capítulo catorce

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| Come back home |

1980

Me encontraba yendo hacia la oficina de Miami ya que lo había citado para una reunión de asuntos... musicales.

Al estar frente a la puerta toqué dos veces y unos segundos después se escuchó un "pase".

— Hola Miami.—fui a abrazarlo. En estos años Miami se había vuelto una persona muy importante para mi y decidí quedarme con su apodo ya que le tomé cariño.

— Hola Ally, toma asiento.—señaló a una silla y me senté en esta.— Bueno, ¿de que querías hablar?

— Tú representabas a los chicos.—dije y él asintió para que continuara.–Bueno... me preguntaba si podrías representarme. Ya sabes, volver a cantar, tocar en público y esas cosas.–terminé mientras jugaba con los anillos en mis dedos.

— Ally, eso sería un honor. Pero primero tendríamos que hablar de la parte legal y todo lo que le acompaña, ¿te parece?—yo solo asentí con una sonrisa y fui a abrazarlo de nuevo.

Luego de haber arreglado todo con Miami me dirigí de vuelta a la casa para contarle todo a Rog.

— ¡Rubio! ¡Ya llegué!—grité, dejando las llaves en un mueble que se encontraba cerca de la entrada. Mientras me sacaba el abrigo unos brazos rodearon mi cintura consiguiendo que volteara a verlo con una sonrisa.— Hola, Rog.—me di vuelta para darle un beso, el cual fue correspondido, y y al separarnos sonreí.

— Hola preciosa, preparé la cena.—dijo con un tono animado a lo que yo alcé una ceja.
— Bueno, fui a comparar la comida.–admitió y reí.

Nos fuimos a sentar en el sillón mirando una película mientras comíamos la pizza que Roger había comprado, yo estaba acostada contra su pecho así que miré hacia arriba para poder verlo.

— Oye, Rog.—llamé su atención causando que él mirara para abajo. Dejé el plato en la mesa y me limpié las manos con una servilleta. Al terminar me giré para verlo de frente.— Hoy fui a hablar con Miami.–comencé y pude ver su expresión confundida.

— Le pedí que me representara. Quiero volver a hacer música ya que lo extraño mucho. Pero no sabía si te gustaba la idea de-hablé rápido pero no pude terminar por los fuertes brazos que me envolvieron en un cálido abrazo.

— Me encanta. Estoy muy feliz por ti, Allison.— dijo y lo besé, amaba hacer eso.

— Te amo.—separé nuestros un poco nuestros labios.

— Te amo.—respondió para volver a besarme.–¿Qué te parece si celebramos?—preguntó con una de esas sonrisas que me derretían en un segundo. Asentí a la vez que él dejaba besos a lo largo de mi cuello para después deshacernos de nuestras prendas y comenzar una de nuestras fogosas noches.

 Asentí a la vez que él dejaba besos a lo largo de mi cuello para después deshacernos de nuestras prendas y comenzar una de nuestras fogosas noches

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