¿Quien eres tu?

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Características del cuento (No es recomendable que no la leas, es importante):

Y si, he vuelto. Además, con un nuevo cuento de fantasía, que, por mi gusto, este me gusta más que el de "El mundo nuevo". Siento que este cuento puede a llegar a ser historias, casi igual que todos los demás, pero eso ya depende de ustedes. Espero que lo disfruten.

Besos.

Muri.

POV'S Azael:

Cada vez la mierda se alargaba más, era linda, lo era. Pero me aburria con sus manos atrevidas, y sus labios aburridos.

Mariam me aburria. Esperen, ¿No era Marina? O ¿Era María?, ya ni se cómo se llamaba la muy ingenua.

Lo único que sabia era que hoy esta chica moría en mis propios brazos, pobre me da lástima, ella siempre me miraba desde muy lejos, a veces cuando tenía ganas, le pedía la tarea y ella me la pasaba sin dudarlo. Esta chica estaba fascinada por mí.

Pero igual, que mierda me importa la vida de esta chica, solo lo única que me estaría interesando en ella, es su misma sangre que recorre todo su cuerpo.

El beso que nos estábamos dando debajo del árbol del bosque se me estaba siendo muy pesado, pero quería que ella se entretuviera un poco así cuando menos se lo espere le arrancaría toda su sangre. La lengua tímida de ella me provoca una sed muy grande de la ya que tenía cuando vine. Era muy costumbre mía, seducir a las chicas que elegía al azar para así poder traerlas al bosque de la academia, para poder matarlas tranquilo y sin que me descubran.

El bosque era muy oscuro y tenebroso, siempre, aunque el día este soleado, por estos lugares siempre había neblina y casi no se veía nada. Eso me ayudaba un montón ya que casi nadie andaba por estas zonas.

Ya me aburrí demasiado de este beso, asique le agarre del pelo de atrás, la mire fijamente. Le di una sonrisa para verla en sus últimos segundos, estiré su cuello para atrás, entonces fue cuando ahí la mordí salvajemente quitándole toda su sangre, y ella al instante agrando los ojos y grito con todas sus fuerzas que le quedaban.

Pobre ingenua, nadie la iba a escuchar.

Destroce todo su cuello, dejándola pálida y sin casi nada de sangre en su cuerpo. Asique cuando termine mi aperitivo, la lleve mas al centro, para así poder ocultarla bajo tierra donde estaban las demás. Como ya había excavado su propia tumba no me fue difícil volver a enterrarla.

Siempre que cada vez salgo a matar, me aseguro siempre en elegir a mi próxima victima y cavar una tumba para ella misma.

Mis comidas favoritas siempre fueron las mujeres porque siempre me llamaban la atención ellas mismas, por eso que casi nunca mataba un hombre por necesidad o si me había provocado por ahí lo mataba, no antes de acabar con toda su sangre en su organismo.

Ya desasiéndome del cuerpo de la chica que acabe de matar, saliendo del bosque, volví a la academia, así como si nada hubiese pasado.

Entrando tranquilamente a los pasillos de la escuela, me encontré con mi amigo Simón, el no sabe nada de mi secreto, específicamente nadie lo sabe. Y así lo voy a mantener por un largo tiempo.

-Ey Azael, por fin te encuentro. – Me saluda Simón con su típico abrazo de mano.

-Si, bueno. Dime que pasa. – Le digo esquivándolo con un tono grosero, no me gusta mucho el afecto de las demás personas hacia mí. Mas si tienen sangre a su alrededor.

-Desapareció otra chica más del instituto. – Mierda. -Se llama Marisol, sus amigas dijeron que ella iba a volver al instituto hace dos horas. – Así era como se llamaba al final. – Están todos preocupados, ya que devuelta otra chica desaparece, la están buscando por todos lados, ¿Vos acaso la viste? – Simón me pregunta muy preocupado

Cuentos cortosWhere stories live. Discover now