Capítulo 7: Beso bailarín

4 1 0
                                    

1

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

1

Sus ojos empezaron a ponerse vidriosos, y me sentí tan tonta. Louis tenía razón, me estaba comportando como una niña que llora cuando no obtiene lo que quiere. Le di un abrazo y me aferré lo más que pude a su cuerpo en forma de disculpa. Seguido de esto me aparté y le miré a los ojos con tristeza.

—Perdón por arruinar la noche. — balbuceé.

Él me miró con ternura.

—No lo hiciste, más bien creo que es un buen comienzo.

— ¿Buen comienzo para qué?

—Para poder entrar a tu corazón. Así es como debe ser...decir lo que cada uno piensa y siente para entendernos mejor. — dicho esto depositó un beso en mi frente para después enfundarme en un abrazo. Sentí como si los sentimientos negativos dentro de mí se esfumaran al instante al estar entre sus brazos, quería quedarme a vivir allí para siempre, no obstante, el payaso de rodeo empezó a sonar dentro del gimnasio, provocando que Louis se apartara de mí. Una sonrisa pícara se apoderó de su rostro.

—Bueno, es hora de cumplir tu parte del trato.

Extendió su mano, y los nervios se comieron mi corazón.

—Ha-a-ay un problema. — balbuceé.

La sonrisa de Louis se volvió a deshacer como un hielito en el sol. «Vamos, Danielle, deja de jugar con sus sentimientos»

—No sé bailar. — solté al fin.

Él soltó una pequeña carcajada que me hizo sentir más patética que hace unos minutos. Sino se tratara de Louis ya estaría echando humo por las orejas.

— ¡Tranquila! — me dijo divertido. — Eso no es problema cuando tienes como pareja a un gran bailarín.

Enarqué una ceja, dudando entre aceptar o rechazar su propuesta, no obstante, él actúo rápido tomando mi mano para llevarme corriendo dentro del gimnasio.

2

En la pista de baile, donde ya todos movían sus cuerpos de manera sincronizada, se detuvo Louis, no tan cerca para no ser atropellados.

— ¡Es fácil! — gritó sobre la música. Yo podía sentir el rostro tan tenso como si hubiera visto a un muerto. —Solo tienes que dar dos brinquitos a la derecha, dos izquierda, dos atrás, dos al frente y girar 90º a la izquierda. — dice al mismo tiempo que ejecuta los pasos.

Asentí, aunque la información dada me fue difícil de procesar. Louis comenzó a bailar con la multitud y yo traté de seguirle el paso. Sorprendentemente no me es difícil atrapar el ritmo. ¡Estaba bailando! Era como si mis pies hubieran cobrado vida e hicieran todo por sí solos. Louis me sonrió y alzó su pulgar en plan «Lo haces bien».

3

En las siguientes canciones soy yo quien le pide a Louis que bailemos. El "punchis, punchis" era más fácil de bailar que el payaso de rodeo. Solo tenía que saltar y sacudirme al ritmo de la música. ¿por qué no había bailado antes? Era genial, como si la música se hubiera apoderado de mi cuerpo para usarme como un títere. Algunas chicas me miraban raro pero no me importó, al fin y al cabo estaba divirtiéndome.

4

Seguimos bailando y bebimos ponche, hasta que llegaron las doce y fue hora de regresar a casa. Salimos del gimnasio para encontrarnos con Toño e irnos juntos como habíamos planeado antes de venir. Aún no llegaban al punto de reunión, supuse que se estaban divirtiendo demasiado.

Afuera había silencio, el cual perturbaba con mi plática eufórica.

—¿Viste cómo bailé? Me sentí como Michael Jackson. — dije demasiado contenta. Nunca me había sentido así.

Me alegré de que las farolas no iluminaban tanto, pues así no se notaría mi alegría tan intensa.

—Me he divertido mucho hoy. Esta noche será inmemorable. — dijo Louis. Divisé cómo comenzó a acercarse más y más a mí. Mis nervios se dispararon, pues después de que declaró su amor por mí se me ha dificultado verlo solo como un amigo. De pronto, tomó mi rostro entre sus palmas y solo pude contemplar su mirada color avellana. Lo siguiente que supe fue que sus labios estaban sobre los míos; suaves y cálidos, disparando una corriente eléctrica que se estrelló en mi estómago haciéndome explotar como los fuegos artificiales para después flotar en el aire. Me quedé atónita. No sé si fue por sus ojos hipnotizadores, por su precioso cabello, por su aroma a champú de menta, o simplemente porque todo mi cuerpo deseaba que sus labios amasaran los míos de una manera dulce y suave, pero al mismo tiempo hambrienta; justo como lo hizo. No sabía que lo deseaba tanto hasta que sucedió. Me llevó a Júpiter y seguí allí, fuera de órbita, incluso después de que se alejó. Louis no sólo me había besado, fue como si también me hubiera devuelto la vida.

—¡Danielle!

Volteé ante el llamado, se trataba de mi hermano, Toño. Me avergoncé un poco, rogándole a Dios porque él no haya visto nada. —Que suerte que estás aquí. Mamá me acaba de llamar para decirme que ya está esperándonos afuera. —Samantha le tomaba de la mano. Por la expresión de sus rostros supe que ninguno presenció la escena. «Pfff, que alivio.»

—Pues vamos. — dije así sin más.

5

De camino a la entrada Toño y Samantha reían de cómo bailaba el profesor no sé quién. Louis y yo caminábamos en completo silencio. No sabía que decirle, y con mi hermano cerca de allí mucho menos. Afuera, mamá sonreía detrás del volante. Le saludé con un movimiento de mano y traté de sonreír. Samantha se despidió de nosotros y subió a una camioneta roja estacionada detrás del coche de mamá.

—Yo me iré en mi motocicleta. — habló Louis. Se despidió de Toño con un apretón de manos, seguido de un abrazo. Cuando se acercó a mí parecía nervioso. Solo chocamos las manos como solíamos hacer siempre y se marchó.

Mi hermano y yo subimos al coche. Yo aún perpleja, y con la mirada perdida, observé a Louis alejarse.

—¿Estás bien? — cuestionó mamá.

—Sí. — respondí esbozando una gran sonrisa. Esta vez era de verdad. «Más que bien».

 «Más que bien»

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
El recuerdo de Danielle ©Where stories live. Discover now