Secuela de "El camino hacia la verdad".
Basado en la serie de animación para adultos, producido por Netflix, "The Midnight Gospel".
En esta secuela, tratará cómo Clancy intentará reconquistar a (T/N), después de regresar a su mundo sin recordarlo. A...
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A la mañana siguiente, al despertarme recordé a Clancy de cuando estuve en el otro mundo. No podía creérmelo, me saltaron lágrimas de felicidad por recordarle, pero al mismo me entristecía por lo duro que le habrá sido Clancy al estar cerca de mí sin poder recordarle.
Aun así, ya no hay nada de qué temer, finalmente estoy aquí, completa.
Y lo único que quiero es estar a tu lado.
Cogí rápidamente mi ropa y me fuí directa a la ducha. Al salir de la ducha y enrollarme con la toalla, desempañé el espejo con mi mano, debido al vapor del agua caliente de la ducha y, ante mi asombro, la marca de mi cuello había desaparecido por arte de magia.
¿Podría ser que la marca estuviese relacionada con mi pérdida de memoria?
Bueno, ya da igual. Salí del baño vestida con unos jeans claros y un top de media manga con escote blanco y me dirigí a las escaleras para ir a la cocina a desayunar. Me preparé unas tostadas con mantequilla y zumo de naranja. Tomé mi desayuno, mientras le estaba mandando un mensaje a Clancy, pero no me contestó.
¿Qué raro? A esta hora, ya debería estar despierto. - Miré el reloj, que marca las 11. Sentí un escalofrío por mi espalda, que me dejó inquieta. - Tengo un mal presentimiento.
Me sentía muy cansado, apagado, cómo si algo o alguien me hubiese drenado todas mis energías, pero no sólo me sentía cansado. También me sentía sin ganas de vivir, aunque eso es cierto.
¿Qué sentido tiene que viva, si lo he perdido todo?
No tengo a nadie, absolutamente nadie, pues la persona que creí que me amaba, en realidad, no sólo me odia sino que está con otra persona, seguramente, mejor que yo.
Ahora, sólo soy un peso extra para mi hermana.
Yo sólo soy una carga para la gente de mi alrededor.
Todo sería mejor si yo dejase de existir en este mundo.
Este mundo.
De repente, me levanté con dificultad de mi cama y me dirigí a la puerta de mi habitación para cerrarla con el pestillo; para luego, dirigirme a mi escritorio, donde rebusqué en la cajonera hasta encontrar lo que estaba buscando.
Un cuter.
Miré detenidamente el objeto, mientras sacaba lentamente su cuchilla afilada.
Acaso este va a ser mi final.
Morir sólo sin alguien, quien me quiera tal y como soy.
Es absurdo que piense en eso, pues la única persona que me quiso, ya no está en este mundo y, la persona que pensé que me quería, está lejos de mi alcance, pues ella está con aquel hombre alto, delgado y fornido a la vez, de pelo rojo como el infierno, peinado hacia atrás y sus sensuales ojos amarillos como el sol, con su mirada llena de soberbia. Mientras que yo soy un mequetrefe, una basura, un inútil e irresponsable.
