Capítulo XXVII (Ella es mía)

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Achiné mis ojos molesta y seguí en mi posición. Él alzó una ceja y se encogió de hombros para luego acercarse a mí, cuando quiso agarrarme lo esquivé. 

—Alma, no me hagas enojar —masculló molesto.

Agarré el arco de mi violín, ¿Para qué necesitaba eso? Lo golpeé con el arco haciendo un gran corte en su rostro.

Él ahora sí estaba furioso, apretó sus puños para luego golpear, pero esquivé el golpe agarrando su brazo y luego empujándolo con mi pierna. 

"Alma, necesito que trates de soltarte, quiero el mayor control de tu cuerpo, sino no podré contra él"

P.O.V. Juliann: 

Estaba en mi oficina ordenando algunos papeles, mañana saldríamos temprano. No podría dejar que avance así Alma, ¿Me preocupa? Bastante.

Lo único que pido es que esté dormida y descanse, a veces me da miedo dejarla sola y muchas noches aunque ella no lo sepa me quedo en su habitación. 

Suspiré algo preocupado, algo no andaba bien y lo sentía. Me levanté de mi silla y salí de mi oficina para comenzar a bajar las escaleras hacia la habitación de Alma. A veces tenía esas sensaciones de inseguridad y la mayoría de veces no me equivocaba. 

Llegué al piso donde estaba la habitación de Alma y lo primero que escuché fue el ruido de un vidrio rompiéndose. Fruncí el ceño y corrí hasta llegar a su habitación, la puerta estaba cerrada. Rodé los ojos y entré a la habitación teletransportándome por una sombra. La escena hizo que abriera mis ojos sorprendido.

El vidrio de la ventana de la habitación estaba roto, Alma estaba mirando hacia el balcón. La agarré inmediatamente antes de que vaya a cometer alguna locura, ¿Qué mierda hizo?

Su cabello ahora estaba oscurecido y sus ojos perdieron su brillo.

—Alma, ¿Qué pasó? —pregunté y ella solo bajó su mirada —¿Qué hiciste?

—Él no quería irse, de algún modo había que sacarlo de aquí, ¿No? —susurró.

—¿Qué? —la miré confundido y ella comenzó a contar todo lo sucedido. 

Mientras contaba todo lo que pasó, más idiota me sentía por no haberme dado cuenta antes, no sé qué habría hecho si ella salía lastimada. 

Negué algo confundido y me asomé por la ventana, creo que vamos a tener algunos problemas. 

—Alma... Acabas de tirar a uno de los nobles más importantes por la ventana. —la miré serio —¿Sabes el problema que me va a traer?

—Yo no fui, fue Anya, ella insistió. —se defendió. 

—Y tu pelo... —bufé viendo su cabello, este ahora era negro. ¿Acaso cada vez se parecía más a Anya? 

—Oh sí, eso. —agarró un mechón de su cabello y lo miró —tampoco me queda mal, ¿Verdad?

Rodé los ojos. Lo que más me importaba era si el crecimiento de Anya había avanzado con esto, al parecer Alma la dejó actuar de más.

Por otro lado agradecía que ella haya podido defenderse, eso me daba cierta seguridad para cuando no esté con ella. Sabía que nadie del castillo podía llevarme la contra porque iba a terminar mal, ¿Pero generar pelea con la única humana aquí? Eso sí que es de un tonto. 

Suspiré pensando mientras miraba como Alma limpiaba el arco de su violín. ¿Todo era un arma para Anya? Había algo de sangre, agradecía que ella no se hizo ningún rasguño.

—No vas a dormir aquí Alma... —miré la ventana rota y el vidrio esparcido por la habitación.

—¿Me va a dejar dormir en su gran cama? —sonrió emocionada —Gracias.

Mi vampiro favorito (EN EDICIÓN)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang