"Shadow"

"Confirmación".

Llegó el fin de semana y no lo había vuelto a ver. Le sorprendía a la vez que la decepcionaba que realmente haya cumplido con su palabra.

Era esto lo que ella había estado buscando, pero...sentía que algo faltaba.

Algo en su vida. Era un vacío extraño al igual que sus días. El colegio era una rutina, ese "algo" le hacía falta.

Quería más. Buscaba más. Quería conocer de qué trataba todo ese...mundo.

El furor de sus pensamientos la sulfuraba y consternaba, causando estragos emocionales en las relaciones con sus amigos y familiares, que se preocupaban por el radical cambio de la joven.

Era increíble ¡No podía comprenderse a sí misma!

Se encontraba frente al espejo observándose. Debía ir a la fiesta de Rufus y según ella se veía bastante arreglada. Clem le había prestado un vestido suyo que había comprado para un acontecimiento pero no lo utilizó.

Era ajustado hasta sus rodillas de color celeste, unos diseños de espiral con perlas hacían camino por sus pechos y descedían por un costado hasta terminar en el comienzo de sus muslos. Se puso de pie y trató de no pisar la tela que caía de sus rodillas aunque era imposible. No usaba mucho los vestidos por lo que en consecuencia se encontraba acomplejada.

-Estas...Woow, sin palabras Denisse-.

-Gracias. Supongo que ya no puedo poner resistencia-.

-Rufus caerá a tus pies esta noche-.

-No es eso lo que estoy buscando -Pensó en Rogue- ¿Podemos irnos ya? Así podremos volver más temprano-.

-Estas rara desde que te deshiciste de -carraspeó- él-.

¿Que se deshizo de él? Él la había dejado.

No dijo nada.

-Déjame arreglarte un poco-.

Caminó hacia ella y manipuló con destreza su cabello ondulado que caían por un  lado de su hombro frente a sus pechos dándole los detalles finales.

Observó su propio cabello y...decidió que se lo cortaría en cuanto pudiera.

-Estás malditamente hermosa. Oh por Dios...-.

-Basta ya con eso si? Se que me vendría bien mejorar un poco mi...aspecto, mi forma de ser, todo...Vamos al auto-.

-Alguien está ansiosa...-.

No lo estaba. No lo estaba en absoluto.

Quizás, en un tiempo atrás, los nervios la hubieran dominado debido al ver a Rufus de esta manera. Pero ahora, lo que sentía por él era insignificante.

Casi olvidado.

Salieron hacia el coche que se encotraba esperándolas. Denisse no entendía cómo la madre de Clem permitía que ésta a su edad, su novio sea capaz de llegar a la casa o irse con él.

Trató de hablar con su amiga, pero se encontraba cegada.

Oyó la voz...No, un golpe...Algo cayéndose?
La puerta estaba cerrada y la casa, a obscuras.

Podría ser...que él estuviera adentro?

Pero de las tantas veces que había intentado comunicarse con él, estaba perdiendo esperanza.

-Denisse! ¿Qué esperas? Vamos!-.

Dio un  largo vistazo a la casa donde fue la última vez que lo había visto y subió al coche.