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"Ella ya no esta"
—Cameron cariño.
La suave voz de mi madre se escucha en la habitación y casi al instante, siento su presencia junto a mi.
—Hijo, ¿quieres comer algo?—con su mano retira un poco la sábana que esta sobre mi cabeza—Apenas si desayunaste eh, ¿tan malos estaban mis hotcakes?
Una ligera y casi inaudible risa sale de mis labios.
Y es que, hace unos días mi pequeña se fue. Mi mejor amiga, confidente, novia, esposa y la chica de mi vida se fue...y no podía soportar estar solo en nuestro departamento. Así que me estoy quedando con mis padres, por un tiempo al menos.
Yo...a pesar de que le prometí que todo saldría bien, que esto no nos vencería y volveríamos a estar en casa por horas viendo cualquier película. O que preparariamos una linda cena juntos...
Le falle, y le mentí probablemente por prometerle eso.
Pero a pesar de todo. De que ya no tuviera tanta energía a veces o que ya no era posible que corriera un buen rato junto a mi...el brillo seguía en sus ojos. La felicidad se notaba aún.
Aún podía aconsejarte y transmitirte amor.
Podía abrazarte y hacerte sentir mejor.
Podía besarme y hacer que me sintiera el chico más afortunado por tenerla a mi lado.
Mi pequeña...como quisiera tenerte aquí. Esos hotcakes hubieran sido devorados por los dos y no solo por mi mientras estaba en silencio todo el desayuno, algo no muy raro por parte de mi últimamente.
—No mamá, no es eso—mi voz sale ronca y algo apagada—Estuvieron excelentes y no, no quiero comer aún, pero gracias.
—Creo que no quieres escuchar el mismo discurso de siempre. Pero solo recuerda, que los brazos de tu madre siempre se abrirán y te acurrucaran cuando lo necesites—me sonríe tiernamente—Cuando estés listo mi niño.
Eso hace que sonría. ¿Que haría sin esta mujer?
—Gracias de nuevo mamá, en serio.
Asiente y deja un pequeño beso en mi frente para salir de la habitación y cerrar la puerta suavemente. Aunque minutos después vuelve a abrirse, dejando ver a mi hermana con una ligera sonrisa.
—Hey Cam—su voz suena un poco animada—Con papá jugaremos básquetbol, ¿te nos unes?
Niego lentamente y eso hace que se acerque a mi cama y se siente al frente, apoyando su espalda en esta. Suelta un suspiro mientras observa sus manos.
—Oye yo también la extraño...y si yo estoy triste no puedo imaginar como estás tu. Así que no te juzgaré—y esta vez, su voz perdió todo rastro de felicidad—Solo queremos que te distraigas un rato, es para que estires las piernas y no engordes por quedarte ahí.
Suelto una pequeña y amarga risa.
—Gracias Maya pero, no tengo ganas. Tal vez después.
Se levanta sin decir nada más y sale de la habitación. Ok...eso fue algo extraño. Pero calla mis pensamientos al volver con una memoria en sus manos y un pequeño sobre.
—Ayla me dijo que te diera esto específicamente hoy, dos días después de...ya sabes—hace una mueca—Así que trae tu laptop, auriculares y siéntate a escuchar, porque según ella me dijo, es un audio especialmente para ti.
Me quedo helado por unos segundos pero igual me siento en mi cama y tomo la memoria con nervios
—Oh y esto—me entrega el sobre—Leelo primero.
—Maya yo...—pero las palabras no fluyen.
Mi hermana se acerca y me da un tierno abrazo al cual correspondo al instante. Después de todo, los hermanos Boyce se apoyan en todo. Siempre.
—Te quiero.
—Y yo a ti Maya.
Ya hay pequeñas lagrimas en sus ojos cuando se separa de mi. Pero solo se levanta y se va dejándome solo.
Y le hago caso. En segundos ya estoy sentado; con la laptop en mis piernas y auriculares conectados a esta. Pero primero abro el sobre.
"¿Recuerdas que una vez dijiste que mi voz te tranquilizaba? Y ¿que si hicieras un audiolibro yo sería la voz? Jaja Bueno, esto no es un audiolibro pero...supuse que sería algo mejor que una carta. Así puedes saber si estoy nerviosa o sentimental dependiendo el tono de voz...solo tranquilo cariño, y escúchalo cuando tu quieras. Es como si estuviera a tu lado... Aunque siempre lo estoy. Te amo pequitas" —Ayla
Sonrío con melancolía. Hasta su caligrafía era perfecta.
Esa mujer podía ser rara a su manera o hacer locuras pero, si la necesitabas, ella estaba a tu lado sin importar que. Y te hacía sentir que siempre había esperanza...
Observo el techo aguantando las lágrimas; conecto la memoria a mi laptop y las manos me tiemblan cuando veo que solo hay un archivo en esta.
