CAPÍTULO 44

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— ¡Nos vemos, Hoshiko!~

— Miau~

Tomé las llaves de casa y cerré la puerta de la entrada para comenzar a caminar hacia la estación de tren, cargando una bolsa llena de cajas de chocolates.

Una vez ya en la estación, tomé asiento en uno de los bancos para esperar. Saqué mi móvil preguntando a Kayano sobre el asunto del que hablamos.

»3 MENSAJE NUEVOS DE NAKAMURA«

¡_______!

¡Es urgente!

Cuando llegues, ve al lugar
del bosque en el que batallamos
por la decisión del Koro-sensei.

¿Qué ocurre?

No volvió a mandar otro mensaje. Suspiré pesadamente por la intriga que me había dejado.














Mis piernas pesaban demasiado, sabía que nunca llegaría a acostumbrarme a la altura de esta maldita montaña.
Y, para mí mala suerte, el tren se había retrasado por algún tipo de avería.

— ¡MALDITA SEA!—grité frustrada.

______-san...

— ¿Eh?—giré mi cabeza—. A-asano-kun.

Seguro me ha escuchado gritar como idiota. Qué vergüenza...

— Veo que necesitas ayuda—se acercó hasta mí, tomando la bolsa con cuidado—. Permíteme.

— G-gracias...—fue lo único que pude decir—. ¿Qué haces en la montaña del Antiguo Campus?—pregunté con curiosidad.

— Pronto lo sabrás—sonrió.

No me atrevía a sacar el tema al ver que sonreía de esa forma tan adorable.
Nos dedicamos a hablar de cosas triviales hasta llegar al edificio del Antiguo Campus.

— ¡_______-chan!

— Nakamura—me acerqué a ella rápidamente—. ¡Lo siento! ¡El tren se ha retrasado y te he hecho esperar!

— ¿Eh?

— ¿Hm?— ladeé la cabeza—. ¿No lo recuerdas? Me escribiste diciendo que quedaríamos en-

— ¡No me digas que no has ido!

— ¿No?—reí nerviosa.

— ¡Y vienes hasta aquí con la bolsa de bombones!—comenzó a hablar histérica—. ¡Debes ir enseguida! Karma-

Nakamura cayó sus palabras de repente. Me quedé mirando su rostro asustado con mis ojos entrecerrados.

— Tenía entendido que Akabane y tú ya no estabais saliendo—dijo Asano con seriedad.

— No lo hacemos—dije en tono más bajo de lo habitual.

— En ese caso...—dio la bolsa a Nakamura para que la sostuviera—. Me han contado que no eres mucho de detalles.

Deslizó una mano bajo la chaqueta de su uniforme y sacó una pequeña caja de chocolates.

— Son los mejores que he podido encontrar—extendió su brazo, ofreciéndome la caja—. Pensé que podrías ser alérgica a las flores. Y no quería arriesgarme a que te sucediera algo grave.

— Karma...—susurró Nakamura.

Miré tras Asano. Karma estaba parado frente a nosotros, observando todo lo que sucedía.

— Yo...—miré la caja.

No tengo idea de cómo funciona del San Valentín aquí. Pero...

— Asano-kun—le miré a los ojos—. ¿Debo entender que sientes algo por mí? ¿O es solo una especie de compromiso por tu parte?

— Puedo afirmar ambas respuestas—puso la caja en su pecho para volver a extenderla hacia mí.

— Bien...—tomé la caja, poniendo mis manos sobre las suyas—. Acepto tu compromiso hacia mí y tu acción de sinceridad—sonreí—. Pero siento decirte que no puedo aceptar tus sentimientos de la forma en que desearías.

— Ya veo...—miró a Karma de reojo—. Sólo espero no perder nuestra agradable relación después de esto.

Negué con la cabeza—. Tranquilo. Seguiré molestándote con mi presencia.

Rió—. Eso espero...

Dando media vuelta y con una pequeña sonrisa en su rostro, Asano se marchó de regreso al Campus Principal.

— Bueno—inhalé urgando entre la bolsa que Nakamura sostenía—. Aquí está—leí la tarjeta—. Felíz San Valentín, Nakamura.

— ¿P-para mí?

— ¡Por supuesto! Tengo para todos. Por haberme aceptado tal y como soy.

— ______-chan...—sollozó—. ¡Eres increíble! ¡Ah!—miró a Karma—. Debería ir a ayudar a Kayano. Tranquila, le contaré lo del retraso de tu tren.

Y se fue sin más, dejándonos a Karma y a mí en un inquietante silencio.

=POV KARMA=

Vamos...

Díselo de una vez.

— Podemos...—las palabras comenzaron a salir de mi boca— ¿Ir a un lugar más privado?

— Claro...






















Era una situación de lo más incómoda para ambos. Ella iba detrás de mí mientras que yo caminaba hacia el lugar en el que tuvimos nuestro último enfrentamiento.

Dejé de andar justo en el punto exacto al que quería llegar con ella.

— ¿Karma?

— Aquí...—miré al cielo—. Aquí fue donde te dije todas esas cosas horribles de las que me arrepiento profundamente.

— ...

— Yo dije...—apreté mis puños—. Dije que...

— Karma.

— ¡!

Y por fin, después de tanto tiempo, había conseguido relajarme por completo y sentir una inmensa paz interior en mí.
Rodeé su cintura con mi brazos y la pegué más a mí, enterrando mi rostro en su cuello para oler su fragancia.

— Lo siento—fortalecí el abrazo.

— Yo también me disculpo por todo—sollozó—. Aunque me cueste... Prometo explicártelo todo.

— _______...—le miré a los ojos—. Yo también soy algo... Inestable. Ciertos hechos me han llevado a ser como soy, y también estoy dispuesto a compartirlos contigo—tomé su rostro entre mis manos—. Y, si tú me dejas continuar a tu lado... Estaría dispuesto a todo.

— Karma...—tomó mis manos—. Hagamos que funcione. Juntos.

— Es una promesa—comencé a acercar mi rostro al suyo.

— Es una promesa—cerré mis ojos.

PROTEGERTE || KARMA AKABANE X TÚ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora