XIII.

72 6 1
                                    

{07.45. akaaaaashi}: hola, preciosa, ¿cómo dormiste anoche? ayer no me hablaste

{07.48. candyflip._}: dormí bien, pero

{07.53. candyflip._}: no puedo creer que le hayas dicho eso a mi papá ayer, Akaashi...

{07.56. akaaaaashi}: ¿eh?

{07.56. candyflip._}: ...

{07.58. candyflip._}: hablamos luego, ten un buen día

Ayano guardó su teléfono en el bolsillo de la chaqueta de su uniforme, bostezando y continuando su camino rápidamente a través del pasillo. Se sentía mucho más liviana sólo llevando sus cuadernos y libros y no el bate de béisbol en la mochila, caminaba más rápido y sin algo rebotando en su espalda constantemente. Para su mala suerte, le habrían prohibido llevar su bate a otra parte que no fuese el entrenamiento, ya que el consejero escolar la habría catalogado como "peligrosa para el cuerpo estudiantil".

Habían pasado diez minutos desde que Ayano había pisado la escuela y todavía no había visto a la capitana, aunque tampoco iba a disculparse, sólo quería verle la horrible cara que le habría dejado luego de su pelea. Se rió mientras se llevaba un trozo de naranja a la boca, dando un paso dentro de su salón de clases. Casi se le cae la cara de pena al suelo luego de presenciar lo que reflejaban sus pupilas. Tetsurō conversaba con Kenma animadamente mientras Hana le tomaba la mano. Él lucía bastante contento y tranquilo con esa situación, como si no fuese un problema. Ayano no pudo evitar sentir aquel dolor de estómago por nerviosismo, hasta ganas de llorar. Se imaginaba algo totalmente distinto una vez llegase, pero ya comenzaba a entender por qué el gato no le había escrito en esos dos días.

Kenma vio a su amiga de pie en la entrada del salón, esbozando una sonrisa y levantando la mano para saludar. Ayano tragó saliva y devolvió la sonrisa, ignorando el hecho de que Hana se encontraba junto a su pupitre. Pudo notar cómo la capitana hacía una mueca y le hablaba a Tetsurō, seguramente pidiéndole que se fueran. Él asintió y ambos se retiraron del salón sin siquiera mirar o saludar a Ayano, quien pudo sentir por primera vez el rechazo de forma tan poderosa. Quería arrancarle el cabello a Hana.

—Siento que hayas visto todo eso —dijo Kenma, suspirando y saliendo de detrás de su pupitre para darle permiso a Ayano.

Se sentó junto a la ventana, suspirando—. No importa. Debí saberlo de todos modos. Tampoco es que me importe, creo.

—Ajá —la miró de reojo—. Akaashi nos ha contado que ayer se vieron. ¿Cómo te fue con eso?

Tragó saliva—. Es un tonto. Le dijo a mi padre que tenía un interés romántico en mí y casi lo mata. Se enfadó tanto que no habló por el resto de la cena. No sé por qué, pero no le cae bien.

Se rascó la nuca—. Es que Akaashi es muy reservado, sin embargo, puedo prometerte que no es un mal muchacho. De verdad le interesas.

—Sí, ya me dijo —revoleó los ojos—. Sólo quería pasar un rato con él y lo arruinó todo con sus dichos de chico maduro y razonador.

Carcajeó—. Él es así, después de todo.

—Y... —suspiró, bajando la mirada—. ¿Ellos dos ya son novios?

Kenma no quiso responder porque realmente no lo sabía, aunque se imaginaba que ya tenían un lazo mucho más íntimo si se daban la mano en público. Ayano pudo notar la respuesta atragantada en los ojos del chico, por lo que apenada acomodó su quijada en la palma de su mano, pensativa. No podía creer lo que Tetsurō había hecho, porque para ella en verdad era importante, incluso si intentaba no demostrarlo.

Dominó | Kuroo Tetsurō x OC |. PAUSA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora