¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Me volví a dormir, no iría a buscarlo. Si estaba con el Hokage, Hiruzen sabría que he vuelto y no quiero eso.
ʰᵒʳᵃˢ ᵈᵉˢᵖᵘᵉ́ˢ.
Sentía como si alguien me estuviera llamando, su voz. Su rostro apareció.
De golpe me levanté con el corazón en la boca. Siempre era lo mismo. A mi lado había alguien. Lo observé sorprendida.
- Volviste.- Dije con la mano en el corazón tratando de calmar mi taquicardia.
- ¿Estás bien?-
- Si, lo estoy. ¿Por qué la pregunta?-
- Estás sudando, también temblando y estás con lágrimas en los ojos.- Toqué mi rostro y tenía razón, no sé en qué momento se escaparon.
Me limpié con la manga de la bata.
- ¿El que me estaba llamando eras tú?- Asintió - ¿Sucedió algo?-
- Sí, el Hokage te necesita en su oficina.-
- ¿Qué? ¿Quién diablos le dijo que volví?- No respondió. Me puse de pie para tomar mi ropa y cambiarme, me colgué mi mochila y me iba a ir.
- ¿A dónde vas?- Preguntó observando sus movimientos.
- Lejos de esta aldea. No debí haber vuelto y mucho menos quedarme contigo.- Me encontraba ya fuera del departamento cuando sentí como agarraron mi brazo.
Giré a ver y era ANBU. No era uno solo, habían tres.
- Tenemos órdenes de llevarte con el Hokage y no dejar que te marches.- Maldito viejo.
- ¿Qué quiere de mí?- Cuestioné sin intención de ir allí.
- No podemos darte más detalles.-
Escuché a Kakashi detrás mío. - No lo hagas más difícil.- Suplicó.
Le dirigí una mala mirada y solo me resigné.
- Bien, bien. Llevenme con el viejo.-
- Por las dudas.- Dijo otro ANBU mientras me ataba las manos.
- ¿Qué diablos soy? ¿Una delincuente o qué?- Masculle.
Ya habiendo llegado tocaron la puerta, un "pase" proveniente del Tercero hizo que podamos poner un pie en la oficina.
