"Shadow"

"Sahir."

-Nefúr.

Escuchó el suspiro cerca de su oído y se lanzó contra la pared invisible. Nefúr se cruzó de brazos. Se mantenía en equilibrio sobre una silla con la punta de sus pies.

Había otro tipo a su lado de la misma manera sólo que estiraba su cuello hacia ella cerrando los pocos centimetros que los separaban. La pared invisible no lo había detenido.

¿Acaso no era... humano?

La cara de Nefúr cambió a una de molestia. - Está limpia. No hay rastros de eeden en ella. Y por lo que estaban especulando...-

Giró hacia el muchacho.

Sus enormes ojeras lograban resaltar sus ojos dorados y cabello blanco corto. Una sonrisa retorcida desfiguraba su rostro delicado al demostrar su dentadura similar a los de los tiburones.

Las lágrimas se acumulaban pero no las dejaba caer. El terror la tenía atrapada y soltó un jadeo al verlo abrir la boca.

-Creo que utilizó un eeden de neutralización aquella vez. Está como aislada en su ser y no emana ningún eeden en su interior -la observó un momento y negó con la cabeza-. El Hervey no realizó el eeden aquella vez, fue ella. Estoy seguro y -lo escuchó gruñir- está vinculada al Defensor.

La hadita parecía confundida. -¿No está consciente?

{ ¿Defensor? Entonces sin lugar a dudas, es Rogue. }

¿Aislada en su ser? ¿Qué cosa? ¿Qué se suponía que se estaba ocultando en ella? Se examinó a sí misma tratando de sentir cada parte de su cuerpo. Nada.

Su respiración se agitó. ¿C-Consciente?

Comprendió al mismo tiempo que la bella joven sólo lograba comunicarse por telepatía.

El joven del cabello azul asintió. - Syl, revísala.

La hadita amarilla se lanzó hacia su hermano. Al colocarse a su lado, sus ojos verdes comenzaron a ¿Latir?

Se removió en su lugar incómoda por sentir las miradas y cierto calor en su ser. Los mellizos lo estaban causando.
Se fijó en el rostro de la hadita frente a ella que enseñaba preocupación.

~ ¿No me recuerdas? ~

Abrió los ojos como platos. El gesto que había hecho era la respuesta.

¡¿Qué estaba ocurriendo?! ¿Por qué debía de recordarla?

Desesperada volvió la vista hacia la bailarina. Su cabello parecía danzar con la brisa mientras la miraba sin expresión.

Brisa...

-Yvy-

Se había quedado sin voz. Sus manos rodearon su cuello.

El chico frente a ella pestañeó. -¿Yvy?- Arrastraba las palabras al hablar, como si abrir la boca le costaba un esfuerzo tremendo-. ¿Te acaba de llamar, Yvytu?

Todos se giraron hacia la doncella que observaba todo con un rostro indescifrable.

El muchacho a su lado asintió. - Los dos la ayudamos a entrar.

-Han pasado mas de mil años y aún no comparten con nosotros las decisiones hermanos - señaló el hermano de Syl, su actitud había cambiado -. Ya no somos niños.

-Mira quién lo dice. - se sorprende al escuchar la voz risueña frente a ella. - Vyl, eres el menos indicado para decir eso.

-Cállate Zeum. - Lo vió sonrojarse.

-Yvytu, espero tus sentimientos no interfieran en esto. Hemos decidido ser imparciales, no lo olvides. - se preparó para lo que diría - Nuestro deber es primero.- Dijo el más alto de todos.