Transformación.

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Serena se levanto auxiliada por Molly y se dirigieron al auto de Seiya, un precioso Ferrari color rojo, que a Serena le pareció hermoso. Observó el auto detenidamente y luego miró a Seiya recargado en el cofre aguardándolas, era tal como su dueño, elegante, y dinámico, incluso un poco salvaje, recorrió con la mirada, las firmes y varoniles manos de Seiya, sus facciones atractivas y sus azules ojos, con un ligero aire de soledad y misterio, si definitivamente el auto y Seiya se complementaban muy bien, era difícil imaginar uno sin el otro.
Molly iba a subir adelante, pero Seiya se lo impidió.
— Molly... Tú vas atrás, quiero qué Serena vaya enfrente. — Molly rodó los ojos resignada y se sentó en la parte de atrás. Serena se sentó con nerviosismo mientras Seiya le detenía la puerta caballerosamente y luego se sentó junto a ella.
— Bien... El doctor nos espera... Ojalá y diga que tu pié a evolucionado favorablemente, para que te quite ese yeso. — Dijo en tono alegre.
Serena asintió y desvío la mirada para que el no notará la tristeza que le dieron sus palabras. Si se recuperaba se iría para siempre y nunca volvería a verlo, eso la lleno de una repentina angustia, apenas lo conocía, pero ya era una parte esencial para ella. Movió la cabeza con obstinación, no entendía que le ocurría, ¿Cómo podía sentir tanta necesidad de un desconocido? Aunque este fuera así de guapo.
Seiya la vio de reojo y estudio su perfil detenidamente, no parecía la chica que el imaginaba, ¿Y si estaba equivocado respecto a ella? ¿Y si solo había sido una víctima de las circunstancias y de "él"? Eso sería terrible para sus planes porque estaría utilizando a una inocente.
No... Eso era imposible, ella a pesar de su delicada belleza, escondía un alma retorcida y calculadora.
Molly los observaba en silencio, también a ella le parecía que su tío Seiya estaba equivocado. "No te acerques a ella ni le confíes nada, es una persona que tuve el infortunio de accidentar, y lamentablemente debe quedarse con nosotros mientras se repone". Recordó que esas fueron sus palabras cuando la llevo y sabia aunque él no le dijera nada, que todo eso solo había sido una mala excusa, que había usado para que no le preguntará nada más, respecto a ella. Intuía que había un secreto escondido en todo eso. Desecho sus pensamientos y se concentró en la ventana para distraerse, ya que no le apetecía hacer de detective... Por el momento.
***
Darién se sento en su auto a esperar con cierta impaciencia, a que él chico se moviera de ahí, había decidido seguirlo, estaba seguro que él no era la persona que se había llevado a Serena, pues su aspecto no era el de un dueño de un auto tan costoso, pero le daría el paradero de ella sin problemas con sólo seguirle.
"Debo decir que iban muy amartelados" "estoy segura que se conocían muy bien". Las palabras de la mujer seguian retumbando en su cabeza, martirizándolo y llenándolo de rabia.
— Esa idiota se cree que puede librarse de mí, pero esta muy equivocada, le costará mucho que su nueva conquista no sepa la clase de mujerzuela que es. — Masculló entre dientes, mientras seguía a Andru a distancia prudente.
***
— Pues parece que su pie esta mucho mejor. ¿Ya no duele cuando lo muevo? — Preguntó el doctor, moviendo su pie suavemente.
Un ligero rictus de dolor turbo el rostro de Serena.
— Solo un poco. — Dijo con voz quejumbrosa, sintiendo en su interior una alegría de poder estar un tiempo mas junto a Seiya.
Seiya sintió un gran alivio, diciéndose interiormente que era para poder llevar a cabo su plan, aunque dudando si esa era la verdadera razón, y no porque estuviera enamorándose de ella.
— Con este anti-inflamatorio, podrá reponerse más rápido. — Dijo extendiendo una receta.
— Muchas gracias doctor, ya sabe a donde enviar la cuenta. — Dijo Seiya ayudando a Serena a levantarse.
— También puede usar unas muletas para caminar ella sola. — Añadió el doctor.
— Muchas gracias, en este momento las compró, así podrá ir a donde quiera sin problemas. — Dijo alegremente, sabiendo que entonces ya no dependería de Andru para moverla.
— Me da gusto, bueno los veo en 3 días, espero que para entonces ya pueda quitarle el yeso. Hasta luego y que tengan excelente día. — Dijo el doctor, levantándose para despedirlos.
— Molly... Vamos hay que ir de compras. — Dijo saliendo del consultorio.
— Oye... Ya te dije que no quiero ropa. — Dijo Serena.
— ¿Quién te dijo que es ropa? Vamos a donde venden cosas para hospitales o algo así. Es por recomendación del doctor. ¿Recuerdas? — Dijo Seiya con arrogancia, ante la mirada de enojo de Serena.
