Capítulo 33 Sombras en el corazón

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Hola... ¿Cómo están? Esperó que bien. Yo estoy bien, un poco cansada, últimamente me da mucho sueño, y luego mi mamá se enfermó y pues estuve algo ocupada.
He leído comentarios de que me tardo mucho y así... Pero créanme que escribo tanto como puedo, tratando de escribir las imágenes que fluyen en mí cabeza, para que lo vean de la forma en que yo lo veo. Esperó que no me odien por eso.
Bueno aquí está el capítulo esperó que les guste, aquí tengo la idea que me dió Nailemi225 y Vaiperine. Gracias a MarielaMolinaNuez por su apoyo e ideas, bueno ojalá que les guste.
Los personajes pertenecen a Naoko Takeuchi sólo escribo por qué me encanta.
Los quiero... Besos...
Dam Frost.

***

Reih estaba esperando en la sala de visitas, encendió un cigarrillo con impaciencia, mirando con desagradó el lugar.
Los hombres que estaban ahí la miraban con lascivia, relamiéndose los labios con insano deseó, ella que estaba acostumbrada a atraer a los hombres con su exuberante anatomía, la hacían sentir incómoda las mirada obscenas de esos sujetos.
— ¿A qué debo tu presencia por este lugar tan fuera de tu nivel? — Pregunto Darién con una sonrisa burlona, por la forma en que se removía en su asiento.
Ella lo miró con desagradó, su barba descuidada y una cicatriz en una mejilla, le indicaban que no la había pasado nada bien en los últimos años.
— Pensé que te interesaría una información. — Dijo sobreponiéndose rápidamente a su desagradable aspecto.
— Tú no puedes decirme algo que sea de mí interés. — Dijo ignorando su mirada altiva.
— Hmm yo creó que sí. — Dijo mostrando el periódico donde venía el compromiso de Setsuna.
Darién lo vió y apretó los labios con rabia, esa mujer se había olvidado de él, podía verlo en la forma en que se paraba junto a Seiya, ese hombre una vez más le quitaba algo.
— ¿Ves que si era importante? ¿Vas a permitir que se burle de tí? — Pregunto con cinismo.
— Estoy encerrado, no sé que más puedo hacer. — Respondió, si la manipulaba bien, ella lo sacaría de ese lugar.
— No tienes que manipularme... Tú y yo somos iguales, siempre buscamos nuestra conveniencia. Sí te ayudó a salir, será para desenmascararla frente a Seiya, en unos días vendrá un abogado para decirte lo que tienes que hacer. Ella se casará pronto y eso no debe ocurrir. —
— ¿Qué tiene Seiya? ¿Porqué haces todo esto por él? —
— Tiene algo que tu no... Si eres atractivo, eso ni dudarlo, pero él es... Cómo decirlo... Tiene dinero, eso es primordial, es guapísimo, y sobre todo, es un caballero con las mujeres... Es un excelente amante... Bueno ¿Necesitó decir más? — Dijo con voz burlona.
— Si... Eso es cierto, aunque me preguntó ¿Porqué te tomas tantas molestias por alguien que nunca te hará caso? Porque el prefirió a una mesera como Serena Tsukino, incluso a Setsuna, por encima de tí. ¿Qué tienen ellas que no tienes tú? — Respondió regresando el golpe.
— ¡Eres un imbécil! ¿Cómo te atreves a hablarme así? Sabes que puedo dejarte aquí. — Respondió trinando de rabia.
— Puedes... Pero no lo harás, porque te conviene que salga de aquí y arruiné los planes de boda. — Dijo con cinismo. — Y respondiendo a mi pregunta, te diré que ellas son más mujer que tú, tú solo eres una muy cínica y cara mujerzuela, muy bella, pero sin alma, y ellas son hermosas por fuera y por dentro... Bueno... Esperó noticias tuyas. — Dijo.
— Esa mujer murió... Hace dos años... Seiya fue el responsable. — Dijo antes de que saliera.
— No es algo que me importe. — Respondió tras unos minutos y salió de la sala de visitas.
Reih se levantó, aún sentía rabia por las palabras de Darién, pero era conveniente aliarse, así que debía sacarlo de ahí, siempre habría otro momento para vengarse de él, porque no permitiría que se burlará de ella.
***
Estaba muerta, como pudo no saberlo, nunca le dijo que la había querido de verdad, en algún momento pensó que podrían tener un hogar... Pero su vicio fue más fuerte, logró meterla y así fue como logró que le diera dinero con su cuerpo, le era muy difícil verla con otros hombres, sólo podía soportarlo embrutecido en el alcohol.
Aún recordaba lo difícil que fue dejarla por Kakyuu, pero su dinero fue más fuerte que el amor.
Nunca pensó que ella moriría, y que Seiya fuera el causante, él, le haría pagar por lo que le hizo. Era un juramento.
***

Engaño De AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora