Capítulo XVII (Primer beso)

22.1K 1.5K 685
                                    

¡Atención! Capítulo con escenas sexuales, leer bajo su propio riesgo. 

P.O.V. Alma:

Sus manos continuaron acariciándome, como si quisiera aprovechar el momento al máximo, y no me negué a disfrutar su tacto, que se volvía cada vez más rudo y fuerte. 

Comenzó a besar mi cuello a medida que sacaba el corpiño de mi traje de baño y acariciaba mis pechos, mientras solo cerraba mis ojos soltando jadeos encantada por su acción. 

—Señor Juliann... —lo llamé.

—¿Qué? —apretó una de mis piernas. 

—Nunca tuve sexo... —comenté notando que el momento avanzaba.

—Lo sé, no voy a hacértelo, Alma. —depositó un beso en mi frente —a menos que tú me lo pidas...

Asentí, me sentí un poco más tranquila. 

—Quiero verte bien. —me paró y me puso de espaldas a él. Sus manos recorrieron mi cintura hasta quitarme el vestido.

Sentí un fuerte golpe en mi trasero, haciendo que suelte un pequeño suspira y él ría a lo bajo.

Me sentó sobre él, aún de espaldas, y comenzó a tocar mi intimidad lentamente. Una de sus manos corrió la parte baja de mi bikini para tocar mejor la zona, logrando que un cosquilleo intenso recorra mi cuerpo con adrenalina, mientras que con su otra mano apretaba y acariciaba mis pechos.

Moví ligeramente mis caderas, acompañando sus movimientos durante unos minutos y pidiéndole que pase al siguiente nivel. 

Metió dos dedos en mi intimidad de repente, provocando otro gemido desesperado por su tacto, y comenzó a moverlos, ahora sí, haciendo que miles de gemidos y jadeos se escapen de mi boca.

—Me gusta que seas escandalosa en este sentido... —comentó —no tengo ningún problema, Alma.

Me sonrojé levemente. Ya sabía que él se refería a todas las veces que he gritado por un motivo y a él le molestaba, pero al parecer, tenía una excepción. 

El tiempo pasaba y los efectos de su estimulación llegaba a su fin, donde mi cuerpo me notificaba de que algo estaba cerca, algo demasiado placentero. 

El temblor de mis piernas y la descarga de miles de sensaciones hicieron que reciba al orgasmo con un grito, exaltada, bajo el agarre de una de sus manos que viajaba por mi cuerpo.

Me acomodé, dándome vuelta para verlo mejor, encontrándome con sus ojos carmesí y sus colmillos fuera, como si se estuviera resistiendo de algo.

Acaricié su rostro, sintiendo su piel fría, suave, hasta llegar a sus labios y acercarme a él lentamente.

Parecía que él entendió mi acción, y se acercó también, uniendo nuestros labios.

Ahora sí. Estaba con el príncipe vampiro, ese hombre que tanto me ha cuidado y regañado durante gran parte de mi vida estaba besándome. Se sentía como estar en el cielo, parecía un beso algo desesperado, un beso que se estaba esperando desde hace mucho.

¿Será que estoy soñando? No, claramente no, pero aparentemente, uno de mis sueños se hizo realidad. 

Seguimos el beso hasta quedarnos sin aire, donde su boca formó una leve sonrisa al verme. 

—¿Usted cómo sabe que nunca tuve sexo? —pregunté curiosa, rompiendo el silencio. 

—Sé todo, Alma. —me acarició el rostro —y sé todo lo que te hace él, ¿Acaso no te cansa?

Mi vampiro favorito (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora