One-Shots de Hawks [ Hawks x Lectora ] [Pedidos cerrados]

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[ Bird things / Cosas de pájaros ]

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Hawks no es una persona extremadamente celosa, pero como todos, hay veces en las que tiene esas pequeñas ganas de "marcar territorio" cuando su pareja se ve muy cercana con otra persona en su presencia... Como era el caso del día de hoy.

(T/N) había salido a dar una vuelta junto con el héroe durante el día libre de ambos, y todo estaba de maravilla hasta que un compañero de trabajo de la joven y ella chocaron mientras caminaban. Ambos habían comenzado a hablar de forma animada y dinámica, olvidando casi por completo la presencia del alado, lo que estaba molestando a este mismo, después de todo quería pasar el día de forma tranquila con su novia, y bastante difícil fue pasar desapercibido por los fans del rubio y ahora venía otra persona a interrumpir su inesperada cita, incluso debió cubrir de forma exagerada sus alas para lograr pasear de forma tranquila como un civil más entre las calles.

Pasaron aproximadamente cinco minutos hablando cuando la necesidad de hacerse presente apareció en el pecho héroe, interrumpiendo la conversación cuando el coqueteo del compañero de (T/N) comenzó a ser muy obvio.

-Hola- habló de manera casual el héroe, parando cualquier tema de conversa entre ambos.

-¿Y tú eres?- el joven se veía irritado al ser interrumpido en pleno intento de conquista, y no logro reconocer al rubio por sus prendas casuales.

Ahí fue cuando las grandes alas carmines del rubio hicieron presencia de una manera muy particular, se notaban mucho más grandes que de costumbres y la joven supo el porque casi de inmediato.

Era normal que los pájaros extendiesen sus alas al sentirse amenazados o querer verse más fuertes e imponentes ante otros individuos de su misma o de diferente especie y es exactamente lo que Hawks quería, mostrar que tan fuerte e intimidan te podía llegar a lucir en ese momento, pero lo más normal es que el héroe no lo notase, es una reacción instantánea e indeseada por parte del alado, todo debido a sus instintos.

-Hawks, héroe profesional, modelo a medio tiempo, pero lo más importante- posó su mano en la cintura de su pareja en un acto posesivo, acercando el cuerpo ajeno hasta él-, el novio de esta linda señorita aquí presente.

Sus alas no descendieron en ningún momento, y para el compañero de (T/N) comenzaba a ser intimidante, logrando el cometido principal de aquella cortante y fría interacción entre ambos.

 El contrario rápidamente se despidió de ambos y se marcho por el camino que estaba siguiendo antes de aquel encuentro. No fue hasta que el joven estaba fuera del rango de visión de Hawks que las alas de este bajaron y volvieron a su posición inicial, dejando de lado esa faceta posesiva y celosa del rubio.

-¿Nos vamos ya, linda?- Te sonrió con cariño, mientras comenzaban a caminar.

Mientras avanzaban, el silencio reinaba entre ustedes, un silencio levemente incómodo, el cual terminó cuando decidiste hablar.

-Lo volviste a hacer.

-¿Qué cosa?- Preguntó ingenuo el más alto.

-Lo de las alas- respondiste haciendo un gesto con tu mano libre, ya que la otra estaba entrelazada con la del alado-, lo haz puesto nervioso y se fue por eso mismo.

-¿De verdad?- un tenue sonrojo decoró las mejillas de Hawks debido a la vergüenza- Sabes que no puedo controlarlo nena, es, ya sabes, ¿instantáneo e indeseado?

-Lo sé cariño, no estoy diciendo nada malo, pero me pediste que te dijese cuando eso pasara, y eso mismo estoy haciendo ahora

Solo se escucho un suspiro como respuesta, seguir aquellos instintos que le otorgaban su singularidad y parentesco con las aves era algo que disgustaba al rubio en algunas ocasiones, como lo eran ese tipos de situaciones y el hecho de golpearse con los cristales a veces, son cosas no tan habituales en su vida pero son molestas para él cuando estas llegan a pasar en su rutina diaria.

Tu mano se dirigió a la espalda de Hawks, haciendo mimos por sobre la tela de su ropa, cosa que pareció ser efectiva en ese momento, ya que el rubio te dirigió una mirada feliz al sentir tu tacto sobre la tela.

-¿Podemos ir a casa?- preguntó en un susurro lo suficientemente alto para que escuchases solo tú y nadie más-. Quiero disfrutar el resto del día contigo, solo tu y yo, viendo unas películas y, no se, quizás algo más.

Era obvio que lo último lo decía con dobles intenciones, las cuales compartías con gusto. Asentiste sin decir ni una palabra, y pronto sentiste como el joven te cargaba al estilo nupcial y emprendía vuelo de vuelta a vuestro apartamento, para tener ese tiempo de calidad e intimidad a solas que tanto merecían luego de una semana agotadora sin tener mucho contacto físico de ningún tipo.

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Espero que les haya gustado <3

-Kuyo