— Pa....el idiota ya no está, lo despedí.–se corrigió y le sonreí al ver que usó mi sobrenombre.

— ¿Cual fue el pretexto?–cuestionó el bajista.

— Villanía–aseveró.

— Bob Geldof. Lo llamé para que los incluyera en la lista para el concierto de Live Aid, pero quiere una respuesta ahora.–anunció Miami.–Deben tomar una decisión. Ya se vendieron todos los boletos, 100.000 personas Wembley, 100.000 personas en el estadio JFK de Filadelfia, una audiencia televisiva global en todo el mundo, en 150 países, 13 satélites. En las olimpiadas sólo habían tres.

— No hemos tocado juntos en años.–murmuró mi rubio, acariciándome una parte descubierta de mi cintura.— Es un suicido volver a tocar por primera vez frente a millones.

— Más bien van a ser miles de millones. ¿Quienes son estos cuatro dinosaurios?–señaló a los miembros de la banda.— ¿Dónde está Madonna o donde está Allison?

— ¡Ey!–lo apunté con el índice.–No me metas en esto.–él solo levantó los brazos de forma inocente.

— Veinte minutos, eso es todo. Todos tendrán lo mismo.–avisó–Jagger, Bowie, Elton, McCartney, 'The Who', 'Led Zeppelin',–agarró una hoja la cual supongo que tiene los nombres de los que participarán en el concierto.–Phil Collins, Bob Dylan y Ally.–terminó de leer la lista.

— Excelente compañía.–exclamó John, su voz llena de ironía.

— Todas las bandas importantes tocarán en el concierto.

— Escuchen, yo solo sé que si despertamos el día de después del concierto y no contribuimos con nada... lo lamentaremos hasta el día de nuestra muerte.–nos quedamos callados— Por favor.

— Bueno. ¡La banda está devuelta!—festejé.

Yo ya había terminado de ensayar por lo cual me encontraba viendo como los chicos ensayaban y todo estaba muy bien

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Yo ya había terminado de ensayar por lo cual me encontraba viendo como los chicos ensayaban y todo estaba muy bien... en general. Lo único que no cuadra es que Freddie está teniendo algunos problemas.

Dejaron de tocar y los chicos quisieron dejar el ensayo para más tarde ya que notaron los problemas de Fred.

— Lo siento.–se disculpó el cantante— Sueno del carajo.–los chicos empezaron a guardar sus cosas y me bajé del amplificador en el que me encontraba para dirigirme con Roger, el cual me abrazó por la cintura.— Todos ustedes suenan divinos. Ha pasado tanto tiempo, siento la garganta como la ingle de un buitre.

— Todavía tenemos una semana.—tranquilizó
novio mientras veíamos que todo estuviera en su lugar.

— Lo lograremos.—animó John.

— Lo estamos haciendo bien, Fred.–habló Bri.

— Solo necesitas descansar.—le di una sonrisa reconfortante. Entre los cuatro comenzamos a hablar sobre un bar hasta que Freddie llamó nuestra atención.

— Antes de que se vayan, ¿tienen un segundo?– asentí al igual que los chicos.— Lo contraje.

— ¿Contrajiste que?–preguntó John, igual de confundido que todos nosotros.

— SIDA—al escuchar eso sentí mis ojos picar, no quería llorar. Sabía que eso era lo último que Freddie necesitaba.— Quería que lo escucharan de mi.

— Fred, lo siento mucho...—comenzó mi hermano.

— Brian basta.—lo cortó Freddie— Por ahora se queda entre nosotros, solo entre nosotros. Y, por favor, si alguno me compadece o lo lamenta, me aburre con su empatía.–la primera lágrima cayó.— Serán segundos desperdiciados. Segundos que podrían usarse para hacer música, y eso es lo único que quiero hacer con el tiempo que me queda. No tengo tiempo para ser su víctima, su publicidad contra el SIDA, su advertencia a todos. No. Yo decido quien soy. Voy a ser lo que fui destinado a ser. Un intérprete que le da a las personas lo que quieren; tocar el cielo. Yo soy Freddie putas Mercury.

— Eres una leyenda Fred.—afirmó Rog con la voz quebrada. Trataba de contener las lágrimas pero me era imposible, una que otra se escapaba.

— Por supuesto que lo soy. Todos somos leyendas pero tienes razón, soy una leyenda.— soltamos una risita— Ahora déjenme poner mis jodidas cuerdas vocales en orden y haremos un agujero en el techo de ese estadio.

— En realidad... Wembley no tiene techo.—dije soltando una risita junto con algunas lágrimas y los chicos rieron conmigo.

— ¿No?

— Es cierto, no lo tiene.–apoyó Bri conteniendo sus lágrimas.

— Entonces haremos un agujero en el cielo.—aseveró señalando al techo.

Todos nos acercamos para darnos un abrazo y ahora si dejé caer mis lágrimas libremente.

— Aunque estén llorando como cuatro niñitas sigo amándolos.–todos nos separamos pero me quedé con Freddie para enrollar mis brazos en su cintura y abrazarlo con fuerza.— Te amo, preciosa.–susurró abrazándome más fuerte y dejando un beso en mi coronilla.

Levanté mi cabeza para mirarlo y sonreí.–Te amo Freddie.

Nos separamos del abrazo y pude ver a los chicos hablando en la puerta.

–Después de ti.–dijo mi hermano, amable como siempre.

–No, después de ti.–dijo Rog desinteresado por quien pasara primero. Vi que John iba a hablar pero me adelanté con Freddie a mis espaldas.

— ¡Después de nosotros!–exclamé empujándolos y abriéndonos paso entre los tres miembros de la banda.

Fred me abrazó por los hombros mientras caminábamos hacia el auto.–Siempre se una diva, tal y como te enseñé.–me dijo sonriendo a lo que yo también sonreí.

–Siempre.–afirmé.

Extrañaba esto.

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1428 palabras

Espero que les haya gustado!!
❤️

M

SO MUCH THAT IT HURTS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora