CAPÍTULO 1- El don

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Mi vida es muy diferente a la vida de los demás; ¿cómo decirlo? No soy una persona del todo normal... Y os preguntaréis, ¿por qué?

Tengo una habilidad especial, una especie de "don": veo gente muerta, o sea, fantasmas; y no esos fantasmas con mantas blancas y vuelan que salen en las películas, sino los reales. Ya sé que suena raro o imposible pero es la verdad.

Todo empezó hace doce años:

Estaba jugando sola en el campo delante de mi casa cuando una niña con un vestido súper raro se acercó a mí.

-Buenos días, mi nombre es Adelaide Selior, ¿cómo se llama usted?

-¡Me llamo Hope Williams! Pero, ¿por qué me hablas de usted?

-Mis padres me enseñaron a hablar cordialmente a las personas, y como le acabo de conocer, le hablo de usted.

-Bueno, no hace falta que lo hagas conmigo, en serio. ¿Cuántos años tienes?- pregunté curiosa.

-Tengo 6 años.

-¡Como yo! Pero, ¿por qué llevas esa ropa? Nunca había visto a ninguna niña llevar un vestido como el tuyo, pareces una princesa.

-Fue un regalo de mi tía y yo tampoco he visto a ninguna niña con una ropa como la tuya.

-Pues aquí hay muchas... Y otra cosa, me gusta tu peinado, tampoco lo había visto antes- dije interesada.

El peinado era peculiar, su pelo estaba separado en dos, pero en vez de acabar en coletas, eran una especie de moños llenos de trenzas.

-Gracias, mi madre peina muy bien; por cierto, ¿la has visto? No está en casa y no la encuentro por ninguna parte.

-¿Dónde vives?

-Aquí- levantó la mano y señaló mi casa.

-No es verdad, esa es mi casa.

-Pero yo vivo ahí...- miró al suelo un momento y luego levantó la mirada para mirarme- ¿Puedo hacerte una pregunta Hope?

-¡Sí claro!

-¿Sabrías decirme qué día es hoy?

-¡Pues si! Hoy es... doce de marzo de, si mami me lo dijo bien, 2007.

-¿Cómo...? Es imposible, hace unos días fue mi cumpleaños, es decir que era veinte de abril de 1823- dijo triste.

-¿Quieres que le pregunte a mi mamá si ha visto a tu mami? Ella sabe mucho y conoce a mucha gente aquí.

-Si me pudieras hacer ese favor te lo agradecería. Se llama Camille Selior.

-Camille Selior- susurré para mis adentros- ¡Vale! Vengo enseguida, quédate aquí.

Corrí hacia la casa, entré y fui a la cocina a hablar con mi madre.

-¡Mamá! ¡Mamá! ¡He hecho una amiga!

-¿Así? ¿Cómo se llama?

-Se llama Adelaide y tiene mi edad, pero dice que no encuentra a su mami y que vive aquí. Yo le he dicho que no porque aquí vivimos nosotros y luego me ha dicho que hoy es veinte de abril de 1823, pero tú me dijiste que hoy es doce de marzo de 2007 y-

-Espera Hope, ¿cómo se llama su madre?

-Camille Selior.

-¿Y dices que Adelaide te ha dicho que viven aquí, estamos en abril y es el año 1823?

-Sí.

-¿Puedo ir a hablar con Adelaide?

-Vale, pero te advierto que lleva una ropa y un peinado que no había visto nunca, y habla de una manera extraña.

Cogí a mi madre de la mano y la llevé fuera. En el porche sentada estaba Adelaide. Me solté la mano y fui hacia ella:

-¡Adelaide! Ésta es mi madre, Carolina.

-Hope, ¿con quién estás hablando?

-Con Adelaide, está aquí mami.

-Hope... ahí no hay nadie.

Al principio a mi madre le costó creer que Adelaide era real, pero haciendo algunas indagaciones resultó que ella y su familia vivieron en el siglo XIX en mi antigua casa y murieron por un brote de cólera.

Ese día fue el comienzo de todo. Mi madre me llevó a psicólogos, médicos e incluso médiums. Obviamente los dos primeros afirmaban que todo era mi imaginación, pero los médiums nos decían que era normal que los niños pequeños a veces vieran fantasmas, que cuando crecían perdían ese don. Así que lo que decidieron mis padres fue mudarnos y seguir adelante.

Los años pasaban y en vez de dejar de ver a muertos, veía a cada vez más; acabé familiarizándome con ellos y hoy en día, con 18 años, una de mis mejores amigas es Verónica, una chica que murió en un accidente de coche hace tres años, a la edad de 19.

Al principio fue duro, estuve muchas noches en vela ya que los fantasmas se metían en mi cabeza, pidiéndome ayuda. El tiempo transcurría y yo iba entendiendo algunas cosas, como qué tenía que hacer para que se fueran.

Es difícil tener mi don y estar en sitios públicos, ya que, por ejemplo, antes me costaba distinguir quién era fantasma y quién era real, y eso me llevaba a situaciones incómodas en las que la gente me preguntaba por qué hablaba sola. Una vez, cuando tenía nueve años, estaba en el patio del colegio cuando un niño se me acercó.

Parecía distraído y no lo había visto en mi vida. Me pasé todo el patio hablando con él, pero unos niños me rodearon y empezaron a decir que era una loca y que hablaba sola.

Yo no entendía lo que estaba pasando, les dije que el niño estaba justo al lado mío, pero cuando me giré para mirarlo había desaparecido. Entonces me di cuenta de que el chico era un fantasma y yo hice el ridículo delante de mis compañeros.

Pero como de la experiencia se aprende, ya consigo diferenciarlos en cierta manera; no sé cómo explicarlo, es simplemente que... lo sé.

Os tengo que contar algo importante que tenéis que saber sobre los fantasmas: ellos no pueden tocar ni comunicarse con los vivos, pero pueden manipular objetos como luces, abrir y cerrar puertas o lanzar cosas (todo con la "mente") y pueden meterse en tus sueños, como lo hicieron cuando era pequeña.

Para que os hagáis una idea, tengo una especie de clasificación de fantasmas, para que mis amigos entiendan con quién hablo y me ayuden a lidiar con los temas. Esta idea de poner nombres a los fantasmas fue mía, me solía fijar mucho en la manera de ser de las personas y de ahí salió esta rara clasificación. Primero están los FF, que son los "family friendly": son los amables, los cariñosos, suelen colaborar cuando les explico las cosas y me acaban cayendo bien; luego están los GF, o sea los "ghostface": son los que no tienen muy claro que han muerto y están muy asustados, al principio les cuesta reaccionar, pero luego me acaban haciendo caso; y por último los WWE: son los agresivos, los que intentan agredir a los vivos de alguna forma. Estos son duros de pelar, ya que por culpa de que tiene tanta rabia en el cuerpo, manipulan objetos inconsciente mente.

Esto es lo básico que necesitáis saber sobre todo lo relacionado con mi "don", así que empecemos con esta gran y aterradora aventura.

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Buenooooo, qué alegría publicar ya está historia. Sé que aún no sabéis mucho pero ya conocéis a Hope, ¡y ve fantasmas! ¿A vosotros os molaría ver a los muertos? Yo no lo sé muy bien...

Esta vez los capítulos los iré subiendo cada tres días o asi, la historia está llena de intriga y suspense y como es más corta creo que así la disfrutaréis más.

Espero que sea de vuestro agrado, saludos:

Josie💞❗

El donWhere stories live. Discover now