𐄹 09

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Minho arrugó el ceño. ¿Quién prefería a los perros antes que a los gatos? Soonie se acercó a él y se abrazó a su pierna, dándole una razón más para dejar de hablar con Jisung. ¿Drástico? No.

Llamó a Yuna para salir un rato, ya que no se veían desde hace demasiado tiempo, quizá dos semanas.

— ¡Minho! Recién recuerdas que existo.— dijo nada más responder, molesta.

— Ya, ya, tenía trabajo. ¿Quieres salir hoy?

— Hmm... No, tengo cosas que hacer.— se escuchó movimiento a través de la línea.— Tengo que irme, adiós.

¿Se molestaba por no buscarla y cuando lo hacía lo ignoraba? Tiró el móvil a la cama, sin poder importarle menos. Su relación ya estaba muerta, solo faltaba dar el paso para acabar con ella.

Acarició a su mascota, tumbandose en la cama. Hoy no tenía nada que hacer, y sus "planes" habían sido cancelados.

Pasó la tarde cocinando, jugando a videojuegos y jugando con sus gatos, hasta que puso las noticias.

"Hoy habrá tormenta, se ruega no salir de sus casa. Las calles estarán en cuarentena desde las once hasta el día siguiente"

Miró a través de la ventana, viendo como el ambiente estaba nublado y el viento soplaba agitando las persianas levemente.

Decidido a salir, ya que era gran fan de ese clima, se levantó y se vistió simple con una sudadera y unos pantalones vaqueros. Podría volver antes de las once sin problema, aún eran las nueve.

Cogió su paraguas y salió, poniéndose los auriculares para escuchar algo de música por el camino. Mucha gente corría en varias direcciones por el miedo al temporal.

— ¡Perdón...!— chocó con alguien, provocando que lo que sea que llevara en sus manos se le cayera encima.

¿Quién iba con una tonelada de zumo frío por la calle?

Minho tosió, quitándose el líquido de la cara.

— ¿Qué demonios...?

— ¡Lo siento mucho de verdad! Si quieres puedo darte una camiseta para que no te enfermes... o un conjunto porque estás muy muy mojado. Vivo aquí.

Asintió, sabiendo que no podría volver a casa con esa ropa y con ese tiempo. Quedaba una hora.

Lo acompañé al portal que tenían delante y subieron después de que Minho le mandara su ubicación a Changbin. Enano, pero si le secuestraban ayudaría con sus brazos.

Entraron a la casa del más alto y este desapareció, nervioso, yendo a por la ropa mientras Minho lo miraba malhumorado. Ya no podría pasar.

Se cambió en un cuarto, poniéndosd el conjunto parecido al suyo que le había dado el desconocido.

— De verdad que lo siento mucho.— se disculpó por décima vez mientras el chico salía de ahí.

Lee se encogió de hombros dentro de su gigante sudadera, despidiéndose y dándole las gracias por al menos haber arreglado su torpeza.

Lee se encogió de hombros dentro de su gigante sudadera, despidiéndose y dándole las gracias por al menos haber arreglado su torpeza

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Minho volvió a casa con la idea de ducharse y descansar, hasta que recordó que debía devolverle la ropa al tipo gigante. Se vistió nuevamente, con ropa diferente, sabiendo que si no iba ahora se le olvidaría después la dirección.

Tomó el paraguas y fue a paso medio lento. Al llegar se encontró con la puerta del bloque de pisos abierta, así que fue directamente al departamento y tocó el timbre. Quedaban veinte minutos aún.

— Oye, se me olvidó coger tu número y aquí tienes tu ropa...

— ¿Know?— Lo interrumpió una voz suave.

— ¿Jisung?¿Qué haces aquí?— reconoció al chico por las veces que lo había visto en vídeo, abriendo sus ojos en sorpresa. Supuse que el menor lo reconoció por las fotos suyas que le mandó.

— Vivo aquí.— contestó, mirándolo con los ojos entrecerrados.— Creo que buscabas a Yunho.— comentó, mirando la ropa que tenía en manos y reconociendo una sudadera de su vecino.

— Sí, pero... ¿cuál es su piso?— preguntó, mirando a su alrededor. Todas las puertas eran iguales.

— Ah, es aquí al lado.— le señaló la casa y el mayor asintió.

Cuando iba a irse de la puerta del mayor, un chico pasó a su lado corriendo y empujándolo en el proceso, haciendo que cayera sobre Jisung.

— ¿Por qué éstas cosas solo me pasan a mí?— bufó mientras aplastaba al menor.

— Lee... pesas...— se apresuró a levantarse al escuchar la voz ahogada de Han.

La televisión, supuso de Jisung, se escuchaba de fondo.

"El toque de queda ha empezado. Por favor, por su seguridad, no salgan. Les dejamos con el canal de deportes."

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