Arco VIII: Un gran cambio III

40 3 25
                                    

Ya he vuelto.

Siento la espera, pero aquí os traigo más de "Tú eres mi Luz", además de un clip sobre Alastor.

Los días pasaban, seguíamos teniendo una rutina normal, salvo que yo añadí en mi trabajo a dos personas para ayudarme a hacer los encargos, solamente en horario de mañana, pues por la tarde los enviaba por mensajería y me iba a clases de yoga pren...

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Los días pasaban, seguíamos teniendo una rutina normal, salvo que yo añadí en mi trabajo a dos personas para ayudarme a hacer los encargos, solamente en horario de mañana, pues por la tarde los enviaba por mensajería y me iba a clases de yoga prenatales.

Seguía teniendo nauseas y, aunque con la ropa no se notase mucho, ya percibía el aumento de mi barriga. Lo único que si se notaba es el aumento de mi pecho, cosa que estando acostada, notaba como Clancy me sobaba los pechos, algo que lo reconozco, me excita bastante; y siempre que estamos a solas, me hace carantoñas en mi barriga. Un acto muy tierno de su parte.

Cada semana, tenía que hacerme mis revisiones semanales para ver el estado de mi embarazo, donde la semana 12 nos confirmó que nacería en Febrero del año que viene, pues estamos en Julio, en pleno verano con un calor de mil demonios, menos mal que la casa está bien aclimatada, sobretodo en la cocina del sótano.

Saliendo del hospital, seguíamos llenos de gozo al saber que está sano.

Me abrazó desde detrás, posando sus manos en mi tenue barriga. - Aun sigo sin creerme que vayamos a ser padres.

- Y lo mejor de todo es que nuestro bebé está sano y no tiene, de momento, ninguna complicación.

- Y no lo va a tener. - Me besó en el cuello, provocándome cosquillas.

- Padres. Volcaremos todo nuestro tiempo en cuidar a nuestro hijo.....

- .....o nuestra hija - continuó Clancy.

- Para luego dejar el nido e ir por su camino.

- Vaya, sólo de pensarlo me hace sentirme viejo. - Dijo con una mueca, que terminó en risas.

- Es cierto, estamos mirando mucho hacia delante. Lo único que hay que pensar ahora es en el bienestar de nuestro bebé y de llegar rápido al coche, porque me estoy asando. - Dije al sacar las llaves del coche, al mismo tiempo que usaba mi mano cómo abanico.

- Sí, pero - cogió mis llaves de la mano - yo conduzco. - Abrió la puerta del copiloto para que yo entrase, para después entrar en el lado del piloto. - Bueno, ¿lo celebramos yendo al centro comercial?

- Quieres comprar cosas para el bebé, ¿verdad? - Alcé una ceja.

El, simplemente respondió con una sonrisa de oreja a oreja.

- Está bien, pero no corras. - Le advertí.

- Sabes que no lo haré y menos ahora. - Me besó en la mejilla y puso en marcha.

En el centro comercial, antes de empezar a comprar, nos paramos para tomar algo. Él se pidió un Frappuccino, mientras que yo pedí un zumo de naranja. No debía tomar nada que contuviese cafeína ni teína, además de que quería evitar por todos los medios comer dulces durante el embarazo, cosa que me está costando. Teniendo en cuenta que trabajo con dulces todos los días. Por suerte, los antojos que he tenido de momento, han sido comida china, hindú y fresas. Espero no tener esos antojos raros, como pepinillos con mantequilla de cacahuete o mezclar pescado con chocolate. Eso sí, por culpa de mi superolfato, Clancy sólo puede tomar su café en casa de su hermana, pues empecé a aborrecer su olor a las 6 semanas de embarazo. 

Lo siento mucho, Clancy.

Tras terminar de tomar nuestras bebidas, nos fuimos directos a la tienda de bebes, donde no solo había cosas para bebes, también había ropas prenatales. Para mí, es demasiado temprano todavía para comprarme ropa prenatal, lo único que necesitaba ahora son sujetadores, debido al aumento de mi pecho.

Estuvimos mirando ropa para recién nacidos, pues debíamos estar bien preparados para cuando llegase el día. Los hay desde simples hasta los más monos y extravagantes que encontrábamos en la tienda.

