deme sus datos para registrarla. — Le dijo la enfermera, con frialdad, acostumbrada a ese tipo de situaciones.
Seiya atendió sus preguntas impaciente por saber que ocurría con su amada Bombón.
— Tendrá que esperar a que terminen con ella, sientese por allá. — Dijo Señalando unas incómodas sillas.
Seiya comprendió que no tenía casó renegar y obedeció.
Los minutos se convirtieron en horas, sin que tuviera noticia alguna, la impaciencia lo comía por dentro. Por fin se decidió a preguntar.
— Señorita... Ya paso mucho tiempo, ¿Porqué no me dicen que pasa? —
— Tiene Que esperar al doctor... Miré ahí viene, él la dará información. — Le Dijo.
Seiya corrió a él, dispuesto a acribillarlo con preguntas.
— ¿Cómo esta ella doctor? — Dijo Con voz quebrada.
— Su Situación y la del bebé es delicada y... —
— ¿Bebé? — Dijo Confundido.
— Si... Él bebé que ella espera, corre peligro... —
Seiya estaba blanco como la cera, no podía creer lo que escuchaba, ella paso todo ese tiempo sin decirle nada, por eso huyó de él, ahora lo tenía claro... Ella estaba evitando que se acercará a los dos.
— ¿Cuantos meses tiene? —
— Me Parece que tiene 7... Pero necesitó estabilizarla para poder sacar al bebé... o los dos morirán. — Dijo Con voz solemne.
— ¡No! Usted tiene que salvarlos... No les puede pasar nada... ¿Me Entiende? — Le Dijo desesperado sujetándolo de la bata.
— Joven... Necesita Calmarse... O lo mandó sacar del hospital. — Le Respondió con voz molesta.
Seiya se hizo para atrás, no podía alterarse.
— Miré... Vaya A su casa y descansé... Hoy no lo dejaré verla... Regresé mañana. — Dijo Con voz comprensiva.
Seiya negó con la cabeza con obstinación.
— Haga Casó... Descansé... Por favor. —
Se retiró y Seiya se salió de ahí, se bañaría y volvería al día siguiente muy temprano, así vería a su Bombón y le explicaría porque se había callado.
***
Tan pronto como vio salir a Seiya Reih entró a pedir informes.
— La Señorita esta muy grave... Ella Y su bebé corren peligró, la operáremos en cuanto este estable. — Repitió La enfermera.
Reih sonrió para sus adentros todo estaba saliendo mejor de lo que esperaba.
— Miré... Yo soy muy amiga de ella... Y sabe... ¿Vio Al joven que salió hace unos momentos? Es el padre del bebé, pero la trataba muy mal, por eso ella huyo de él. — Susurró.
La enfermera abrió los ojos muy grandes.
— Pero... Se ve tan buena persona. —
— Ante Todo él mundo... En el fondo es un hombre muy agresivo. ¿Porqué cree que ella esta aquí? Él le ocasionó el accidente, quiere estar seguro de que ella no lo va a delatar — Respondió.
— ¡Vaya! ¡Es increíble! — Exclamó.
— Miré... Le pagaré muy bien si usted le dice que ella murió. Así él la dejará en paz y ella vivirá tranquila el resto de su vida. — Le Dijo en voz baja.
— Pero... No puedo hacer eso... Es que... Si me descubren... — Dijo con voz dudosa.
— Pero es por el bien de ella... Tomé en cuenta que si él viene y se la lleva... Sufrirá mucho a su lado... Y usted no quiere eso ¿Verdad? No podría usted dormir sabiendo que él la hace sufrir, además... Con Lo que le pagaré puede irse muy lejos y conseguir una vida nueva. — Le Dijo para convencerla.
— Esta Bien... Pero lo hago por ella... Más que por la paga. — Dijo Con mirada ambiciosa.
— Muy Bien... Le daré mi tarjeta y usted me habla y me dice cuando lo haya hecho... Y vendré a pagarle... Y muchas gracias. Es lo mejor para mi amiga. — Le Dijo palmeando su hombro.
La joven asintió y Reih Se fue feliz, todo salía a pedir de boca.
***
Al día siguiente a las 7 de la mañana Serena ingresó a la sala de operaciones.
Él doctor se veía muy preocupado, Serena estaba delicada de salud y ambos estaban en peligró. Sudaba frío mientras trataba de salvar sus vidas.
Seiya esperaba impaciente mientras era intervenida... La enfermera aguardaba con nerviosismo él momento de poder hacer lo que Reih Le había pedido, si el doctor estaba ahí no podría hacerlo.
