0 6 .- M o d e r n A U

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Your rhinestones eyes are like, factories far away...

A c l a r a c i o n e s: Steampunk!AU
Para este capítulo estoy usando la definición de moderno que mi hermana, quién es arquitecta, me enseñó.
Moderno: Lo anterior inmediato a tu tiempo, suele estar más relacionado a la industria.

La idea de este día corresponde a mi adorada honneysugardoll. ✨♥️🍒

Londres, 1999. Ochenta y cinco años después de la segunda Revolución Industrial.

Kujo Jotaro, ingeniero biomédico de veintiocho años de edad. Virtuoso y de un futuro brillante en aquel mundo repleto de maquinarias impulsadas por carbón y vapor. Quién, a pesar de poseer una belleza inusual por su cabello tan oscuro como la noche, piel de caoba, ojos de un turquesa enigmático y parpados sutilmente rasgados por su ascendencia extranjera; además de ser uno de los hombres más deseados por las mujeres de aquella ciudad... Sentía cierto hartazgo a las mismas. Razón por la cuál había decidido no casarse y dedicarse enteramente a sus inventos e investigaciones.

Los primeros años fueron fáciles de sobrellevar, puesto que la mayoría de sus investigaciones se llevaban su vida en su totalidad. Sin embargo, como ser humano y especie social, comenzaba a extrañar la presencia de alguien dentro de sus sábanas. Y aquella necesidad de compañía comenzaba a plasmarse dentro de sus proyectos, puesto que, el chico de cabello azabache empezó a buscar la figura de algún ser celestial atrapado en sus sueños. O eso suponía, ya que la persona que delineaba en cada trazo y cada pulido no tenía las características de un humano.

De una belleza singular y rasgos que le recordaban a algún paraje bíblico, un Edén donde no tenía acceso por anhelar aquel fruto prohibido. De cabello rojizo cual cereza madura y labios risueños como canto de sirena; cintura estrecha y piel nívea, de ojos amables y serenos cual flor de lavanda.

Le recordaba aquella belleza natural que se había perdido desde hace mucho en aquella ciudad industrializada.

Aquel solitario hombre fundió y forjó cada engranaje, tornillo y resorte para que éstos encajaran en un mecanismo perfecto, para poder materializar aquel ser celestial con el que había soñado ya incontables noches, acariciándole con dulzura el rostro y besándole los labios regresándole la vida que sentía perdida en cada intento frustrado.

Eternas noches de agonía habían transcurrido antes de que el ingeniero pudiese recrear aquella figura curvilínea que le robaba el aliento con cada roce, sus manos sangraron miles de veces intentando alcanzar el pulido perfecto que imitase la delicada piel nacarada de aquel ángel atrapado en los cielos. De sus ojos cansados brotaron lágrimas que se mezclaron con el pigmento que imitase ese rojo cereza tan llamativo y se acabó las uñas en frustraciones pasajeras cual Guiseppe Tartini a su violín mortal.

Finalmente, colocó con parsimonia la última pieza de su obra maestra a modo de triunfo personal. Saboreando cada instante hasta que esa pieza única fue integrada al mecanismo de ese mecánico ser que prometía ser la imitación (casi) exacta del delirio de alguien enfermo de soledad.

El carbón ardió en el centro de aquel mecánico ser, imitando un corazón artificial que llevó "vida" a cada engranaje dentro de él. Los dedos comenzaban un leve intento de movimiento al igual que el resto del cuerpo, las articulaciones mostraban ciertas trabas menores decepcionando un poco al inventor, pero quién aún observaba expectante el nacimiento de su adorado ángel.

Los mecánicos orbes al enfocarlo enviaron la señal al sistema central, dando como respuesta un movimiento en los brazos. Jotaro se mostró levemente sorprendido cuando éstos intentaron alcanzarle para acariciarle con suavidad. -Jo... jo...-- El mecánico ser fue incapaz de articular algún otro sonido más pero su sistema compilaba un movimiento más. Uno que al parecer sería incapaz de realizar, puesto que sus rígidos labios eran incapaces de curvearse para formar una sonrisa.

