Capítulo 12: La oscuridad en el alma

7 1 0
                                    

1

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

1

—Perdón. — emití cuando ya me sentía más tranquila.

—No es tu culpa, mi cielo. — expresó mi madre acariciando mis cabellos mientras permanecía con la cabeza recostada en sus piernas.

—Si no hubiera corrido a papá tal vez seguiría con nosotros. — dije con un hilo de voz casi inaudible, pues un nudo seguía invadiendo mi garganta.

—Solo lo hizo para tener la conciencia tranquila— interrumpió, se le notaba la tristeza en el rostro. — Cuando una persona lucha por algo que ama no se da por vencido a la primera que falla, como lo hizo él. No siente ni una pizca de cariño por nosotros.

—¡Basta de caras tristes! — dijo mamá con emotividad. — vayamos por un helado o algo. No vamos a quedarnos aquí lloriqueando por algo que no vale la pena.

—Unas enmoladas nos vendrían bien. — sugerí, al tiempo que me levanté y limpié mis mejillas con la palma de mi mano.

—Tú siempre pensando en comida. — se burló mi hermano.

2

Si no hubiese sido por el acontecimiento mañanero nuestro domingo hubiera podido clasificarse como perfecto. Mamá nos llevó a patinar sobre hielo, cosa que ya no hacíamos desde hace años, incluso perdimos la práctica porque resbalamos varias veces Comimos helado en el parque mientras alimentábamos a las palomas. Reímos mucho cuando una de las que estaban en los árboles hizo sus "gracias" sobre mi postre.

Por último, fuimos al mercado y al súper para preparar la cena; las enmoladas estuvieron deliciosas. Para las nueve de la noche ya estaba hablando con Louis por video llamada.

—Hola, bonita. — saludó con su preciosa sonrisa.

—Hola. —correspondí tratando de esbozar una sonrisa pues, aunque me alegraba verlo, aún me sentía resentida por lo que pasó con mi padre esta mañana.

— ¿Cómo estuvo tu viaje? — cuestioné.

—Bien. — se encogió de hombros. Detrás de él divisé unos grifos. Entrecerré los ojos.

— ¿Estás en el baño?

—Ah...si. — rió con nerviosismo, como cuando atrapas a un travieso con "las manos en la masa". — Mis primitos se la han pasado haciéndome bromas desde que llegué. Cuando me bañé entraron y se llevaron mi ropa intercambiándola con un vestido de mi tía Yuri.

Reí.

— ¿Y te pusiste el vestido?

—Casi. — Rió — pero opté por el plan B

— ¿Cuál fue el plan B?

—Gritar como un loco desesperado hasta que alguien me socorriera.

Solté una risotada.

El recuerdo de Danielle ©Where stories live. Discover now