Nuestra extraña confesión

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Usualmente no suelo expresar mis emociones, de hecho, no es mi fuerte, no pensaba en algún día haber hecho algo significativo por alguien, pero desde ese día cambio lo que pensaba y tal vez, un poco de como soy y me siento.

Aquel día nublado en la cual regresábamos con mi grupo de compañeros después de un largo rato estando en el colegio, a Toga se le ocurrió ir a comer algo, a pesar de que es la única mujer en nuestro grupo de amigos sabe congeniar muy bien, la mayoría optaba por ir a salir otro día, sin embargo, al final accedimos. Al entrar después de que la rubia, ya se había adelantó, nos dimos cuenta que era un puesto de comida rápida, vimos que ella ya estaba haciendo fila para hacer su pedido, nos acercamos mientras seguía observando el menú.
- Vaya, al final los hombres no resisten a la tentación cuando se trata de comida – rio
- Oh vamos Toga, perdonanos, sabes que al final eres nuestra consentida – hablo Jin mientras la abrazaba, ellos dos eran mejores amigos, de hecho, a veces solían parecer más una  pareja que amigos, sin embargo, ellos hacían que el grupo no fuese tan monótono, aunque lo niegue al igual que Tomura.
Finalmente solo Toga, Jin y Tomura pidieron algo, ya que los demás no teníamos tanta hambre, aunque la rubia insistió mucho en comprarnos un helado o refresco, siempre tan considerada, paso un rato y ya nos íbamos, cuando salí primero alguien choco conmigo de manera que, por un poco y me tiraba, parecía que corría, por lo que provoco que el refresco que traía se cayera encima de la persona.
- ¡Fijate lo que haces idiota¡ - me grito.
- ¿acaso yo venía corriendo como imbécil y para variar sin ver su camino? – le dije para luego mirarlo bien, un chico de cabellos plateados me miraba de forma amenazante por decirle aquello, solo me limite a observarlo, no iba acceder en disculparme porque él venia corriendo como alma que se lo lleva el diablo.
Escuche como chasqueo la lengua y empezaba a irse, no sin darme una ultima mirada de odio, así que para irritarlo más le di una sonrisa de victoria y posteriormente le saque la lengua, decir que se vio enfadado es quedarse corto, parecía como si iba a echar humo, sin más siguió su camino, los chicos que habían presenciado la escena se me acercaron.
- Vaya, vaya, parece que Dabi se ha ganado de enemigo al inigualable presidente de la escuela, Geten – sonreía mientras soltaba pequeñas risas.
- Genial Dabi, ahora más que nunca estaremos en la mira ahora por tu estupidez – reclamó Jin con un poco de temor – no debiste de decir nada o por lo menos…
- Ni aunque me estuviese muriendo pediría perdón por algo que no hice, además, él tuvo la culpa – al decir aquello parecía que Tomura iba a golpearme, de no ser por Jin que se interpuso entre nosotros – además, no nos conoce – dije indiferente
- Bueno chicos, no hace falta, Dabi hará algo al respecto – hablo Jin mientras intentaba alejar a Tomura
- Ah, Dabi, si nos conoce, además el tiene la mayor autoridad sobre nosotros y puede hacer muchas cosas, te vas a disculpar – esta vez Toga hablo algo molesta – te vas a disculpar y..
- No y se acabó – finalice la conversación de manera abrupta mientras me iba de ahí.