Molly soltó una risita mal disimulada, y los siguió, para ella era divertido ver como se esforzaban en ocultar su atracción.
***
Mina entro a la oficina de Seiya y se sentó frente a él con desparpajo, a veces le costaba mucho ser la sofisticada esposa del Gran Yaten Kou, uno de los dueños de la mejor disquera de Tokio, lo amaba pero a veces le gustaría que fuera más espontáneo y que se dejará llevar por ella.
Seiya la miro sentarse frente a él, como una adolescente malcriada y sonrió divertido, le agradaba esa chica, gracias a ella Yaten se había vuelto más divertido, aunque no perdía la mala costumbre de juzgar sin conocer a las personas.
— ¿Y bien? ¿Para que me has llamado? — Preguntó incómoda por la mirada de Seiya.
— Tranquila no te desesperes, espera un poco, ¿Qué tal tu día? —
— Seiya, no me gusta la forma en que me citaste aquí, no me gusta guardar secretos a Yaten. — Dijo molesta.
Seiya iba a responder pero en ese momento se abrió la puerta.
— Bien Seiya ¿Qué quieres? Te advierto que llevó prisa. ¿Y porque no quieres que Taiki sepa de esta reunión? Mina, ¿A ti también te cito? — Dijo y Seiya sonrió, de verdad que ellas eran muy parecidas a sus maridos.
— ¡Huy! Cuanta impaciencia. ¿No te parece que son muchas preguntas? Chicas, la verdad es que necesito su ayuda. —
— ¿Ayuda? — Preguntaron al mismo tiempo, y Seiya sonrió.
— Ya saben que quiero llevar a Bombón al baile de beneficencia, y pues ella no sabe nada de como comportarse o vestirse, es por eso que quiero que me ayuden, como bien dijo Taiki, la prensa me acabaría, si ven que no esta a mi altura y... —
— ¿Ósea que tu piensas que ella vale menos que tú? — Dijo Amy indignada sin dejarlo continuar hablando.
— ¡No! Es sólo que cuándo ella se vaya quiero que lleve una vida distinta de la que lleva y... —
— ¿A que te refieres con una vida distinta? — Le corto Amy por segunda vez.
— ¡A nada! Es solo que me gustaría que ella ya no fuera mesera. Bueno cambiando de tema, ¿Me ayudarán? Pero quiero que sea un absoluto secreto, ella no debe enterarse nunca que se los pedí, quiero que sea algo así como sí fuera idea de ustedes. Por favor. — Suplicó.
— Si, si, ok, te ayudaremos. ¡Ahhh! ¡Sera maravilloso! ¡Seremos como el Hada Madrina de Cenicienta. — Dijo Mina llena de emoción.
— Tengan, una tarjeta para las compras. —
— ¡Claro que no! ¡Nosotras nos haremos cargo! — Dijo Amy enfadada.
— Bueno, bueno, no te enfades, sera como quieren, anden, vayan y sorprendame. Espero maravillas. —
***
— ¡Hola Lita! —
— ¿Amy? ¿Mina? ¿Qué hacen aquí? — Pregunto Lita con sorpresa.
— Venimos a ayudar a Serena, Amy me comentó que ira al baile de Beneficencia con Seiya. No queremos que Seiya pase un mal momento por que ella no sabe como comportarse. — Dijo Mina.
— Él sabe perfectamente que ella no esta educada para comportarse en público, y aun así decidió invitarla, no creo que le importe el que dirán. — Respondió Lita.
— Él nos pidió que lo hiciéramos. — Susurro Mina.
— ¿Qué? ¿Cómo pudo hacer algo así? Si se avergüenza de ella, ¿Para que la invita? Pero me va a oír, ese tonto, me va a oír. — Dijo Lita enojada.
— Lita, es lo mejor para ella, cuando se vaya de aquí, tal vez la prensa la acose con preguntas que ella no sabrá contestar, deja que la ayudemos. Anda ve por ella, por favor. — Dijo Amy.
Lita asintió sin estar segura de que fuera lo mejor, pero sabía que ellas harían su mejor esfuerzo en transformar a esa chica tan peculiar en una belleza.
— ¿Hola? — Preguntó dudosa.
— Amy... Creo que necesita ayuda con urgencia, una manicura y pedicura son indispensables. — Dijo Mina después de unos minutos.
— Tiene una piel hermosa, pero un facial la dejará estupenda. — Respondió Amy.
— Si... Tienes razón, y Lita nos ayudará con sus modales ¿Crees que sea necesario un corte de pelo o algo así? — Dijo Mina.
— Tal vez un despunte, su cabellera es preciosa, eso sí un peinado exótico le quedará maravilloso, Seiya se va a morir cuando la vea. — Respondió Amy.
— Cierto, y hay que pensar en el vestido, ¿Qué color estará bien? ¿Azul, rojo o tal vez negro? Creo que un estilo princesa, o tal vez sirena... — Dijo Mina.
