𝐂𝐚𝐫𝐥𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐕𝐢𝐥 (006)

2.2K 134 83
                                    

𝐓𝐢𝐩𝐨: Algo sentimental
𝐀𝐝𝐯𝐞𝐫𝐭𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚: No
𝐍𝐨𝐭𝐚: Ambos personajes viven en la isla.

𝐓𝐢𝐩𝐨: Algo sentimental𝐀𝐝𝐯𝐞𝐫𝐭𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚: No𝐍𝐨𝐭𝐚: Ambos personajes viven en la isla

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"Siempre nos tendremos el uno al otro para curarnos"

Camine a paso rápido, sujetando con fuerza el pequeño botiquín improvisado que traía en las manos. Doble varias esquinas, atravesé varios callejones, incluso pase por varias tiendas y tome una que otra cosa que vi ahí para después.

Después de unos minutos, llegue a la pequeña casita abandonada que estaba super escondida de todo. De los demás villanos, de mi madre, de la madre de Carlos...de nuestra realidad.

Era como nuestro lugar especial y secreto. Solo para los dos.

Veníamos siempre, pero al saber que Cruella de Vil le había dado, según ella, "lo que se merecía" vine corriendo a buscar al chico peliblanco. Dios ojalá no esté tan...

Me detuve en seco al observar como la sangre salía de su labio partido y unos grandes moretones estaban en su rostro; uno debajo de su ojo izquierdo y el otro en su pómulo derecho.

...mal

—¡Carlos!—exclamé asustada. Me agache de inmediato para examinar su rostro, y de inmediato tome su mano angustiada—Oh por...

—Estoy bien—dijo con dificultad y trato de sonreír, pero solo logró una mueca de dolor —Estoy bien linda, n-no te p-preocupes.

Por supuesto que no lo esta—pensé

—No, claro que no, ¡mira como te dejo!—exclame enojada—¡¿Quién se cree que es?!

—Mi madre—respondió de mala gana.

Suspire. Al instante mi mano fue hacia su mejilla y la acaricie con cuidado para no lastimarlo. Carlos se relajo ante mi tacto y se apoyo más contra mi mano.

—Estoy bien—repitió en un susurro—Al menos, lo estaré en unas semanas.

Negué y me senté frente a él para después tomar el botiquín.

—Ven aquí, te curare—hizo una mueca y negó de inmediato—Carlos de Vil, no fue una pregunta. Ven aquí—le ordené.

Suspiró y se acerco a mi de mala gana.

—Mierda—dijo por lo bajo al sentir como limpiaba la sangre de su labio—¿No puedo dejarlo así y ya?

—No—termine con el labio y comencé quitar un poco de tierra que tenía—Al menos hay que limpiarla, así que deja de lloriquear.

El peliblanco solo siguió quejándose y mi corazón se estrujo al observar más moretones por sus piernas y no quiero imaginar como están sus brazos o torso. Me sorprende que esta vez no usara algo afilado, aunque lo agradezco infinitamente.

One Shots ||𝐂𝐚𝐦𝐞𝐫𝐨𝐧 𝐁𝐨𝐲𝐜𝐞||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora