Capítulo 3: El reino de Nepthret

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Nadar rápidamente a través de las aguas del fondo del océano era una de las cosas que más placer le causaba al joven Kai. Cada día acostumbraba pasar un par de horas nadando alrededor del palacio real de su familia a toda velocidad con los ojos cerrados, mientras a su lado peces y demás criaturas submarinas lo esquivaban rápidamente a la vez que el joven se disculpaba. Además, dichos paseos le ayudaban a distraerse de todas las responsabilidades que un joven príncipe como él tenía. Pfff ¡¿A quién quería engañar?! Su vida era totalmente libre de responsabilidades, pero eso no significaba que estuviera libre de estrés, pues la vigilia constante de su padre y hermanos mayores podía ser algo mucho peor. A diferencia de otros días, la razón de su rápido recorrido a través de las algas submarinas ese día se debía a que quería hacer una rápida visita a la biblioteca del reino para coger un libro.

La bibliotecaria, una joven sirena de cabello rojizo corto y piel pálida, lo esperaba frente a las puertas con una gran sonrisa en el rostro. A pesar de que la biblioteca debía estar cerrada hace diez minutos, esta había decidido esperarlo para entregarle el libro que con tantas ansias le había pedido el joven príncipe el día anterior.

—Perdón por la demora —dijo Kai cansado, luego de haber nadado rapidísimo para llegar a tiempo. Estaba seguro que ese día había roto su propio record—. Espero que no te metas en problemas, Perla —añadió el joven.

—No es nada, nadie se dará cuenta si las puertas están abiertas uno minutos más —mintió la joven. La verdad es que podría estar metiéndose en problemas, pero, ¿que importaba? ¿Cómo podía negarle un favor a ese guapo príncipe que tenía ante sí? Kai tenía la piel oscura y sus dientes parecían perlas cuando sonreía. Su cabello era corto de un color purpura oscuro, al igual que sus ojos y gran cola. Las escamas de su cola parecían brillar con los reflejos dando diferentes tonalidades de lila, rosa y purpura. Y su torso marcado....

—Me alegro de escuchar eso —interrumpió Kai a Perla sacándola de su ensimismamiento— ¡Quería leer este libro hace tanto tiempo!

—No te preocupes —le dijo Perla, nerviosa—, nadie viene a la biblioteca de todas formas. Los sirenos no están interesados en saber sobre la historia de los humanos.

La biblioteca estaba conformada por una gran cantidad de libros que habían llegado al fondo del océano luego de grandes naufragios y otros, lamentablemente, junto con la basura que día a día los humanos arrojaban al mar. En la biblioteca Perla impregnaba las hojas diligentemente con algas especiales para que estas perduraran en las profundidades del mar, ya que de otra forma ese extraño material que los humanos llamaban papel terminaría destruyéndose completamente.

—A mí me apasiona la historia de los humanos. Ellos son seres tan interesantes —añadió Kai entusiasmado. Las únicas cosas que amaba más que nadar, eran los libros y la historia—. El último libro que leí fue sobre el imperio romano, me pregunto, ¿cómo será Roma hoy en día? Me encantaría obtener un libro del mundo actual de los humanos con dibujos.

—Ojalá algún día tengamos uno así... —decía Perla cuando Kai la interrumpió besándole la mejilla.

—Muchas gracias, Perla —le gritó mientras nadaba alejándose a gran velocidad apretando el viejo libro contra su pecho. Perla se quedó mirando como Kai se alejaba con la cara sonrojada, tan roja como su corto cabello y sin poder quitarse la mano de la mejilla que el príncipe de Neptreth le había besado.

Kai luego de dejar la biblioteca nadó tan rápido como lo había hecho anteriormente para reunirse con su hermana cerca de la plaza de Nepthret, la cual constituía el centro del reino. Esta estaba rodeada de diferentes estatuas de roca de muchos sirenos y sirenas que habían contribuido al alzamiento del reino y en el centro una gran estatua del dios Poseidón, la que según se creía protegía el reino de ser descubierto por lo humanos gracias al tridente que apuntaba hacia la superficie. En la plaza paseaban varios sirenos que nadaban en distintas direcciones, otras estaban acostados sobre las algas disfrutando lo tibia que podía ser el agua al medio día, especialmente un día de verano como ese.

—Has llegado ante de lo anticipado —le dijo de pronto una hermosa chica de piel color ébano y largo cabello azul que se meneaba en el agua en ondas. La belleza de pelo azul era su hermana mayor, Cordelia, quien siempre lo apoyaba en todas sus aventuras y quien servía de amiga y confidente. Sus ojos y cola eran del mismo color de su cabello. Esta característica solía repetirse entre los sirenos que habitaban el océano atlántico norte, lugar donde se ubicaba el reino de Nepthret—. Nuestro padre está muy ocupado viendo que los preparativos para mi boda vayan en orden.

—Entonces, ¿qué haces aquí conmigo? —le preguntó Kai mientras se acostaba sobre una roca boca abajo sosteniendo su libro recién adquirido entre sus manos— ¿No deberías estar ayudando a papá y a Jett a preparar todo? —Jett era el novio de su hermana, quien estaba perdidamente enamorado de ella desde su cabello hasta la punta de su cola.

—Solo necesitaba un respiro, pequeño. Ahora dime, ¿qué has traído hoy desde la biblioteca?

—Hoy traje otro libro sobre la antigua Roma. En el tomo anterior leímos sobre el reinado del emperador Claudio ¿Sabías que posiblemente murió envenenado por alguien cercano a él?

—No me sorprende —respondió su hermana apoyando su mano contra su mejilla mientras lo miraba concentradamente recostada sobre las algas—, los humanos son unos bárbaros. Por eso dejamos todo contacto con ellos atrás, hace siglos.

—Creo que estás equivocada, no podemos juzgarlos sin saber si han evolucionado... dios, ¡como amaría salir a la tierra y visitar Roma! Hoy comenzaré a leer sobre el reinado de Nerón, ¿estás lista para la clase de hoy?

—Lo estoy —respondió Cordelia recostándose con sus manos tras la nuca. Mientras su hermano comenzaba a leer, esta cerró los ojos y se sumió profundamente en un sueño. En este, ella junto a Jett y su hermano favorito caminaban por las calles de Roma con piernas, tal como los humanos suelen hacerlo.

The Little Merman #1Where stories live. Discover now