— ¿Princesa? ¿Sirena? Si no es una boda. —
— Oigan, estoy aquí, por si no lo han notado. — Habló Serena.
— Amy, soy la mejor en moda, además recuerda que Reih siempre se viste maravillosamente, no debemos permitir que se vea mejor que ella... Y he visto vestidos exquisitos en la Boutique de Madame Esmeralda. Creo que ahí es donde debemos ir... a Black Moon. — Siguió hablando ignorando a Serena.
— ¡Esto ya es demasiado! Me voy. — Dijo dándose la vuelta trabajosamente, para irse.
— Serena... Tenemos mucho trabajo que hacer contigo, ven vamos a la cocina. Lita nos esta esperando. — Dijo jalándola hacia la cocina sin importarle las muletas.
Lita ya los esperaba con la mesa puesta.
— ¡Esto es muy difícil! ¿Cómo sabré con que cubierto comer cada cosa? Soy demasiado tonta para aprender. — Dijo al cabo de unas horas.
— Tú solo observa lo que hacemos, y tendras que imitarlo, sera fácil. — Dijo Amy al ver que se desesperaba.
— Espero que sea así de sencillo. — Dijo insegura.
***
Habían pasado unos días, las muletas y el yeso habían sido retirados y estaba intentando caminar como Mina.
— ¡Asi no Serena! Debes caminar derecha, pareces Bambi recién nacido. — Le decía Amy.
— ¡Si, es fácil, solo sigue mis pasos! — Decía Mina, al borde de la desesperación.
— ¡Es imposible que camine con estos zapatos! ¿Quieren que vuelva a torcerle el pie? Definitivamente no iré a ese baile. Haré el ridículo enfrenté de todas esas personas. —
— Mira, yo se que podrás, es fácil, solo camina de puntitas, y vamos que ya nos están esperando, para mostrarte los vestidos. — Dijo Amy.
— ¿Vestidos? Pero... Yo no tengo para comprar ningún vestido. —
— No te preocupes, sera cortesía de nosotras. — Dijo Mina.
— ¡De ninguna manera permitiré eso! Yo jamás podré pagarles. — Replicó.
— No importa, solo toma eso como un regalo, además queremos ver la cara de tonto que pondrá Seiya en cuanto te vea. — Dijo Amy.
— Y lo mejor sera la cara de Reih y nuestros maridos. Te veras espectacular, no te reconocerá ni tu madre. Te aseguró que le callaras la boca a ella y a nuestros queridos esposos. — Dijo Mina sonriendo con malicia.
***
El gran día llegó, Seiya aguardaba impaciente en la sala a que Serena llegará, ya tenia 15 minutos esperándola y le parecían una eternidad.
— ¿Cuanto tiempo mas tardarán estas mujeres? ¿Es que no tienen suficiente tiempo para arreglarse? — Le dijo a Andru ya muy impaciente.
— Las damas están listas. Su novia quedó hecha un Bombón. — Dijo el estilista a Seiya.— La suya también se ve hermosa. — Dijo a Andru.
— Ya estoy lista. — Dijo Serena con voz tímida.
Seiya se volvió lentamente y cuando la vio se quedó sin habla. Frente a él estaba la criatura mas celestial que hubiera visto antes. El vestido azul turquesa de seda y encaje, le ajustaba perfecto, su blanca piel resaltaba más con él vestido, y sus ojos se veían aún más azules, sus rojos labios eran una tentación para él, y su rubio cabello estaba peinado de forma sofisticada, realzando su bello cuello, se veía maravillosa, aún más con el rubor de sus mejillas.
Serena también lo observó, se veía muy atractivo con su traje de etiqueta negro, hecho a medida.
— ¡Estas bellísima! — Dijo Andru corriendo hacia ella, algo que ha Seiya le desagrado visiblemente.
— ¡Gracias! Tú te ves estupendo. — Dijo mirándolo con una sonrisa.
— Es hora de irnos no me gusta llegar tarde.— Dijo Seiya, tomándola del brazo.
— ¡Lita! Seiya y yo seremos los chicos mas envidiados de la fiesta. — Dijo mirando a la chica con su hermoso vestido color esmeralda.
Cuando salieron a Serena le pareció, ver a Darién parado al frente de la casa y palideció notablemente, sus manos empezaron a temblar.
— ¿Qué te ocurre? ¿Te sientes mal? — Pregunto Seiya.
— No... Son los nervios por la fiesta. — Dijo evadiendo su mirada.
Estaba segura que se parecía mucho a él, pero tal vez solo era su imaginación, no podía ser Darién, tenía mucho tiempo sin verlo y él no sabía donde se encontraba.
***
Bueno espero que me disculpen por tardarme. Esperó que les haya gustado.
Besos.
Dam Frost.
P. D. Así me imagino el vestido azul de Serena.
P. D.2 Feliz cumple a Tammy Kou. Un poco tarde.

Engaño De AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora