Capitulo 5: Sentimientos.

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Desperté al otro día por el ruido de la puerta abriéndose de golpe. Enseguida me estire para tomar el arma que había dejado en la mesa de noche pero algo no me lo permitió. Ashley estaba abrazada a mi y puedo jurar que nunca nada se sintió tan perfecto en mi vida. Respire profundo y sentí su dulce olor llenándome dejándome atontado. No pude evitar la sonrisa de bobo que se formo en mi cara, de repente despertar junto a ella se volvió una de mis cosas favoritas.

-Ashley -susurre y se escucho otro ruido en el piso de abajo, demonios ¿Es mucho pedir un poco mas de tiempo así?

Cuando logre soltarme de su agarre tome el arma y abrí la puerta, dándole una ultima mirada antes de bajar las escaleras en busca de el responsable de los ruidos. Y ahí estaban, un grupo de infectados. Pero uno llamo mi atención "Tudimelo". El hombre de la foto ahora es un infectado. No pude evitar recordar la sonrisa que tenia Ashley mientras le inventaba una historia a estas personas. Cuando estaba por disparar escuche su voz.

-Drake ¿Que sucede? -dijo bajando las escaleras con los ojos entrecerrados por el sueño.

-Vuelve arriba -pero ya era tarde, los infectados ya la habían escuchado y corrían hacia nosotros.

Le lance el arma y tome la navaja que guardaba siempre en mi pantalón. Comencé a correr contra ellos cortando y apuñalando hasta dejarlos sin vida. Escuchaba los disparos y los quejidos de Ashley, haciendo que mi desesperación creciera.

-¡Ashley, vuelve a la habitación! -le grite mientras sacaba la navaja del cuello de un tipo, dejando caer su cuerpo sin vida.

-No te dejare toda la diversión -grito al tiempo que le disparaba en la frente a otro.

Cuando ya no quedaban mas me acerque rápido a Ella, Tome su rostro entre mis manos y la escanee con la mirada buscando por alguna herida. Todo parecía estar en orden pero mis manos no dejaban de temblar, algo inusual en mi.

-Estoy bien -me sonrió para tranquilizarme.

-Cuando te doy una orden tienes que obedecer, si yo digo que vayas a la habitación, tu vas a la maldita habitación. -dije cruzándome de brazos tratando de mantener a calma.

-Eso puede sonar muy mal ¿sabes? -Rió y me beso rápidamente la mejilla para luego subir las escaleras.

Mire el desastre que dejamos, mientras intentaba quitar los malos pensamientos tras su comentario, y odie que ella estuviera tan acostumbrada a algo como esto. Me la imagine rodeada de estos tipos, sin nadie que la ayudara y un instinto sobre protector creció en mi. La sola idea de que alguien le hubiera hecho daño antes me volvía loco.

-Drake -escuche su voz cortada y luego ella corría escaleras abajo.

Levante la vista y vi a un infectado siguiéndola, mi mundo tembló e hice lo primero que paso por mi mente. Lance el cuchillo. Este paso muy cerca de Ashley y se clavo en la frente del infectado, haciéndolo caer sin vida a los pies de ella.

-¿Estas bien? ¿Te hizo daño? -corrí y la rodee con mis brazos, todo su cuerpo temblaba. Primera vez que la veía tan asustada.

-No pudo -dijo secando una lagrima que había escapado de su ojo izquierdo.- Ten -me tendió el arma- ya no quedan balas.

-Esta bien, deje las recargas en el auto.

Asintió y luego subió las escaleras, pasando por arriba del infectado. Subí tras ella sin poder evitar mirar sus largas piernas, son increíbles. Ella es increíble.

-Nos daremos un baño y saldremos de aquí ¿si? -asintió y le di la cuchilla.

Entre y me di el baño mas rápido que me di en la vida, no podía darme el lujo de tardar cuando en cualquier momento podían llegar mas infectados y encontrar a Ashley sola. Intente borrar esos pensamientos y salí para que ella entrara.

-Ya quiero salir de aquí -dijo antes de entrar al baño con su ropa entre sus manos, cinco minutos después salio.

Me quede mirándola unos momentos sin estar seguro del porque, solo sabia que todo dentro de mi me pedía a gritos que la proteja. Necesito saber que es lo que ella tiene que yo tanto necesito.

-Nos vamos -acomode las cosas y espere a que ella saliera.

-Gracias -me tendió mi camiseta.

Una vez que teníamos todo listo nos subimos al auto y seguimos nuestro camino, aun nos falta todo un día para llegar a Canadá. Luego de una hora conduciendo me detuve junto a un supermercado para recoger provisiones.

-¿Por que te detienes? -pregunto mirando a su alrededor.

-Necesitamos comida -Baje del auto y espere a que ella hiciera lo mismo- llevo escuchando tu estomago sonar unos veinte minutos

Y fue ese momento. Cuando soltó una dulce risa. En ese momento supe lo que estaba pasando. Porque ella me hacia sentir de esta forma.

INFECTED: Dia 0Donde viven las historias. Descúbrelo ahora