Capítulo 60 | Débil

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-Justin… creo que ya es suficiente –murmuró, aún con los ojos cerrados.

Se apartó con brusquedad de ella. Si no lo hubiera hecho en ese preciso instante, jamás habría podido detenerse. Respiró pesadamente y ____ observó cómo algunas gotas de sangre se resbalaban por las comisuras de sus labios. Él las limpió con el dorso de su mano.

-¿Estás bien? –Preguntó Justin, mientras se quitaba la chaqueta, el suéter y dejaba al descubierto su camisa. Rasgó una parte de ésta y le rodeó el cuello a ella para cubrir la herida.

-Yo estoy bien, ¿tú?

-Mucho mejor. Gracias, preciosa. –Besó su mejilla-. ____, por poco pierdo el control.

-Pero no lo hiciste. –Peinó suavemente el castaño cabello de Justin-. Estoy orgullosa de ti.

-¿Qué hay de ti? ¿Cómo te sientes después de…? –Miró los cuerpos inconscientes a su alrededor-, eso…

-Estoy bien, no te preocupes –mintió-, tenemos que seguir.

Volvieron a retomar el camino, esta vez no corrían, pero avanzaban rápido. ____ no sabía de dónde sacaba la energía para dar un paso delante del otro.

La nieve caía con más brusquedad sobre ellos y el viento los hacía estremecerse. Apenas podían distinguir el camino que se revelaba ante ellos a dos metros de distancia, después de esa distancia, todo era una masa blanca.

Muchos aullidos se escuchaban a lo lejos. Justin buscó la fuente a su alrededor, entre cerrando los ojos para que la molesta nieve no entrara en ellos. No encontró nada. Luego escucharon gritos de guerra. Ambos chicos miraron hacia abajo, donde miles de vampiros y lobos corrían hacia Monte Cascada.

-Corre –dijo Justin-, ¡Corre! ¡Ahí vienen!

____ logró reaccionar y fue detrás de él. El aire le faltaba, pero la adrenalina le ayudaba a seguir avanzando. La nieve chocaba con fuerza contra sus rostros, y de vez en cuando se detenían para analizar el camino.

-¡Justin! –Escuchó gritar a ____. Observó a los vampiros que los perseguían, a tan solo unos pocos metros detrás de ellos. ____ se acercó a la pared de piedra y jaló una roca con fuerza. El suelo empezó a temblar y crujir-. ¡Corre, Justin!

Se alejaron tanto como pudieron, cuando voltearon, enormes rocas obstruían el camino, reteniendo a sus enemigos.

-¿Preciosa, estás bien? -____ cayó de rodillas al suelo.

-Justin, no puedo seguir –dijo entre pesados respiros-, no puedo dar ni un paso más.

Una Profecía | Justin Bieber y _______ VanGlodiusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora