"Shadow"

"Light"

La conocía lo bastante bien para saber qué es lo que diría a continuación.

-Estás horrible-.

Su madre la había llevado a la casa de su mejor amiga, Clem. Prácticamente la había echado allí, pidió ayuda y luego fue al trabajo.

Se había aterrado por lo que había visto en su rostro, y no era la única. No dijo nada cuando le había subido al carro y en el trayecto. Sólo cuando llegaron a la casa.

"Te quedarás aquí mientras voy al trabajo. Hablaré con la madre de Clem para quedarte unos días si?"

Luego se fue.

¿Cómo pudo dejarla sola después de todo lo ocurrido?

-Denisse? Habla. Qué es lo que te sucede de repente?-.

La escudriñó con la mirada. Sus ojos marrones, su sonrisa fácil y su cabello castaño estirando al rubio corto hasta su mentón la hacía una joven hermosa. Pero donde debería haber una sonrisa solo había una mueca de tristeza.

Su mente nublada por lo inédito le impedía formular palabras, por lo que permanecía en silencio.

Rogue había estado allí frente a ella. Lo había sentido bajo su tacto.

¿Cómo? Si él no era real.

No lo era, verdad?

Se estaba volviendo loca. El existía. Existía de verdad.

No había manera de negarlo.

-A.-.

Clem la miró curiosa.

-Agua-.

Se encontraba con tanta ansiedad que no había alguna manera que la saciara. En realidad, no lo quería, pero era una manera de tranquilizarse el pulso.

Se lo trajo enseguida, ya que se encontraban en la cocina. Su mejor amiga no dejaba de sobarle la cabeza y estaba agradecida con ella porque la relajaba un poco.

El agua fresca, fría descendiendo su garganta logró hacerla sentir viva. Aunque el dolor de sus cuerdas vocales no había desaparecido, y si seguía tomando solo empeoraría. Pero ya lo solucionaría luego, se permitiría por esta vez.

-Tu madre me dijo que tienes la garganta hecha trizas, esto te pondrá mejor.-. Le ofreció una pastilla.

Lo tomó junto con el agua anhelando que como milagro le curase de una vez. Respiró profundo varias veces y seguía estremeciéndose. Se estaba hartando de eso, es que era demasiado frágil? Tan sensible? Tenía que superarlo aunque el horror circule por sus venas.

Supéralo de una vez.

Estaba furiosa consigo misma.

-Gracias...Clem-.

-D-De nada, cuentas conmigo. Lo sabes. -hizo una pausa- me dirás que pasó?-.

Qué es lo que le diría?

Que una persona imaginaria (pareciese que no) la perseguía y atormentaba cada noche en sueños? Y ahora en la realidad.

Era una locura.

No había manera en que la creyera aún con la confianza y amor que se tenían.