Al final, me encuentro en el pasillo donde se encuentra el salón en la cual toma clases el peli plateado habiendo pasado varios días después de lo ocurrido, esperé por un buen rato mientras maldecía por haberme obligado, era eso o… bueno, mejor omitamos lo que esos cabrones harían y no, no les podía tomar el pelo tan fácilmente, observe como salió de su clase, al verme se quedo estático y su cara seria, paso a la  de enojo en cuestión de segundo, empezó a ignorarme mientras iba detrás de él, mientras lo seguía e intentaba entablar una plática decente. Pasaron varios días y era la misma rutina, yo ignorado, hablándole como un idiota rogando por su “perdón” y él ni se inmutaba, hasta que un día que me fue fatal y el plus de ser obligado por ellos a repetir la rutina me llevo ese día a que, saliendo de su clase lo tome de su muñeca y lo jale, llevándolo a una parte de la escuela donde no nos interrumpieran, lo acorrale en una pared  mientras evitaba que se fuera.
- Escuchame bien imbécil, no voy a perder tiempo el día de hoy mientras te des el gusto de tenerme como tu perro, esto es más molesto para mi que para ti, así que escuchame bien, solo necesito que hagamos las pases y ya – intentaba calmarme mientras observaba al contrario que parecía muy sorprendido
- ¿Y crees que lo hare tan fácilmente Dabi? – dijo finalmente mientras arqueaba una ceja – como sino te conocieran en todo el campus, codiciado por la mayoría de las chicas, siendo un rebelde y saliéndote con la tuya cada vez que puedes, no todo se puede conseguir tan fácilmente – me miraba desafiante
- ¿de verdad crees que no me puedo salir con la mía cada vez que quiero? – le pregunte con una sonrisa divertida
- Como sea, me voy, no tengo tiempo de perder el tiempo con alguien como tu – cuando empezaba a empujarme para salir, lo tomé de la barbilla y empecé a acercar mi cara lentamente hacia él, quedado muy cerca.
- No me tientes, no me conoces Geten – le susurre
- ¿Cómo sabes mi…? – lo interrumpí antes de que continuara
- Sabes, por algo no todos se meten conmigo, además, no es tan obvio que casi medio mundo te llame así, sin embargo, esa actitud tan fría es lo que me da mucha curiosidad de ti, hielitos.
Mientras acercaba más mi cara a la de él, note como sus mejillas se tornaban rojizas, para ese momento había dejado de luchar para irse, me seguí acercando hasta rozas nuestros labios y me aleje, su sonrojo de sus mejillas había pasado a toda su cara lo hacía ver gracioso. Cuando reacciono me empujo para luego salir corriendo, iba a alcanzarlo, pero decidí mejor que no. Al día siguiente repetí la misma ruta para ir a buscarlo, a decir verdad, se volvió costumbre ya que los compañeros de él me saludaban y algunas chicas me daban comida, tenia sus ventajas, si embargo habiendo pasado semana, ese día espere lo esperé y jamás salió, le pregunte a una de sus compañeras y dijo que no había llegado, pasaron dos días y nada, sus compañeros se empezaron a preocupar ya que no solía faltar a no ser que sea algo grave, me preguntaban si lo había visto, obviamente negué ya que la ultima vez que lo vi fue ese dia.

Tres días sin señales de él, me parecía extraño, ese día acabaron las clases más temprano que costumbre, los tontos de mis amigos estaban quedando para ir a comer, sin embargo me separé de ellos mientras pensaba él, sin darme cuenta llegué a su salón, observe que estaba vacío ya que la puerta se encontraba abierta, cuando disponía en irme escuche un estruendo dentro, me asome y note que ahí estaba recogiendo las cosas que se le habían caído, entré y para luego ponerme detrás de él, cuando se dio la vuelta me observó sorprendido, bajo la mirada y me ignoro.
- ¿Por qué habías desaparecido? – pregunte directo mientras me di la vuelta, no me dio ninguna respuesta, tomo sus cosas y se dirigía a la salida, lo seguí, hasta que en un momento empezó a correr y también hice lo mismo, no iba a dejarme así, al final lo alcance y lo acorrale, en una pared mientras peleaba para irse, me tomo de mi camisa y ahí es cuando lo supe, moretones en sus brazos y parte de su dorso de su mano.
- ¿Quién te hizo esto? – pregunte.
- Lo que me pase no te incumbe Dabi – dijo mientras me soltaba y sin verme se trataba de ocultar las manos con su uniforme.
- No te dejare irte sin una respuesta de lo que te pregunte Geten – al decir aquello él parecía darse por vencido, no me miraba, pero tampoco me dijo o hacia nada.
Con cuidado levante su mentón con mi mano para que me viera, sus ojos claros ahora estaban adornados por lagrimas que estaban a punto de salir, con cuidado las limpie, viendo mas de detalladamente su cara tenía leves ojeras.
- ¿Por qué? – finalmente hablo - ¿Por qué sigues viniendo?
- Sabes, además de que se hizo costumbre, tu compañía no es tan mala, además, me había preocupado que desapareciste de repente, tu clase me pregunto por ti, ya que pensaron que nos habíamos vuelto cercanos – confesé.
- ¿No me odias? – pregunto sorprendido y
con lágrimas adornando ya sus mejillas.
- No, ¿de verdad creíste que estaría enojado? – suspire – no, si de verdad me hubiese enojado no hubiera seguido venir a verte, además, mis amigos ya sospechaban algo – aquello ultimo lo murmure muy bajo.

El contrario parecido rendirse y termino por decirme lo que había pasado, al parecer un grupo de matones del otro salón habían lo habían golpead tanto que lo habían dejado casi tres días en cama y no era cualquier grupo, aquellos tenían problemas conmigo y al enterarse de que venia a ver a Geten fueron contra él, claro esta que lo amenazaron y demás, conociendo como eran ya me ocuparía de ellos después, pasado un rato ya estando mas tranquilo lo acompañe a su casa. Después de ese día siempre lo iba a ver a la misma hora ya sea solo o con mis amigos, pronto se volvió parte de nosotros y aunque no lo admitamos, la compañía del otro nunca fue mala y a decir verdad, ambos nos volvimos cercanos, a nuestra manera, pero lo somos.
Después de aquella pequeña confesión, nuestra extraña confesión, no podía ser tan malo su compañía y si soy sincero, realmente ahora somos muy buenos amigos, aunque hielitos no lo admita, pero su actitud no dice lo mismo,una confesión muy peculiar y extraña que al final nos une como buenos amigos, por ahora...

DabiGeten WeekWhere stories live. Discover now