Capítulo 4

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Yoongi comenzó a reír en ese momento mientras Taehyung no entendía qué sucedía.

—Ay, eres divertido —Se puso de pie— me voy a divertir contigo, fue buena idea traerte —Salió del salón aun riendo.

—Él se está riendo —susurró Jimin sorprendido.

—El chico lo hizo reír —Afirmó Jungkook.

—Pues ustedes quédense con ese mocoso, yo me iré con Yoongi —Dijo Hoseok corriendo hasta ir al lado de éste— ¿Comiste bien?

—Sí, para lo poco que dejaron, estuvo bien.

—Pero si tú no comes mucho.

—Ya lo sé, pero hoy tengo mucha hambre —Detuvo su paso al igual que él— ¿Debería comerte a ti?

Hoseok se sorprendió de que fuera así de directo, no se acostumbraba a los cambios de humor de su parte, a veces era bromista, a veces muy cariñoso pero la mayoría del tiempo era muy serio.

—¿Eso quieres?

—¿Qué tanto hablaste con Taehyung? ¿Por qué le dijiste que éramos pareja o algo así?

—Porque lo somos, terminamos juntos todo el tiempo.

—Será en tus malditos sueños, no quiero que le digas esas cosas.

—¿Por qué lo cuidas? Es solo un tonto que acaba de pasar algo traumático.

—¿Y luego de decir eso no debería de hacerlo? Además, no lo estoy cuidando, solo quiero que me pague lo que me debe, su familia tiene dinero así que haré lo posible para que me pague y seguir ahorrando.

—¿Por qué ahorras tanto? ¿A dónde quieres ir?

—A Utopia.

—Pero si estamos aquí...

—No lo entiendes —Volvió a caminar mientras Hoseok lo seguía.

—Hoy es miércoles y no puedes seguir con ese niño en un día tan importante, ¿A dónde lo enviarás? ¿A la guardería? Él puede cuidarse solo, no entiendo por qué sigue contigo.

—Ya te lo dije, solo me beneficiaré de él, no debes preocuparte.

Entraron al taller viendo a Namjoon empacar un par de cajas más.

—Yoongi, ¿Qué se supone que harás con ese sujeto? Él no puede estar aquí mucho tiempo incluso preguntó si hay una vacante, deshazte de él lo más pronto posible.

—Lo haré, solo tengan un poco de paciencia.

La puerta del taller nuevamente se abrió dejando pasar a los tres menores.

—Trajimos a este pequeño duende al taller —sonrió Jungkook— ponte a trabajar —Empujó a Taehyung a lo que éste se puso en su posición.

—¿Deberíamos de preocuparnos? —susurró Hoseok.

—No.

Cuando el sol se escondió y la luna apareció. Era hora de cerrar el taller, Yoongi terminó de ordenar unas cajas y Taehyung solamente lo veía mirando el lugar vacío a diferencia de como lo miró en la mañana.
Aunque era un trabajo fácil se sentía cansado e incluso somnoliento.

—¿Terminaste?

—Sí, hay que irnos.

—Mis padres todavía no se comunican conmigo, ¿Crees que puedes regalarme una videollamada?

—Claro, cuando lleguemos a casa.

Ambos chicos subieron a la motocicleta y rápidamente llegaron al apartamento.
Yoongi le entregó el teléfono a Taehyung y éste pudo conectarse a internet para hablar con sus padres.

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