Toda tuya

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El hospital pertenece al ámbito de la Provincia de Buenos Aires, poder obtener un cargo siempre fue muy difícil, debido a que las vacantes solo se dan por baja de la planta permanente, esto es por jubilación, fallecimiento o renuncia al nombramiento. Los sueldos han sido históricamente de los peores pagados, pero como compensación se obtiene una relativa estabilidad laboral que no está sujeta a los cambios de humor de las autoridades ocasionales; todos pertenecemos a una nómina y somos considerados personal técnico de salud. Las clínica privadas por el contrario ofrecen mejores salarios, pero en ocasiones estos se abonan en cuotas, se juntan varios mese sin cobrar y no se permite que se gane antigüedad en el cargo, por lo que cada tanto se hace una "restructuración" que despide al personal para contratar nuevos agentes. Muchos abusos se producen porque la mayor parte de enfermería está formado por mujeres, divorciadas, solas, con hijos a cargo que dependen de un trabajo para llevar el alimento a casa y están en una situación muy vulnerable como para poder rebelarse ante el sistema.

Así, pasé por el Departamento de enfermería, tomé el cargo y me informaron que como personal nuevo sería "volante", esto significaba que debía cubrir cualquier sector en que hubiera una faltante ya sea por franco o enfermedad del titular de servicio.

La jefa del departamento recibió mis papeles y me indicó:

—Bien, hoy cubrís pediatría. Todas las guardias pasás primero por acá y yo te designo el lugar dónde ir según las necesidades del "rol"(registro de horarios y personal activo).

Llegué al segundo piso, dónde se suponía me debían pasar la guardia con las novedades de los pacientes, su patología y los tratamientos correspondientes. El Oficce de enfermería estaba vacío, me vestí y cuando iba a comenzar el recorrido para ver a los pacientes, una compañera de la sala de ginecología —justo frente a pediatría—, se presentó y me dijo:

—Las chicas—se refería al personal del turno anterior—,  se retiran un rato antes porque tienen que entrar a trabajar en otro lugar. Yo te paso la guardia: Tenés treinta y cinco chicos internados, quince con suero, en la carpeta de indicaciones están los tratamientos, no te olvides que con los niños se trabaja con microgoteo y que las vías soportan mejor  sin infiltrarse si se colocan en la frente—tomó un poco de aire—, mucha suerte, la sala es toda tuya.

Mi primera noche, solita mi alma, con bebés de pocos meses, madres asustadas y demandantes y médicos que había que despertar cuando ocurría alguna urgencia; creí que no volvería a pisar la sala, pero la noche siguiente estuve allí una hora antes para interiorizarme de los procedimientos específicos, luego todo se fue haciendo más fácil.


Álbum de familia ¡Se va la segunda!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora