PROTEGERTE || KARMA AKABANE X TÚ

CAPÍTULO 12

=POV ____=

Las primeras horas habían terminado. Terasaka nos contó, de mala manera, que tenía un plan para matar al pulpo. Después de eso salió del aula como si nada.

Yo había tomado el zumo de fresa, que me compró Karma, y salí del aula para pasear por el bosque, pero en ese momento me encontré con Terasaka tomando a Nagisa por el cuello de la camisa.

— ¡Cierra el pico! ¡Los débiles siempre haceis piña para protegeros! ¡No teneis la visión necesaria para matarlo de verdad! —tiró a Nagisa al suelo—. ¡Pero yo no soy como vosotros! ¡Tengo la visión para matarlo! ¡Así de simple!

— Ara~ ara~ Que mal genio. Esa no es forma de tratar a tus compañeros de clase... Terasaka-kun.

— ¡¿Y tú que sabrás!? Siempre tienes a ese perro faldero detrás de tí.

— ¿Nani? —incliné la cabeza a un lado confundida.

— ____-chan, no creo que...

— ¡Ja! Ese se cree el más guay solo por sacar las mejores notas y ser bueno metiéndose en peleas.

Fue poco el tiempo que me supuso darme cuenta de quien se refería.

— Oye... No pienso tolerar que hables así de él, ni que te metas con mis compañeros.

— Ya veo... Entonces ven conmigo.

— ¿Ah?

— Si quieres que les deje en paz tendrás que acompañarme.

———— ••• ————

Acepté ir con Terasaka, y la verdad no sé muy bien por qué. En realidad no lo pensé mucho, solo acepté.

Llegamos hasta una especie de cobertizo que estaba detrás del Antiguo Campus.

— Bien... Ya estamos aquí. Y ahora q...

Sentí algo cubrir mi boca y después todo a mi alrededor se volvió negro.

=POV KARMA=

No la volví a ver en las próximas horas, después de la hora libre.

«Tal vez ha hecho campana...»

Intentaba convencerme, pero cada vez me preocupaba más. Ella no suele hacer ese tipo de cosas.

Ya terminaron las clases y todos fueron a la piscina para llevar a cabo el intento de asesinato de Terasaka, mientras que yo me quedé rondando por el bosque para buscarla.

=POV ____=

— Agh...

«Mi cabeza...»

Abrí los ojos pesadamente, tenía la vista borrosa. Parpadeé unas cuantas veces hasta darme cuenta en la situación en la que me encontraba.

— Pero, ¿qué...?

Estaba tirada en el suelo y con los bazos y pirenas atados.

— No puede ser...

Golpeé mi cabeza contra el suelo de madera.

———— ••• ————

— ¡Ya está! —dije lanzando las cuerdas a saber dónde—. Menos mal que antendí algunas clases de Karasuma~ —me dije a mí misma orgullosa.

De repente todo mi cuerpo tembló al sentir un extraño cosquilleo.

— Hm... Tengo un mal... —guardé silencio—. ¿Por qué lo ha...?