"Hervey".

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No han apagado las luces.

Se encuentra acostada en un pequeño colchón en el piso  al lado de la cama de Clem. Son las 23:47 y le da miedo cerrar los ojos.

Aunque haya acumulado las ganas de dormir luego de tantos días, el terror de encontrarse con él daba camino hacia la realidad. No lo había visto en todo el día y no estaba segura de que lo vería al cerrar los ojos pero...

Pero era muy probable. ¿Y si la estaba esperando?

Clem se encontraba tumbada desde hace dos horas y por su respiración podía afirmar de que se encontraba profundamente y terriblemente dormida.

Cerró los ojos probando sumergirse en la obscuridad. Pero debido a que se encontraban con la habitación iluminada, sus parpados percibían la luz.

Su mente empezaba a vagar hacia unas voces pero se sacudió al abrir los ojos. Trataba de mantenerse así pero era imposible. Estaba cayendo...aún cuando se resistía.

Sus ojos trataban de adaptarse a la intensa luz blanca frente a ella. Todo el lugar era blanco y no había ningún mueble. No había nada.

-Qué tienes de especial?-.

Se sobresaltó. Dónde? No había nadie con ella.

Parpadeó. Pudo verse a si misma como si flotara y hubiera salido de su cuerpo.

Estaba sentada en el suelo, con un vestido mostaza con diseños delicados en el pecho sin bretel. Tenía un listón rojo en la cintura marcando su figura y luego caía flojo hasta sus rodillas. El pelo lo tenía suelto y ondulado.

Se encontraba soñando.

Trató como antes sentir su cama a su alrededor pero no pudo. Giró para ver la habitación en el aire intentando comprender lo que sucedía pero paró al sentir un golpe en su frente.

-Qué es lo que tienes en especial?-.

Achinó los ojos y allí estaba él. El muchacho de ojos azules o celeste. La confundía en sobremanera.

Había vuelto a su cuerpo.

La tomó de sus flequillos empujando su cabeza hacia atrás.

-No eres nadie. Por qué tanto interés en ti?-.

La examinaba de diferentes perspectivas y ella podía ver cómo lo hacía. Veía como levantaba su barbilla, la miraba de costado y la agarraba de las mejillas.

Parecía que se encontraba dentro del muchacho, sintiendo su curiosidad y asombro puro por ella. ¿Por qué podía hacer todo eso?

-No te metas dentro mío- Lo escuchó a su lado.

Lo vió de frente de vuelta.

La miró suspicaz -Interesante. No permito que me hagan eso, pero tu lograste entrar en mí.

Buscó su voz en su interior y lo empujó afuera -¿Quién eres?

El joven, que antes sonreía, se volvió serio -No creo que deba decirtelo.

Las paredes empezaron a susurrar incoherentes.

No sabía si podía seguir preguntando y le costaba bastante concentrarse por culpa de las paredes. Sin embargo sintió la necesidad de preguntar.

-¿Qué eres?

La escudriñó con la mirada -¿Qué crees que somos?

Aunque él le dirigía la palabra con amabilidad y respeto, algo decía que era peligroso continuar por lo que guardó silencio. Las voces empezaron a subir de tono.

"Shadow"Where stories live. Discover now