¡No soy Nerd!

Capitulo 28

El sol estaba en todo su apogeo cuando mi nana alzó mis cortinas.

-Señorita Hannie es hora de despertar, su madre la espera en la planta baja.

Gruñi.

Mi madre, la que no se percata si estoy o no en sus fiestas aunque las fiestas sean hechas "para mi".

Minutos después, cepille mis dientes y bajé con mi bata puesta.

-Me he enterado de que tienes chófer - Dijo mi madre al apenas verme.

Asentí.

-Quiero que busques un instituto. Eres libre esta vez de elegir dónde estudiar.

La mire. Apenas teníamos poco de llegar ¿Mi libertad se había terminado?

-Quiero que te lleve el nuevo chófer a buscar institutos - prosiguió - y por favor, elige correctamente, no quiero tener que dar nuevamente la cara por ti.

Terminó de decir eso y se levantó de la mesa, marchandose como siempre. No obstante, por primera vez, dolía su actitud.

-Señorita, su mamá no quiso ser tan dura. No haga tanto caso a sus palabras, sólo busca que no pierda tantas clases. - Intentó consolarme mi nana, pero ya no era una niña pequeña para creerle. Mi madre siempre era así.

Me fui a mi habitación e ignoré las palabras de mi nana. Comería fuera.

Me duché y me puse un conjunto negro de camiseta con jeans.

James estaba aquí.

-Buenos días señorita, Hannie. - Me dijo James en cuanto me vio. Sus palabras me detuvieron en seco.

-Mucha formalidad no te queda - espete.

Y me subí por la otra puerta. La puerta que él no había abierto y que abrí por mí misma de mi coche.

James cerró la puerta, y susurro maldiciones hacia mí persona. Callandose en cuanto se subió.

-Te contrate porque me gustó tu actitud de ayer - susurre al nivel que el me pudiese escuchar -me haces sentir que no eres un empleado mas... - pausé -no me trates como tu jefa.

En todo el tiempo que estuve hablando, él me escuchaba atento mirándome por el retrovisor.

-¿Estas bien Hannie? - preguntó

Sonreí y asentí.

Durante todo el camino James me contó sobre el circuito y los competidores. Hoy manejaría nuevamente.

Me mostró un circuito que ya no usaban y practiqué dentro de él.

Mi comida, opté porque él fuese mi compañía. Por primera vez en mi vida no quería comer sola.

-¿Y... Estudias? - Me atreví a preguntar.

Asintió.

-Bachillerato, en escuela privada que parece internado.

-¿Que parece internado? - cuestioné.

Ambos estábamos sentados en el capo del coche, comiendo una sopa instantánea de camarones con limón mientras veíamos el atardecer.

-Sí, la cuota es un poco cara pero mis padres quieren que estudie ahí por el renombre que me dará al graduarme. Pero parece internado porque es de 7am a 5pm. Apenas y me queda tiempo de los circuitos.

-¿Tus padres pueden pagar la cuota?

Él niega con su cabeza.

-Por eso debo trabajar y juntar un poco. Solo, no podré ser por mucho tiempo tu chófer, en dos semanas ingreso nuevamente.

Asentí pensando.

-Puedo pagar tu colegiatura. - Dije sin pensarlo.

Él escupió un poco el último sorbido de su sopa.

-No

Yo hice una mueca.

-Me inscribiré donde estudias - me miró frunciendo su ceño profundamente -Pagaré tu colegiatura si a cambio tu me llevas y llegamos juntos.

-¿Por qué lo harás? No puedo aceptarlo.

-Aceptalo como una recompensa por llevarme al circuito.

Baje del capo y le sonreí.

Dicho esto nuestro camino al circuito se volvió tranquilo.

Hoy competiría nuevamente con Dalia.

El circuito estaba lleno de personas apoyando a cada conductor.

Mi corazón deseaba que James apostará por mi. Pero era una simple novata en este mundo y acabábamos de conocernos.

Negué con la cabeza y respire.

Prendí la música y puse Hall of Fame.

A todo volumen inicie la carrera.
Dalia estuvo a escasos centímetros de mi durante todo el tiempo pero no había logrado chocarme esta vez.

Y sin esperarlo o creerlo, todas las apuestas habían fracasado, puesto que, acababa de ganar un circuito de novatos.

Detuve mi coche luego de cruzar la meta y mire sorprendida hacia delante. Había ganado.

James corrió hacia mí y baje del auto.

Sin esperarlo me cargo y me abrazo efusivamente.

-¡Ganamos! - gritó y lo mire.

Él había apostado por mí y grite con él.

-¡Ganamos!