Terminamos comprando 6 tipos de bodys, un par de baberos, unos cuantos osos de peluche y el típico carrusel para bebes. Lo pagamos todo y nos fuimos directos al coche, no sin antes una parada al baño.

Esto es lo que pasa cuando tienes un bebe que comprime tu vejiga, que vas al baño constantemente. Así que si os extrañáis que no lo mencione, es para no aburriros de que estoy dentro del baño cada dos por tres.

Las semanas pasaban con nuestras vidas normales, cada vez se notaba mas mi barriga y, por lo tanto, sentía más el peso del bebé, provocando que me cansase más al estar de pie toda la mañana, preparando los pedidos. En mis ratos libres, descansaba en el sofá y, en ocasiones, Clancy me hacía sentir mejor, dándome masajes en los pies y en las piernas. Terminando en arrumacos en mi pequeña, pero prominente barriga y, luego en mí.

Una noche, nos encontrábamos tumbados en la cama. Clancy me besaba en todas las zonas de mi cuerpo, sobretodo en mi barriga, como señal de afecto hacia su hija. Después, comenzó a besarme. Al principio, fue dulce, pero yo quería más y puse mis manos en su espalda y en su cabeza, para que profundizase el beso. Sentí que no quería acercarse mucho por temor a hacer daño al bebé, pero le tranquilizaba que no iba a pasarle nada; seguimos besándonos de forma apasionada, con nuestras lenguas bailando entre sí dentro de nuestras bocas, mientras Clancy acariciaba mi barriga, cuando de pronto gemí al sentir movimiento dentro de mí. Al detenerme, se asustó, pero lo tranquilicé poniendo su mano en mi barriga y con una sonrisa le dije:

- Lo he sentido, Clancy. He sentido como se mueve.

La cara de Clancy cambió, rápidamente de asustado a de asombro. Automáticamente, pegó su cara a mi barriga para sentirlo mejor.

- ¡Sí! ¡Sí que lo siento! - dijo alegremente.- Mira que eres oportuno para querer llamar la atención.

Ambos no reímos.

- Sí, se parece mucho a alguien que yo me sé. - Clancy me miró alzando una ceja, mientras yo me insinuaba, terminando lo que empezamos, aunque por decisión de Clancy. No quiso mantener relaciones hasta después de unos meses de tener a nuestra hija.

Posdata: estoy en la semana 18 de embarazo.


En la semana 20, volvimos al hospital. El calor se había atenuado, pues ya nos encontramos en Septiembre. Mis nauseas permanecieron, pero ya no eran constantes como al principio; mi barriga había crecido bastante, además de que gané tres kilos durante el mes de agosto, pues me entraron unas ganas rotundas de comer hindú. Me cansaba cada vez más, donde la mayor parte del tiempo del trabajo lo hacía sentada, las personas que contraté saben que llegado el momento, cerraría temporalmente el trabajo por mi estado, además de que los primeros meses estaría ocupada, cuidándolo.

Ya en la sala, me hizo la eco, donde nos mostró perfectamente a nuestra hija.

Sí, será una niña.

Tras la eco, me sacaron sangre para hacer unas pruebas, que nos dirían si está sana nuestra hija, pero que no lo sabríamos hasta la semana que viene. En aspecto, se le ve sana. En la eco tridimensional, pudimos ver como metía el pulgar en la boca. Me emocionaba de solo verla y no era la única, pues Clancy también lo estaba.

De camino a casa, estuvimos hablando sobre el tema de mi trabajo.

- (T/N), ¿cuándo te darás de baja? - Le miré y me quedé pensativa. - Sólo lo digo, porque no quiero que te sobreesfuerces. - Esto último lo dijo preocupado.

- La verdad es que no lo sé, sé que cada vez me noto más cansada y que en ocasiones, trabajo sentada, pero creo que puedo seguir un poco más, como unos 2 meses más.

- ¿Estas segura? - le veía preocupado y lo entendía, pero quería seguir trabajando, pues después de tenerla, iba a estar muy pendiente de ella y eso me alejaría de mi trabajo por un buen tiempo.

- Segurísima. - Tranquilicé a Clancy, posando mi mano sobre su pierna, sonriéndole; al mismo tiempo que posaba mi otra mano en mi barriga, notando los ligeros movimientos del bebé.

Tú eres mi LuzWhere stories live. Discover now