Capítulo 35: Aterrador

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Chuuya miro por la ventana del auto un tanto emocionado por volver, el olor del bosque, el sonido del viento golpeando las hojas, lo hizo sentir como si su pecho se estuviera llenando de un vacío que no sabía que tenía

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Chuuya miro por la ventana del auto un tanto emocionado por volver, el olor del bosque, el sonido del viento golpeando las hojas, lo hizo sentir como si su pecho se estuviera llenando de un vacío que no sabía que tenía.

Algo incómodo trato de calmar la sensación en su corazón con una de sus manos sin mucho éxito.
Miro a su alrededor para ver si alguien había notado su gesto, pero su madre no había soltado el teléfono en la última hora, parecía estar en algún tipo de discusión en portugués, mientras que Atsushi estaba durmiendo apoyado en el regazo de la bella mujer.

Suspiro con alivio, no quería explicar la extraña sensación que estaba experimentado, solo causaría preocupación innecesaria.

Lentamente dejo caer su mano de su corazón, no queriendo levantar sospechas. Nunca pensó que tuviera un vacío en el pecho, quizás su madre y Atsushi no le permitieron sentirlo, pero, mientras más se acercaba a la mansión más se hacía evidente que siempre tuvo algo que le faltaba en su corazón.

Se sentía como…volver a casa, era extraño que se sintiera así teniendo en cuenta de que su casa estaba muy lejos de aquí, quizás solo fuera un emocion pasajera, era una pena que solo estuviera ahí por unos días, trataría de aprovechar al máximo su pequeña visita.

El auto se detuvo justo frente a la casa de sus recuerdos, aun cuando fue hace años, seguía igual de grande, no había muchos cambios en la fachada.

- ¿Estas feliz…por estar de vuelta? – Atsushi lo miro adormilado mientras se estiraba, el sonido del auto deteniéndose lo había despertado, no pudo evitar preguntar al ver la enorme sonrisa en el rostro de Chuuya

- Lo estoy – la respuesta fue inmediata, no había ni un solo rastro de dudas en la expresión del pelirrojo - ¿Tu lo estas, Atsushi?

El tigre apretó los puños con fuerza, tratando de quitarse la preocupación de encima

- Un poco – susurro finalmente, tratando de sonreír – Quiero ver a Kunikida-san

Kouyou había terminado la llamada hace unos segundos, alcanzando a escuchar lo que Atsushi decía

- Kunikida se esta alojando en la manada por la celebración, en una de las casas de visitas - comento acariciando el cabello de Atsushi preocupada por su expresión triste – Después podrás ir a verlo

Esas palabras sacaron una sonrisa en el tigre, hace tiempo que no lo veía, parecía estar muy ocupado con la manada y obviamente no iba a salirse de su horario para ir a verlo, “Horas perdidas” solía decirle cuando hablaban por teléfono.

Atsushi estaba acostumbrado a su comportamiento, y, sabia que en realidad Kunikida lo apreciaba mucho, lo suficiente como para hablar con él por teléfono durante mucho tiempo, aun cuando rompía su horario del día.

Lo Que El Corazón Anhela - Soukoku//ShinsoukokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora