Capitulo Cinco: Sweet grapes

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—¡Chérie! —gritó Larisa desde su auto haciéndome subir—

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—¡Chérie! —gritó Larisa desde su auto haciéndome subir—. Es tan genial poder ponerle una cara de quién tanto habla Remington.

¿Les contaba de mi?

—Me alegra conocerte, hace mucho que escucho también de ti. Sebastian no para de decir lo orgulloso que está de la novia tan talentosa que tiene.

Una sonrisa se forjaba en ella. Podía imaginar cómo su pecho se hinchaba de felicidad por tener a alguien como Sebastian, alguien que realmente la amaba.

—Gracias, hago lo que puedo. Después de su última gira no quiero que se vaya —carcajeo dejando caer sobre sus ojos los lentes de sol.

( . . . )

—Y ese es todo el plan —sonrió guardando las notas en si bolso—. Llevo en ello unos meses, así que todo está planeado, nada se me pasa de las manos.

«La que va a salir sorprendida eres tú» dije para mis adentros tratando de aguantarme una risa.

—¿Que me dices tú? Sebastian me a contado todo —dijo buscando algo que le gustase en el menú.

Paseaba mi vista por el restaurante cuando finalmente pude procesar la pregunta.

—¿Contar de que? —pregunté confundida.

—Lo del camerino —dijo acompañada de una risa—. Se que no te incumbe, o no del todo. Pero tuvo muchas relaciones difíciles, una infancia y adolescencia difícil... Paso por tantas cosas y sigue sin encontrar refugio.

—¿Refugio?

—Si. Emerson se refugia en el arte, tiene tantos proyectos. Tiene cientos de cuadernillos con elaboradas obras de arte, tan hermosas como las paredes de su casa. A Sebastian le encanta la cocina, hace platillos excelentes, incluso cultiva sus propias especias para asegurarse que todo sea de su talla. Remington intento refugiarse en la música, escribir canciones para sanar heridas, pero no es suficiente. Cuando te duele demaciado no puedes describirlo y por ende no puedes sacarlo.

Me mantuve callada, sabía de todo eso pero escucharlo de alguien más cercano me dejaba extraña.

—No tienes que decirme nada —explico, sosteniendo mi mano—. Solo ayúdalo a ser fuerte, se que siempre se hace el que puede hacerlo solo, pero no es así.

Le dedique una sonrisa, comprendiendo finalmente. Todo hizo click.

Después de comer salimos un rato a buscar las cosas para el cumpleaños de Sebastian. Tanto los regalos como algunos detalles para la escena.

Yo Solía Ser - Remington LeithWhere stories live. Discover now