A medida que avanzaba el tiempo empezaba a creer que no había necesidad de mentir y que en verdad ella moriría. Por fin dos horas después, nació una hermosa y diminuta bebé de escasos cabellos rojos y piel blanca con pecas en sus mejillas. Su llanto ser escuchó por todo él lugar y Seiya Sintió un vuelco en el corazón.
La enfermera sacó a la niña para limpiarla y se topó con Seiya que al oír su llanto se había parado afuera del quirófano. Se quedó helada, iba a ser difícil que le mintiera.
— Es... Mi bebé... ¿Verdad? — Dijo Con lágrimas en los ojos al ver su cabello tan parecido al de su hermana.
— Si... Es su hija... Y voy a necesitar ropa para ella. —  La Enfermera sintió que era la oportunidad que necesitaba para hacer que se fuera y poder pensar como decirle lo que Reih quería.
— Y su madre... ¿Cómo esta? — Preguntó ante el nerviosismo de la mujer.
— Aún no terminan con ella, pero esta muy grave, puede pasar cualquier cosa. —
— No... Ella estará bien... Es muy fuerte y sabe que nuestra hija la necesita. — Respondió con seguridad.
— Vaya por la ropa... No tarde. — Dijo para alejarlo.
— Si... No tardaré. — Y caminó a la salida ante el alivio de la mujer.
Iba Preocupado pero feliz por su hija, era una bebé muy hermosa a pesar de ser tan pequeñita.
***
— La Niña esta muy bien. — Le Dijo el doctor a la enfermera.
— ¿Y cuándo las dará de alta? — Le preguntó la enfermera al doctor.
— La niña ya mismo, ya dejé firmado su alta, a pesar de ser prematura esta sana y puede irse EB cuanto este lista, pero la madre esta muy mal, su mala alimentación y falta de cuidados la tiene entre la vida y la muerte. Aplique suero con vitaminas y deje que duerma... No permita que nadie la molesté. ¿Entendió? Nadie puede verla, ni alterarla. Me retiró regresó mañana.  — Le Dijo con cara de cansancio.
La enfermera sonrió para sus adentros. Podría decir lo que Reih le pidió sin problemas.
***
Cuando Seiya llegó cargado de bolsas de ropa de bebé, la enfermera sonrió, haría lo que debía hacer y nadie la detendría.
— Qué bueno que llega señor, ya tardó demasiado. — Le Dijo.
— ¿Cómo están las dos? — Preguntó con ansiedad.
— La Niña esta perfecta, ya se la puede llevar, él doctor dejó todo listo para que la saque del hospital. — Respondió.
— Y... Ella... ¿Cómo está? —
— Ella... No resistió la operación. — Dijo Con voz baja.
Seiya sintió que todo se rompía en su interior. Como si su alma se sumergiera en la más densa oscuridad. No podía ser... ¡Su Bombón no podía estar muerta!
— ¡Está mintiendo... Ella no puede estar muerta! — Dijo Sacudiéndola con fuerza.
— ¡Señor me esta lastimando! ¡Sueltemé! — Dijo asustada.
— ¡Quiero Ver su cuerpo! ¡Déjeme verla! — Dijo Con lágrimas de dolor.
— Eso Es imposible... Un joven reclamó el cuerpo. No sabemos donde la llevó. — Dijo Siguiendo adelanté con la mentira.
— ¡Usted esta mintiendo! Ella... Está viva... — Dijo loco de dolor.
— ¡Basta! Llevese a su hija y no vuelva. O lo mando a hechar por los guardias. — Dijo Corriendo a la incubadora para dársela.
Apenas se la entregó corrió a encerrarse en él baño llena de temor. No quería que desconfiará de lo que le dijo. Porque no sabría que responder.
Seiya tomó a la pequeña y la acuno en su pecho con amor. Ese pequeña personita era él fruto de su amor con Serena.
La besó incontables veces mientras revivía en su mente el pálido rostro de Serena cuando lo vio por última vez, apenas él día anterior.
Un enorme remordimiento se anidó en su interior, ella se había ido para siempre, no pudo conseguir que lo perdonará.
— Tú madre se fue... No alcance a decirle que la amaba, toda su vida sufrió y no pude hacer que sus últimos días fueran felices. — Dijo Llorando sin consuelo. — Pero tú... Serás la niña más feliz del mundo. Yo me encargaré de que nunca te lastimen, en ti depositaré todo él amor que tenía para tú madre. — Añadió saliendo con ella del hospital.
En cuanto llegó a su casa se encerró en la habitación y la arrullo en sus brazos. Comenzó a cantar mientras la miraba con amor.
Recuérdame hoy me tengo que ir mi amor
Recuérdame
No llores por favor
Te llevo en mi corazón y cerca me tendrás