El biomédico soltó un suspiro antes de tomar aquellas gélidas manos que le regresaron a la realidad, sonrió con cierta tristeza a su creación y llevó una de sus callosas manos al delicado rostro del ente de metal y porcelana. -El viejo tenía razón, tal vez finalmente perdí la cabeza... --Juntó sus frentes apartando con suavidad los mechones que él mismo tiñó.-Pero justo ahora... desearía que fueras real...--

Con decepción se retiró a la cama y con ello, pereció el deseo de ver con vida a aquel ángel que le visitaba en sus sueños.

Sin embargo...

Un suave destello dorado se adentró por aquella ventana semiabierta, mostrando la figura celestial de un chico que era la encarnación terrenal de los ángeles que Miguel Ángel pintó en la Capilla Sixtina, aquel ser de luz había escuchado los deseos de ese mortal y las penurias del querubín que acompañaba a su Padre en el reino celestial.

Con suavidad caminó hacia aquel mecánico ser y besó su frente con suavidad. -Padre me matará cuando se entere que te dejé venir con este mortal.-Y aunque de su boca había salido esa advertencia, ésta era adornada con una comprensiva sonrisa.

El hijo de Dios se había conmovido por el amor que el querubín profesaba a ese solitario hombre y como éste le correspondía con la misma adoración.

-Sé feliz, pequeño querubín...-Fueron las últimas palabras del muchacho antes de retirarse de aquel lugar en la tierra.

El ingeniero notó el fulgor en su hogar, tomó con temor la fusca que reposaba en la cómoda al lado de su cama. Puesto que estaba el temor de que algún ladrón se haya adentrado en su morada. Algunos ruidos extraños le llevaron nuevamente hacia donde su creación se encontraba, encendió la luz para apreciar mejor el rostro de ese malnacido que se atrevió a perturbar su paz. Pero su sorpresa fue enorme al ver una cabellera rojiza tan familiar para él, moverse de forma tan natural que podía compararlo con el Nacimiento de Afrodita; se encargó de dejar la fusca en algún lugar seguro y se acercó con cierta cautela, puesto que tenía miedo que aquella ilusión desapareciera en cuanto notase su presencia.

Cuando se halló lo suficientemente cerca de aquella persona llevó su callosa mano a la sedosa cabellera, llamando así la atención del chico que se hallaba en el suelo entre tornillos y tuercas. -¿Quién eres tú?..- La pregunta abandonó sus labios cuando sus ojos finalmente se encontraron.

-... No lo sé, pero creo que soy tuyo. -Aquella afirmación descolocó un poco al ingeniero haciendo que arqueara una de sus cejas. -¿Mío?... -Preguntó buscando alguna señal de duda en esas orbes lavandas que le miraban con curiosidad y adoración. -Tú no eres mío, tú eres tú... Kakyoin.-Comentó mientras se colocaba a su altura y cubría su desnudez con la camisa de su pijama.

-... Kakyoin...-El chico pelirrojo desvió un poco la mirada, mientras fruncia levemente el ceño en señal de confusión. -Pensé que era tuyo, ya que fuiste tú quién me creó... ¿Eso no me hace tuyo? -El azabache le miró con adoración y una sutil sonrisa apareció en sus labios antes de besarle con dulzura. El pelirrojo quien había sido tomado por sorpresa, correspondió aquel tacto una vez se hubo acostumbrado.

-Kakyoin, yo... era tuyo desde antes de que tú fueras mío. - Aquel hombre solitario finalmente había encontrado el amor y ese triste querubín tuvo la oportunidad de renacer en aquella industrializada ciudad junto con el mortal a quién amaba.

F I N.

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N/A: ¿Reconocen el mito?...

🍒✨~Kakyoin month 2020 prompt~✨🍒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora