Capítulo 16

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TENTATION 2

Cap: 16

M: Huevos revueltos.

Me sonríe. Yo también lo hago. Desde que hemos solucionado nuestros asuntos anoche no hemos dejado de sonreírnos por motivos obvios.

E: Suena bien. (tomo el plato y lo pongo sobre la mesa. Saco una butaca y me siento sobre ella. No podría describir cuan sexy está esta mañana. Cada vez que lo hace conmigo, es como si le proporcionara naturalidad y mas belleza de la que ya posee. Me gusta.) ¿No vas a sentarte?

M: Como si pudiera. (pone los ojos en blanco y me rio solo sobre la mesa.)

E: ¿No podes? (le pregunto y enarco una ceja.) tampoco hables como si hubieras cogido descomunalmente anoche. (le sonrío de oreja a oreja y observo como los colores se le vienen al rostro.)

M: Tu amigo esta durmiendo en el medio de la sala ¿sabes? No creo que quiera escuchar esto.

Y si. Segundo se encuentra aún dormido en el sofá mas grande de la sala. Ojalá no despierte, no tengo ganas de desearle feliz cumpleaños todavía, o mas bien... que María se los desee tan cariñosamente.

M: ¿No lo vas a despertar? (enarca una ceja y sirve el huevo revuelto sobre su plato)

E: No, y la verdad me siento muy culpable (admito y meto una cucharada llena de huevo revuelto a la boca)

M: ¿Qué? ¿Por qué? (me pregunta realmente preocupada. Me pone verla así, cuando se preocupa por mi, se ve tan tierna.)

E: Ya sabes... seguramente ayer no lo dejamos dormir bien.

Vuelve a ponerse colorada. Frunce el ceño y me lanza una de esas miradas que solo me provocan callarme.

Camina con el plato en sus manos y se sienta cuidadosamente a mi lado. De acuerdo, esta vez si es culpa mía.

E: Te quedaron muy bien... (le sonrío al verla comerse los huevos revueltos) estos huevos. (sonrió y la miro perversamente de nuevo.) ¿de qué te reís? (sonrío y trato de disimular.)

M: ¿De verdad te gustaron?

E: Si, por supuesto.

M: Es la primera vez que cocino algo bien.

E: Estas mejorando.

Sonríe una vez mas. Con ese aire angelical y mañanero que la hace ver muy preciosa. Espero a que termine de sonreír y me inclino un poco hacia ella para darle un beso en los labios, totalmente imprevisto. María parece sorprendida, pero me corresponde el beso de la misma manera.

E: Lamento mucho que estes dolorida.

M: No lo lamentes mucho.

E: Okey, eso me gusto.

M: En serio... (acaricia mis brazos descubiertos, traigo puesto un polo sin mangas, y posiciona su cabeza sobre mi hombro.) gracias por ser tan paciente conmigo.

E: Jamás lo fui con nadie. (admito con muchísima sinceridad. Nunca tuve tanta paciencia con alguien o algo. Fui siempre de esos hombres autoritarios y poco tolerantes.) pero... vos sos especial.

Nos quedamos callados, sé que ella quiere decir algo. La conozco muy bien.

M: Y... (no me equivocaba) ¿Cómo estuve anoche? (me pregunta con timidez y a la ves recelo.) se que no soy la mejor mujer con la que estuviste pero...

E: Sos la única mujer con la que estuve, literalmente, sos la primer novia que tengo y lo sabes muy bien. (le digo mirándola a los ojos) y María... (me aclaro la garganta. Nervios. Muchos. Mis manos empiezan a sudar y mi boca se seca. ¿Cuándo voy a superar esto?) vos... María vos... sos lo mejor que me paso.

Suelto. Mi corazón se acelera. Al menos ya le dije lo que sentía en ese momento y no me lo guarde. Ella me mira tiernamente y besa mi boca suavemente. Jugamos unos segundos con nuestros labios. Pero aquel beso no deja de ser sutil y sensual. Un beso de mañana.

M: Te am...

E: Te amo. (completo yo y le beso la boca de improviso. Ella vuelve a sonreír. Como me gusta cuando lo hace. Intenta besarme ella ahora, pero es interrumpida por los ronquidos repentinos de Segundo. Ambos saltamos en nuestro sitio. El hombre se cambio de posición pero sigue durmiendo.)

M: ¿Qué vamos a hacer con él? (enarca una ceja)

E: Ya se irá, solo quiere pasar su cumpleaños acá...

M: ¿Cuándo es?

E: Hoy. (le digo y espero con toda mi alma que no se emocione por la noticia)

M: Oh... (dice y continua comiendo lo que preparó)

Suspiro en mi interior un poco mas aliviado. Eso no fue tan malo. Ni siquiera le importa y eso no hace mas que reconfortarme. Sigo siendo su hombre, y ella mía.

M: ¿Vas a buscarme hoy? (me pregunta hablando bajo. Se puso de pie y dejo el plato en el lavaplatos.)

E: Si nena, como siempre. (le informo) tal vez después salga con Segundo a algún lugar por su cumpleaños, ya sabes... (se voltea y me mira mal. ¿Qué dije?)

M: Okey. (me dice. Y está celosa. Conozco los motivos. La última cosa que hizo Segundo en París fue pedirme las llaves de mi auto, con María presente, para irse a un bar caro y con mujeres. Es lógico que ella piense mal ahora mismo.)

E: No tenes de que preocuparte, ¿lo sabes? (le pregunto. Ella asiente, pero no noto su rostro convencido, así que me acerco a ella por detrás y suavemente le acomodo el pelo tras la espalda para dejar libre su cuello. Lo muerdo, primero leve y después mas intenso. María suelta un grito ahogado. Se da cuenta que le deje una buena marca rojiza ahí. Le sonrío una vez mas.)

E: Es para que no te olvides de mi en todo el día. (beso sus labios y me alejo un poco. Muy dentro sé, que la deje con las ganas de hacerme una marca igual así a mi. Pero no la dejo y me retiro caminando hasta la habitación.

Continuara....

~Anto

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