PROTEGERTE || KARMA AKABANE X TÚ

CAPÍTULO 45

— ¡Karma!—tocaba el timbre una y otra vez con ansias.

— ¡______!—abrió la puerta repentinamente haciendo que cayera de buces contra el suelo—. ¿Tienes la carta de admisión?—prenguntó ayudándome a incorporarme.

— ¡Hai!—extendí mi brazo mostrando el sobre.

— ¿Karma, qué es todos este...?

Estoy segura de que ambos activamos el modo tieso al escuchar esa voz tras nosotros, mientras que nos encontrábamos en una posición algo comprometedora.

— Vaya... Esta es la situación en la que debería regañarte por sobrepasarte con tu pareja, Karma.

— Mamá, no estamos haciendo nada de eso—tomó el sobre de mi mano—. ______ ha venido para ver nuestros resultados de admisión.

— Solo no te sobrepases por culpa de tus hormonas—dirigió su mirada a mí, dándome una tierna sonrisa—. Avísame si lo hace ______-chan. Me encargaré de que te respete en todos los aspectos.

Fue haí cuando sentí una corriente eléctrica recorrer todo mi cuerpo. Definitivamente ese lado sádico lo había sacado de su madre.

— Prepararé la merienda—dijo alejándose hacia la cocina.

— ¿No se lo has dicho a tus padres?—comencé a caminar hacia el salón junto a él.

— Dije que estábamos teniendo una pequeña crisis—apartó la mirada.

— Entonces...—abrí mis ojos con sorpresa.

— Nunca pensé que terminaría contigo definitivamente—dijo avergonzado.

— Me alegra mucho escuchar eso—sonreí con melancolía.

— Bueno—suspiró—. Veamos si te han admitido.

— Sí... Espera. ¡No seas así!~—hice un puchero.

— Vamos—acarició mi cabeza—. Estoy completamente sguro que te has esforzado al máximo.

— Bien—tomé el sobre alejándome de Karma—. Yo lo veré primero.

— Cómo quieras—sonrió recostándose en el sofá.

Abrí el sobre y, tomando con cuidado el papel que traía en el interior, fui sacándolo poco a poco formando un silencio inquietante.

— No...—abrí mis ojos.

— ¿_______?—Karma se acercó a mí con preocupación.

— Karma... Lo siento...—dejé caer el papel al suelo—. Tú...

Karma tomó el papel con pánico en sus ojos, comenzó a leerlo de arriba a abajo hasta llegar a esa pequeña línea en la que mostraba el resultado de admisión.
Apartó el papel de él y clavó sus ojos en mí.

— ¡VAS A TENER QUE SOPORTARME UNOS CUANTOS AÑOS MÁS!—me tiré a la alfombra sin poder controlar mi risa.

— Serás...—dijo con un pequeño tic en su ceja.

— Vamos, rojito~—rodeé su cuello con mis brazos—. No te enfades~. Te la debía—jugeteé con un mechón de su cabello—. Ahora estamos a mano.

— ¿Ah, sí?—sonrió burlesco.

De repente, sentí sus manos tras mi espalda, pegándome a su cuerpo. Karma se dejó caer sobre al sofá conmigo sobre él, formando un cálido abrazo.

— Quisiera estar así por siempre—podía sentir su respiración contra mi cuello—. Ahora que estamos así... ¿Quieres hablar de ello?

Claro, todavía no lo hemos hablado. Prometimos permanecer juntos y compartir nuestra historia con el otro para poder entendernos.