Capítulo 3

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POV: Lucía

Llevo más de 30 minutos esperando a Mariana en el diner que está cerca de la escuela. Sol se ofreció a llevarme pero le dije que había quedado de verme con Mariana pero al parecer me dejó plantada. Mi día no puede ponerse peor. Hablé demasiado rápido. Bajo la mirada en cuanto veo cómo Alejandra se acerca a mi mesa.
-Qué agradable sorpresa.-lo que me faltaba. -Ya es un poco tarde para que sigas aquí.-dice antes de sentarse frente a mi, mínimo que pregunte si está ocupado o no.
-Lo mismo digo, Rivera.-sonrío falsamente y ella lo nota.
-Es mi deber.-¿su deber? De cuando acá Ale cumple con sus deberes, rió sarcásticamente. -Este diner pertenece a mi mamá.-explica. Mierda como pude olvidar ese pequeño gran detalle.
-Que cool debe ser eso.-digo con desinterés y ella frunce el ceño.
-Vamos, porrista.-se levanta de la mesa y me extiende la mano.
-¿A donde vamos?.-pregunto confundida mientras tomo su mano y nos acercamos al mostrador del diner, realmente no entiendo qué pasa, a donde carajos quiere llevarme. Pero por alguna razón camino junto a ella.
-Es un poco peligroso estar sola a estas horas por aquí, hay algunos pandilleros rondando estas zonas.-comenta mientras saca dos cascos de un locker que esta junto al mostrador. La miro intrigada. -Yo te llevare a casa, no puedo abandonar a una dama en apuros y a ti tampoco.-dice para después soltar un par de carcajadas. Esta de vuelta la Rivera que tanto odio.
-No me subiré a un auto contigo.-me apresuró a decir. Ella me mira un par de segundos, como pensando si lo que dije fue en serio y vuelve a reír.
-No iremos en un auto.-toma mi mano y salimos del diner, encontrándonos con una moto color negra aparcada en la calle. -Esto es mejor que cualquier auto, aparte en un auto no usas casco.-dice con obviedad mientras se monta en la motocicleta.
-No, ni de broma me subiré en esa cosa.-digo de inmediato mientras cruzo mis brazos. Ale me mira por unos segundos y suelta un gran suspiró, mira al cielo como tratando de encontrar la paciencia que necesita, después de unos segundos vuelve a mirarme.
-No te refieras así a Sam.-dice mientras acaricia su moto, ¿que persona nombra una moto? Nadie más que la freak de Ale. -Vamos, sube.-insiste. -Si piensas esperar a Mariana déjame decirte que ya se fue.-¿Qué? ¿Como la freak esta más enterada de lo que hace mi mejor amiga que yo?, un Oscar a la mejor amiga debería conseguirme.
-¿Por que tendría que creer en lo que dices?.-pregunto arqueando una de mis cejas.
-Dani la llevó a casa.-esa maldita debe estarla pasando increíble pero aún así me las pagará cuando la vea. -Entonces.. ¿nos vamos? Tu casa está un poco lejos y es tarde para que te vayas sola. Aparte a esta hora los taxis no pasan por aquí.-Genial mi única opción es irme con esta loca.
-Ya que no tengo otra opción.-digo comenzando a caminar hacia ella puedo notar de cerca su maldita sonrisa victoriosa. -Si haces cualquier estupidez, prometo hacer que te arrepientas hasta el último día de tu vida.-Advierto de manera firme, ella me mira con una cara inocente y asiente.

Estuve tan asustada todo el camino que no note cuando llegamos a mi casa, solo abrace con fuerza la cintura de Ale. La muy idiota manejo como loca todo el camino.
-Ya puedes soltarme, porrista. Estamos en tu casa.-dice entre risas. Todavía que casi me mata se ríe de mi la idiota. Suelto su cintura y como puedo bajo de su estúpida moto.
-Pudiste haberme matado.-cuestiono y ella solo sigue riendo. -Estás loca.-añado.
-Vamos, Lucía, solo era para divertirnos un rato.-la única divertida fuiste tú porque yo estoy a nada de morir.
-Espero que te caigas de esa porquería.-caminó hacia la puerta de mi casa deseando que mis piernas aún temblorosas no me fallen y haga el ridículo frente a la freak.
-¿Tus padres no te enseñaron a no desearle el mal a las demás personas?.-detengo mis pasos y giró para mirarla con molestia. Ruedo los ojos y giró de nuevo para seguir caminando hacia mi casa pero ella sigue llamándome así que al estar a unos pasos de la entrada me giró para verla de pie junto a la moto.
-¿Quieres seguir molestando?.-ella niega con la cabeza.
-Mi casco, lo necesito.-pide y yo sonrío ampliamente. Ya tengo como vengarme de la estúpida de Rivera. Ella me tiende la mano pero sin dar un paso hacia mí así que lanzó el casco en su dirección. Ella se lanza bruscamente al pasto del jardín para poder alcanzar el casco antes de que llegue al suelo y para su buena suerte lo logra. Ni para vengarme bien sirvo. Ruedo los ojos por no cumplir con mi objetivo y ella me mira furiosa. -Esta me la pagaras, porrista y tengo la idea perfecta.-dice mientras se reincorpora.
-¿De que hablas?.-pregunto cruzándome de brazos.
-Aceptare un beso.-camina hasta quedar frente a mi.
-¿Un beso?.-pregunto y ella se limita a asentir. ¿Qué la hace pensar que yo quiero besarla? no lo haría ni porque mi vida dependiera de eso. -Esta bien, cierra los ojos.-propongo, al principio parece haberse sorprendido con mis palabras pero aún así cierra sus ojos. Me alejo lentamente y poco a poco comienzo a abrir la puerta cuando Ale abre los ojos ya tengo la mitad de mi cuerpo adentro de la casa.
-¡Eres una tramposa!.-exclama desde el jardín.
-¿De verdad creías que te besaría? Que tonta eres.-comienzo a reír mientras ella camina furiosa hacia su motocicleta.
-Vas a rogar por besarme, ya lo verás.-dice con demasiada seguridad en sus palabras ¿Qué se cree esta loca?
-Nunca, freak.-respondo enseguida.
-Nunca digas nunca.-me lanza un beso en el aire y se pone su casco. Coloca el otro casco en la parte trasera de la moto.  Vuelve a mirarme. -Nos casaremos en un futuro Lucía, no lo olvides.-añadió. Puso en marcha su ruidosa motocicleta y se alejo del lugar. Odio cuando ella dice la última palabra. Odio perder contra ella en una discusión.

Quiero recordarte (Luciale)Where stories live. Discover now