A solas yo te cantaré
Soñando en regresar

Recuérdame aunque tenga que emigrar
Recuérdame
Si mi guitarra oyes llorar
Ella con su triste canto te acompañará

Hasta que en mis brazos estés
Recuérdame...
Recuérdame hoy me tengo que ir mi amor
Recuérdame
No llores por favor
Te llevo en mi corazón y cerca me tendrás .

La niña estaba dormida y él se acostó a su lado y cerro los ojos reviviendo cada segundo a lado de su Bombón. Las lágrimas resbalaban por sus mejillas en un caudal sin fin, sin lograr mitigar el dolor que le desgarraba él alma.
Por estúpido la había perdido para siempre... Lo único que tenía de ella era esa pequeñita que era su reflejo mismo y en quien depositaria todo su amor. No estaba sólo, ella le había dado el mejor de los regalos.
***
La enfermera marco el número de Reih.
— Ya hice lo que me pidió. Ese hombre se llevó a su hija. — Dijo En voz baja.
— "Su hija" Pero... ¿Cómo permitió que eso pasará? ¡Ese no era él trato!— Dijo Furiosa.
— No pude evitarlo, lo siento. —
— Es Una inútil... Mañana le llevaré su cheque y desaparezca para siempre. — Dijo Y colgó.
Pensándolo bien... Esa Bebé era su boleto a la cama de Seiya. Sonrió con maldad, cada vez disfrutaba más él daño que le causaba a Serena, ella se arrepentiría de cruzarse en su camino.
Apenas salió le marco al Príncipe Diamante.
***
— Habla una amiga. La chica que buscas esta en él hospital general. Muy grave, puede morir en cualquier momento. — Dijo Y colgó.
Ahora solo debía esperar que fuera por ella y desapareciera de sus vidas.
***
Él Príncipe se encontraba en su suite cuando recibió la extraña llamada, la voz le parecía familiar, pero no sabía a quien se debía, al escuchar que Serena estaba en peligro de morir sintió todo derrumbarse dentro de él. Ella no podía morir. La sacaría de ahí y se la llevaría a otro hospital.
***
Hasta aquí, prometo apresurarme y hacer mejor él siguiente.
La canción es de la película *COCO* de Carlos Rivera. "Recuerdame" "Remenber me"

Engaño De AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora