🥀Capítulo cuatro.🥀

931 110 89
                                    

"me voy a levantar
y voy a hacerlo mil veces otra vez
y me voy a levantar
alto como las olas"

────•◦ ◦•────

Cuando Margot estaba con Betty en el centro comercial miró una prenda para mostrársela a su hermana.

—¿Te gusta?—preguntó Margot mostrándole a su hermana una prenda.

Betty la miró con una mueca—Muy oscura, ¿no crees?.

—Si... pero me gusta.

—Prúebatela.—animó Betty a su hermana.

No confiaba en nadie como en Betty. Su hermana mayor lo era todo. Era la único persona con la cual verdaderamente se sentía cómoda y podía hablar sin miedo a ser juzgada, pero a pesar de eso, había cosas que se negaba a decirle.

—¿Estás nerviosa por comenzar la universidad?—preguntó Margot.

—Algo—confesó.—Pero me tiene más nerviosa el año. El no saber que será con mi vida.—hizo un silencio—Si antes pensaba que mi futuro era borroso, ahora es un punto ciego.

Margot asintió, dándole a saber que la entendía.—Se me hace raro todo. De hecho, preferiría quedarme todo el día en mi cama y llorar.

La transparencia que manejaba Margot en ciertas ocaciones, llagaba a asustar. Por momentos reflejaba lo mucho que estaba pérdida , pero otros creían que solamente  bromeaba.

—Pero... creo que no es opción. Debemos seguir, es lo que mamá hubiera querido.

Sonrió melancólica. Extrañaba mucho a su madre, pero sabía que no podía luchar contra la muerte. Por otro lado, lo de su padre también la lastimaba. El pensar o hablarlo, hacía que su estómago se contrajera y la lastimara.

—Me duele lo de papá—confesó.

—Lo sé—aseguró con sus ojos cristalizados y suspiró—¿Te parece si compramos esto y vamos a tomar un café frente a un parque?

Margot asintió. Tal vez, necesitaba esa charla con su hermana más que nada en el mundo. Y así fue, que minutos después ambas rubias estaban con sus bolsas y sus cafés en la plaza que Betty solía ir todos los días.

—Es hermoso el lago—aseguró Margot.

—Papá fue un cobarde—soltó Betty—Él nos lastimó más que cualquier cosa.

—Lo se—confesó Margot, sin embargo, hizo un silencio.— ¿Estaría mal si él vuelve y yo lo perdono?

Betty la miró—No lo sé—confesó—Pero yo no podré perdonarlo. No podré hacerlo por mi, no por mamá ni por ninguno de nosotros.

No sabía que debía hacer, aunque una parte de ella aseguraba que ese hombre jamás iba a volver.

¿Por qué las personas tenían hijos pero a la primera alarma se van?. Las cosas no deben ser así, las personas que hacen eso no dabarían tener hijos. Los hijos no tienen la culpa, y no deben cargar una culpa innecesaria el resto de su vida.

Margot se replanteaba una y otra vez si había hecho algo mal, pero lo cierto es que ese pensamiento ocurre mucho tras la partida voluntaria de una persona. Pero nadie debe cargar un sentimiento equivocado por una actitud cobarde de otra.

Rise up || Mody: una mirada distinta a la historia.Where stories live. Discover now