3. Deseo prohibido.

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Imagen de multimedia por @sachiko_29 en twitter.
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—Puedo ver que te encanta, omega.

Sanji se mordió el labio y alzó un poco el mentón instintivamente, dejando su cuello a la vista en señal de confianza con el otro y Law puso especial atención en cómo su nuez se movía de arriba a bajo a través de ese cuello erguido para él. Law apretó los puños al imaginarse entre esa mandíbula y clavícula, aspirando un misterioso aroma que bien sabía lo volvería loco. Maldijo los supresores de olor por quitarle esa placentera experiencia justo esa mañana en que se encontró babeando por un omega como nunca antes en su maldita vida.

—Acércate —susurró Sanji dejándose llevar por su primitivo instinto y su apetito por ese alfa. El moreno obedeció, dando pasos grandes hasta detenerse apenas a centímetros de él. Sanji suspiró largo, sintiéndose abrumado y completo de aquello que no sabía que le había faltado. Se dejó ir hacia tras recargándose de nuevo en la barra, esperando a que Law lo siguiera.

—¿Puedo? —pidió Law dando un paso al frente con sus manos alzadas, ansiosas por alcanzarlo y tocar.

—Por favor —más que una aprobación, salió como un ruego.

Las manos morenas se posaron de inmediato en la cadera de Sanji, paseándose desde su abdomen hasta su espalda baja, subiendo para acercarlo más a él. Sanji se removió con intenciones de quitarse el saco de encima y Law lo ayudó. No dejaron de mirarse a los ojos, ambos expectantes, sedientos del otro, impresionados y boquiabiertos. Law se empujaba contra el cuerpo de Sanji con fuerza, mientras el rubio lo jalaba aspirando ese aroma que lo tenía hipnotizado.

Las manos de Law subieron hasta el rostro de Sanji, acariciando con deseo su largo cuello en el camino y posicionando su cabeza de una manera en que, a nada de tocar su nariz con la propia, Law pudiera observar esos profundos y dilatados ojos azules, el leve carmín de sus mejillas y sus expectantes labios entreabiertos. Sanji suspiró lento y se relamió los labios al adivinar las intenciones de Law.

—Quiero besarte —admitió susurrando, sosteniendo su rostro y admirando lo que sus ojos le expresaban.

—Por Dios, hazlo.

Law dobló un poco las rodillas, ladeó la cabeza del rubio y llevó una de sus manos al muslo de Sanji. Rápidamente captando las intenciones del mayor, Sanji alzó su pierna hasta la mano de Law y le mostró su cuello, que no duró un segundo más sin ser acariciado por la lengua y los labios del alfa. Law se empujó más contra su cuerpo mientras sostenía con fuerza la nuca de Sanji para no dejarlo escapar de sus besos, al tiempo que amasaba con rudeza la pierna alzada del rubio, frotándose más y más contra él.

Sanji estaba sosteniéndose con ambas manos en la barra detrás de él, permitiéndole a Law tocar su cuerpo y pasear peligrosamente su boca por todo su cuello, sintiéndose dominado por el olor del otro y un tanto desfallecido por el creciente calor dentro de él. Se mordió el labio y dejó salir un sonido de placer. Los besos y la fricción se volvieron más bruscos, la mano de Law que sostenía a Sanji de la nuca se enredó entre dorados cabellos y jaló con fuerza, obligándolo a mostrarle por completo su largo cuello.

—Quiero que seas mío —susurró entre ruidosos besos, que escalaban cada vez más arriba, dejando pequeños rastros de saliva por donde pasaba. Sanji gimió más fuerte y sus piernas temblaron después de devolver sus ojos a la mirada profundamente lasciva que Law le dedicaba—. Voy a llevarte a la habitación y voy a follarte tan bien, tan... duro —siguió con voz ronca, haciendo estremecer todo el cuerpo de Sanji—, que todo el mundo se va a enterar que perteneces conmigo.

Los ojos de Sanji brillaron ante sus palabras, pero antes de que pudiera responder algo, Law invadió su boca con la propia. Sanji se aferró a los brazos de Law, moviendo sus caderas de arriba a bajo buscando frotarse al ritmo del empuje del otro al tiempo que su boca correspondía con sumo entusiasmo a su beso. Law deslizó su mano en la pierna de Sanji hasta su trasero, apretando con deseo, sosteniendo con su otra mano su cabeza, marcando el ritmo brusco y errático de un beso pasional.

Pocos segundos durante ese caliente contacto entre sus labios continuaron en lo que Sanji, pegando un brinquito de susto, se percatara del repentino destemple en su cuerpo. De un segundo a otro, sintió que toda su fuerza física se esfumaba de sus músculos, el calor de antes aumentó dentro de su piel como si su sangre se hubiera convertido en lava, un inusual e incontrolable libido dominó su mente y un aroma dulcemente embriagante penetró violentamente todo el ambiente, tan notable y espeso que superpuso incluso el fuerte olor de Law.

Sanji había entrado en celo.

Law se percató al instante, pero no se le separó ni un centímetro. Estaba demasiado hundido en el delicioso aroma del rubio y en ese interminable beso, sosteniendo el cuerpo caliente y relajado de Sanji contra el suyo.

Mgh, L-Law... —susurró jadeando por aire contra los labios de Law después de que Trafalgar le permitiera por fin respirar de nuevo para así él, pegando su mejilla contra la de Sanji, aspirara lo más que pudiera de la embriagante fragancia del omega, sintiéndose lleno con ella. Sanji se mordió los rojos labios conteniendo sonidos de placer, cerró con fuerza los ojos dejándose llevar por los movimientos y el toque lujurioso de Law sobre él—. Alfa, por favor...

Trafalgar sabía exactamente lo que Sanji le pedía. Estaba tan ansioso de devorarlo completamente, de liberarlo del dolor del celo, de darle lo que quería, que cuando un puño lo apartó de él lanzándolo violentamente hasta aterrizar en el suelo, sintió que su alma dejó su cuerpo.

—¡¡ALÉJATE DE ÉL, PERVERTIDO!!

Fantasía en un destino trazado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora